Quisiera que no regresaras nunca más a mi vida, no verte jamás. Aunque los sentimientos sigan ahí, intactos, inamovibles de ese rinconcito en mi corazón al que perteneces, al que siempre pertenecerás y del que no podré sacarte por mucho que quiera, por mucho que lo intente. No había sentido por nadie lo que sentí por ti, pero lo arruinaste, aparentemente como todo lo que llega a tu vida. No seré más tu juguetito, no jugarás más con mis sentimientos. Merezco a alguien que se enamore de mí de verdad, que me ame y esté a mi lado a pesar de las adversidades y por mucho que me duela ese alguien no eres tú, porque no lo has demostrado, porque no lo mereces, aunque bien sabe dios cuánto deseo que lo seas.