Te amaré mientras siga vivo. Sin importar lo corta o larga que pueda ser mi vida, parece que nunca encontraré el tiempo suficiente para amarte como lo mereces. Amarte me hace creer en la eternidad.
(Carta de Magnus a Alec, extra de The red scrolls of magic)«“Gracias —Magnus miró a Alec cuando éste lo dijo—. Gracias por estar aquí, por haber estado cada día.”
La mirada de ambos era intensa y decía tanto. “¿Y dónde más estaría, mi corazón? Te amo, Alexander. Los amo. Todo va a estar bien.”»
Magnus quería tanto poder tener sus manos libres, pasarlas por ese hermoso rostro que parecía tan pacífico cuando debía estar muriendo de dolor, porque no podían usarse runas para él y no quiso que lo durmieran."Necesito estar presente, ya me ausenté demasiado".
Los ojos de Alec se cerraron tras las palabras de Magnus. Y había algo en su mirada, una decisión tan fuerte, que desgarró el corazón de Magnus. Porque él conocía a su valiente cazador, sabía de sacrificios.
Magnus quería tener un momento, sólo un minuto, para detener su magia y poder aferrarse a Alec, rogarle no hacerlo.
«Prométeme que si son ellos o yo, serán ellos tu elección. Te amo, Magnus, hasta mi último latido será así. Pero hay algo más importante que tú y yo ahora: ellos. Nuestros hijos. Promételo.»
Pero no podía. Por más que quería abrazarlo, besarlo, jurarle –incluso si no podía estar seguro– que todo iba a estar bien, no podía porque fuera de la burbuja de magia que Magnus había creado para ellos cuatro, siete contando a sus hijos, el infierno parecía haber comenzado.
Jem y Jace estaban luchando contra los demonios. Que eran cada vez más.
Era como si una grieta entre este mundo y el infierno se hubiera abierto.
«Necesitamos que estos híbridos nazcan para usarlos, sólo por eso vine. No van a sobrevivir sin al menos siete meses en tu cuerpo. Y tú, cazador de sombras, no vas a sobrevivir si esto sigue así. Ellos no pueden soportar las runas en tu cuerpo debido a su magia. Y tú estás muriendo lentamente porque es demasiada magia para ti...»
E
ra como si, a pesar de ser parte de él, los bebés y Alec fueran incompatibles. Y, a pesar de eso, Alec no hizo sino amarlos, luchar por ellos, vivir el tiempo suficiente para que ellos pudieran nacer...
Lo sabían, sabían que los demonios vendrían por ellos. Habían tenido un aviso –extraño que se hubieran tomado la molestia de avisarles que los querían, los necesitaban: "El futuro del infierno depende de ellos"–.
Ya desde que Robert les había abierto los ojos –porque si todos ellos podían sentir el gran poder y admirar lo especial de los hijos de Magnus y Alec, un cazador de sombras y un brujo, ¿por qué no lo harían los demás? Todos. Shadowhunters, subterráneos, el mismísimo infierno...– lo temían.
Simplemente no supieron qué tan grande sería esto.
Creyeron que tal vez tendrían tiempo. Que podrían nacer y crecer tranquilos. No tenía por qué ser así...
Asmodeus no dejaría Edom, su reino, pero tenía modos de llevarlos a ellos. Sus hijos, querían a sus hijos. Y Magnus podía imaginarse una posible razón:
"Hace falta energía para alimentar un reino. Nosotros tiramos del poder de lo que hemos dejado atrás, la gran ciudad del Pandemónium, el fuego en el que caímos, pero hay un momento en que la vida debe alimentarnos. Y la vida inmortal es la mejor de todas".**
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Hermoso accidente (Malec Mpreg)
FanfictionTERMINADA» Magnus Bane, el Gran Brujo de Brooklyn, hace una poción de embarazo por encargo, y, por accidente, su novio, Alexander Lightwood, la toma. Lo que se convertirá en un hermoso accidente. * * * Fanart de la portada de phildrawsfanart