Capítulo 53 | Explosión

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que el banner es un desastre, pero desde que cambié de móvil no como volver a hacerlo como antes.

Narra Noah

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Narra Noah

Salí del baño a paso lento, bostezando, y poniéndome la camiseta que me había dado Sean horas antes de que viniese al cuarto que me habían asignado.

Recién me había duchado y vestido. El cansancio se apoderó de mi cuerpo enseguida, pero no podía dormir de ninguna manera. Eran ya casi las cuatro de la madrugada, y sin saber cómo iban Reese y April, me iba a ser imposible pegar ojo.

Miré a mi alrededor a la vez que estiraba mis brazos y cogía una gran bocanada de aire. Me encontraba en un cuarto distinto, típico de un hospital. Solo había una cama, una mesita de noche con una bandeja de comida encima, y un armario pequeño. Olía a medicamentos, y el silencio absoluto del ambiente me ponía ya de por sí más nervioso del que estaba.

Me acerqué a la mesita de noche observando lo que me habían traído para comer: una hamburguesa, agua, y un plátano.

Ya había bebido antes agua, así que cogí el plátano y me dirigí hacia la puerta para salir.

En cuanto pisé el pasillo, sentí como un escalofrío recorría mis brazos. Aún con las horas, seguía viendo guardias caminando de un lado a otro, armados, junto a otros científicos y médicos.

Me dispuse a caminar mientras daba mordiscos al plátano. Sentía hambre, y mucha. Pero en ese instante, mi garganta estaba tensa, y por ende, no podía comer.

Una cabellera pelirroja a varios metros de mí, me llamó la atención. Achiné mis ojos para ver mejor, y en cuanto me di cuenta de lo que pasaba, sonreí aliviado.

April, vestida de una bata azul, con una mano sujetando un atril que llevaba una bolsa con suero, y rodeando con el otro brazo los hombros de Jayden, me miró con sorpresa para después devolverme una sonrisa.

Corrí hacia ellos.

-Hey-saludé mirándolos a ambos-, has mejorado en apenas dos horas, eh.

-Sí, la cosa esa con la que le rociaron una sustancia en su herida es muy eficaz. Cura con más rapidez-explicó Jayden más animado.

Benditas sean las "cosas esas".

Por un segundo, sentí curiosidad por su tipo de inteligencia. Ya que conocer nombres de medicamentos desde luego que no lo era.

-Sí, es una maravilla-contestó April mirando hacia los lados-, ¿Y tú qué tal estás?

-Bien. Supongo. Estaba buscando a Reese...¿Sabéis algo sobre ella? Quise dejarles tiempo, pero como nadie me ha dicho nada, me estoy preocupando-suspiré intranquilo sintiendo mis manos sudar.

INEFABLE © 2018 (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora