Hermoso accidente (Malec Mpreg)

39. Pase lo que pase

Una mano de Alec estaba sobre su vientre y la otra entrelazada con la de Magnus mientras cruzaban el portal.

-¿No te mareaste? ¿Quieres vomitar? ¿Te duele algo? -Jace comenzó a preguntar a su parabatai en cuanto estuvieron en el loft de Magnus.

Magnus negó con una sonrisa resignada, nada iba a cambiar esto. Y quedaban aproximadamente seis meses. Pero aun así, se aseguró de dejar a Alec sentado en el sofá antes de ir a despedir a su amiga.

-¿Segura no quieres quedarte? -Magnus parecía un poco nervioso.

Catarina sonrió y palmeó uno de sus hombros. -No, ustedes necesitan privacidad. Esa que no tuvieron en Londres, yo entiendo. Además estoy a sólo un mensaje de fuego y un portal si es que lo necesitas, Mags. Nunca te dejaría, los dejaría solos, ya lo sabes. Te quiero, eres mi mejor amigo, y Alexander ya es parte de la familia, lo sabes también, y esos bebés, yo me preocuparía sólo por lo mimados que van a estar...

Magnus sonrió, una sonrisa casi tímida que Catarina nunca creía haber visto. -Gracias -y sonaba tan sincero y aliviado que Catarina resopló.

-Tonto, no creerás que alguno de nosotros no querría a tus hijos. Esto no fue un accidente, es un milagro, Magnus. Y los vamos a amar, ya lo sabes. Pase lo que pase, cuentas con nosotros.

La respuesta de Magnus se interrumpió ante el grito de Jace. Un grito nada digno de un fuerte cazador de sombras considerado como el mejor de su generación...

-¿Qué pasa? -Magnus y Catarina voltearon en cuanto lo escucharon y Magnus estuvo al lado de su Nefilim embarazado en un instante.

-¡Ese maldito gato! -acusó Jace, acunando una de sus manos, señalando a Presidente.

Alec intentaba no reír, mientras acariciaba al pequeño felino que lo amó y aceptó desde el primer día y ahora estaba frotándose contra un lado de su vientre, ronroneando suavemente.

-Tú vas a cuidarlos, ¿verdad, Presi? -preguntó Alec feliz-. ¡Son tres! Tres pequeños que en unos cuantos meses estarán...

-¡Alec! -Jace se quejó, mostrando su mano rasguñada-. ¿No vas a decirle nada? Esa bestia me atacó, cuando yo sólo quería sentir a mis sobrinos...

-Deja a Presidente en paz -dijo Magnus, aliviado porque no era nada grave, y su cazador se veía feliz-. Sólo defendía a mi Alexander.

-Pero... -la queja de Jace se vio interrumpida cuando el timbre sonó.

Todos se miraron sorprendidos, no esperaban a nadie. De hecho, eran ellos quienes irían, después de que Alec descansara, al Instituto.

-Yo voy -Catarina se ofreció, Magnus y Jace sin siquiera hablarlo ya estaban frente a Alec.

Alec se sintió ofendido en un primer momento, él podía defenderse, pero después un golpecito de la nariz de Presidente le recordó la razón por la que debía ser tan cuidadoso. Abrazó su vientre justo cuando la puerta se abría de golpe.

Era Robert Lightwood.

-No entiendo por qué tanto secretismo -empezó, sin siquiera saludar-. Fue por casualidad que me enteré que ya han vuelto...

Jace pensó que era su culpa, él había avisado a Isabelle y a Clary.

-...dije que intentaría aceptar tu relación con un brujo, Alexander, con un hombre, pero si te tiene como prisionero y lejos de tu familia, entonces...

Molestó por las acusaciones hacia Magnus, Alec se puso de pie de golpe. -Papá, eso no...

Pero no había pensado antes de actuar, no en que al moverse Jace y Magnus y ponerse él de pie, sería evidente su embarazo.

La expresión de Robert Lightwood era una nunca antes de vista.

-Alexander -fue todo lo que logró murmurar después de un largo momento, todavía mirando su vientre, apartó la mirada sólo para ver a Magnus- Tú.

Magnus suspiró. Aquí vamos de nuevo, pensó.

Pero entonces la mano de Alec estaba en la suya y su voz sólo para él: "Pase lo que pase, recuerda. Te amo y te elijo a ti, mi amor. Tú, nuestros hijos, y después el mundo, Magnus".

-Déjanos explicarte, papá.

-¿Hay una explicación para...esto? -Robert señaló directamente al vientre de Alec.

CONTINUARÁ...

🙊 hagan sus apuestas, ¿Robert reaccionará bien o van a odiarlo?