Sé mío.

¿P-por qué...?

Desperté sintiendo la cobija en mi cara, esperando a que al quitarla todo lo que pasó ayer sólo fuera la peor pesadilla de toda mi vida. Lamentablemente con dificultad pude quitármela, estaba desnudo y mi cuerpo lleno de moretones, mordidas y algo de sangre. Era de día, un lindo cielo despejado estaba en la ventana, traté de levantarme pero noté que habían cadenas en mis pies.

Empecé a llorar cubriéndome, no podía ponerme mi ropa con las cadenas, pero a lo que más le tenía miedo era a Saihara-chan, quien no estaba por ninguna parte del cuarto.

Al poco tiempo la puerta se abrió mostrando a Saihara-chan con una sonrisa que me hacía temblar y traía comida, pero lo primero que quería era vestirme.

Ouma: S-saihara-chan, ¿Puedes quitarme las cadenas sólo unos segundos...? Q-quisiera... Vestirme...

Saihara: ... Está bien, no puedo tener a mi novio desnudo siempre, aunque no me molestaría. —Rió levemente para después sacar una llave y quitarlas.—

Yo le agradecí y rápido empecé a vestirme mientras él me miraba. Un un acto de desesperación le tiré la comida en la cara y salí del cuarto corriendo.

Saihara-chan no tardó en perseguirme pero entré a un cuarto que estaba abierto y rápido lo cerré, era muy oscuro y por miedo prendí la luz, mis ojos se abrieron al ver qué habían miles de fotos mías saliendo de la escuela, y en mi propia casa, lo más aterrador era que habían fotos de todos los del salón, y las de Amami, Shirogane, Kaito y Miu estaban tachadas como en danganronpa, estaba tan impactado que retrocedí varios pasos hasta que una mano me tomó el hombro.

Saihara: Tengo llaves de toda la casa, Ouma-kun.

Yo quise quitar pero me tapó la boca, empecé a tratar de liberarme pero él tenía una fuerza increíble, ni parecía tener que ver con su físico, me cargó hasta el cuarto que parecía ser el suyo y me empujó tan fuerte que me golpeé con la cama hasta el punto de gritar por dolor.

Saihara: ¡¡¡¡¡NO ME AMAS!!!! Intentas huir de mí... ¿No dijiste que jamás te dejara solo? ¡¡¡¡ERES UN MENTIROSO!!!!

Ouma: N-no... Así... Esto... Me hace daño... Date cuenta...

Saihara: ¿Daño? Pero si estamos tú y yo solos, sin que nadie te moleste, ¿no era lo que querías?

Ouma: Quiero ir a casa...

Saihara: Dime que me amas. —Sacó un cúter de su bolsillo.—

Ouma: N-no por favor...

Saihara: Entonces aún no me amas completamente.

Saihara se abalanzó a mí tomándome del brazo para empezar a cortarme, yo no paraba de llorar y decirle que se detuviera pero no me hizo caso en ningún momento hasta que no escribió de mal manera "te amo."

Saihara: Ahora dime te amo.

Ouma: T-te amo...

Después de eso, Saihara-chan volvió a encadenarme, lo miré con miedo y sólo me besó la mejilla.

Saihara: Iré por más comida.

Al salirse él empecé a llorar tapando mi cara con la almohada, estaba a dolorido, débil y secuestrado por la persona que alguna vez confié. Al regresar Saihara me dio de comer en la boca como niño pequeño hasta que terminé.

Ouma: ¿P-por qué...?

Saihara: Porque siempre te amé, Ouma-kun, desde nuestro primer beso en tu casa.

Después de decir eso me amarró una tela a la boca y me abrazó en la cama. Yo aún seguía negando que esto estaba pasando.