La vida en el año 2089 ha cambiado completamente. Todo ha evolucionado, y no solo la tecnología y la ciencia.
También los humanos.
El 90% de la población mundial está compuesta por humanos genéticamente normales. Sin ninguna modificación ni alteraci...
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Narra Sean
Suspiré aburrido, alzando la vista de los informes que tenía a mano, poniendo mi atención en la castaña que se encontraba a unos metros de mí, abriendo con dificultad una bolsa donde se encontraba una jeringa.
El cuarto era pequeño, algo frío, y estaba lleno de todo tipo de cosas que a una persona normal le agobiaría en cualquier momento. Pero estábamos obligados a estar ahí por más de dos horas, preparando informes, medicaciones, y demás.
Lucy, seguía abriendo la bolsa poniendo muecas raras, que si no fuera por su actitud de bruja, me hubiera echado a reír a carcajadas. Segundos después, logró abrirla, y con enfado, puso con fuerza el plástico en la mesa llamando mi atención y cogió una bocanada de aire con cansancio.
—¿Estás bien?—alcé una ceja ante su comportamiento.
—Sí—contestó sin más.
Después de pasar su mano por su cabello, cogió la jeringa intentando meterla en un tubo para aspirar el contenido en ella. Pero no consiguió gran avance, puesto que sus manos no dejaban de temblar y se notaba.
Dejé el informe en la mesa, y me levanté dando zancadas hasta llegar a ella. Lucy gruñó desesperada intentando hacer su trabajo, pero yo la paré sujetando su manos y atrayendo su mirada hacia mis ojos.
—No estás bien. No hace falta que finjas estarlo, ¿Sabes?
Bajó la mirada alejando sus manos de las mías y dejó sus cosas en la mesa. Miró hacia un lado, con la mandíbula tensa.
Vale, ¿Eso era todo? Estaba tratando de ayudarla, y seguramente era lo que más necesitaba en esos minutos. Sentir que alguien la comprendía. Pero aún así, y a pesar de todo, seguía con esa actitud de "Soy más dura que la piedra misma" como si en verdad fuera una sociópata.
Y la realidad, era que ella mentía en todo.
—No, no comiences con eso—solté exasperado—, no me parece justo. ¿Cuándo nuestra relación se alteró tanto? ¿Me explicas? Debe ser por algo, que hizo que ya no fueras...—tragué saliva con tristeza—, la misma Lucy—susurré.
Lucy se cubrió la cara con ambas manos durante un segundo y después las quitó relamiendo sus labios con nerviosismo. Después me miró con tristeza y con los ojos llorosos.
Aquello me sorprendió más de lo que me esperaba.
—No lo sé—negó con la cabeza alzando las manos ante mis ojos—, no lo sé. Simplemente he cambiado. He dejado de confiar. Me he encerrado en mis problemas, en mis pensamientos, en mis penas. Me he aislado, porque me sentía sola ya de por sí. Todo comenzó con esto—señaló su cabeza, y varias lágrimas cayeron por sus mejillas—, aquí. Me han transformado en alguien que no quería ser, ¿Entiendes? Mis sueños no se basaban en esto, mis planes no era ser una auténtica niñata borde, ni vivir en peligro constante. Pero aquí estoy—suspiró y forzó una sonrisa que hizo que sintiera un vuelco en mi corazón —, cuando ya me he perdido desde hace años.
