Capítulo 4| Distintos

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Dejé que el chorro de agua tibia me envolviera por completo

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Dejé que el chorro de agua tibia me envolviera por completo. Me encontraba en el baño de mi cuarto. Tras la conversación incómoda con April, decidí darme una ducha para quitarme la suciedad acumulada de tres días, y relajar mi cuerpo. Pulsé la opción de "Uso de gel corporal" de la pantalla táctil que tenía delante para que además de agua, el jabón me cubriera y me limpiara de manera adecuada.

Suspiré mientras cerraba los ojos. No podía olvidar la triste mirada de April después de contarme que la muerte de su pareja fue por su culpa. La curiosidad me carcomía por dentro para saber qué es lo que realmente pasó, pero al ver su rostro apagarse, decidí no indagar más en el tema.

Al finalizar, salí de la ducha para enfrentarme al espejo. Miré mi cuerpo. Estaba mucho más delgada que hace una semana. En tres días, había bajado varios kilos, mi rostro estaba pálido, y mis ojos azules se habían oscurecido. Toqué mi largo cabello color castaño oscuro. Por fin se encontraba limpio y libre de grasa.

De repente mi estómago rugió. Apreté los labios, y cogí la ropa que tenía colgada en el perchero del baño para vestirme. Lo único que no me habían dado era el calzado. Así que me quedé con mis viejas zapatillas converse de color negro.

-Te queda bien-comentó April en cuanto salí del baño.

-¿Sabes lo que me sorprende?-pregunté cruzándome de brazos-El que hayan conocido mi talla a la primera.

-Es normal-alzó sus hombros-Cuando llegas aquí, te someten a un chequeo físico. ¿No lo recuerdas?

-Estaba inconsciente-respondí con rapidez.

La boca de la pelirroja se abrió en forma de o.

-Tiene sentido, ¿Y eso?

-Larga historia-dije desviando la mirada.

April se levantó de la cama y se me acercó.

-Vámonos al comedor, a las 10 ponen el desayuno. En el camino me cuentas.

Asentí en silencio y ambas salimos de la habitación. Durante el camino, tal y como dijo ella, le conté todo. Ella no se sorprendió en absoluto ya que estaba familiarizada con ello. De hecho, rió cuando le conté el momento en el que engañé a todos e hice uso de mi poder.

En cuanto llegamos al comedor, mi pulsó se aceleró. El lugar estaba lleno. En cada mesa había varios chicos-todos adolescentes de más o menos mi edad-sentados desayunando. El olor a pan recién horneado y a bollos calientes, aumentó mi apetito. Aspiré el delicioso aroma. Al sentir que alguien me observaba, miré en su dirección. Era el mismo chico de hace horas, el que tenía telepatía según Lucy. Su mirada era intensa, y en un segundo, creí haberlo visto sonreír.

-Venga al mostrador, ahí nos servirán lo que queramos-dijo April dándose la vuelta.

Aparté la mirada del castaño y seguí a mi nueva compañera. Al estar enfrente del escaparate, visualicé varios bollos calientes, galletas de distintos tipos; bocadillos de pavo, pollo o verduras y una infinidad de cosas. Después de estar tanto tiempo pensando, April eligió un café, un cruasán y una manzana; y yo un zumo de frutas, un bocadillo de pavo, un plátano, dos bollos rellenos de chocolate, y un donut.

INEFABLE © 2018 (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora