Victorias de la cotidianidad.

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  Un colchón en medio de una habitación vacía, la almohada vieja que me regalaron hace unos días, me arropo con la misma ropa que llevo puesta, abrazandome para pasar el frío, veo la calefacción apagada, pero el precio que debo pagar por ella es muy alto, alto para lo que significa en mi vida. Salí de un turno de 10 horas, caminando en una increible noche de invierno sin la cantidad de abrigo necesaria, podría comprarlo, pero no, hay cosas mas importantes...

  Con los labios rotos, la nariz tapada, un dolor en los pulmones por respirar el aire tan frío, los dedos morados, temblando de frío, me pongo a recordar aquellas tardes en el sol de mi ciudad, donde nunca había menos de 30 grados... Esas tardes, noches donde el alcohol y la felicidad parecían nunca acabarse, con la música que había escuchado durante toda mi vida, es ahora un recuerdo lejano, el espejismo de una realidad que ya no existe, una realidad moribunda que se ha desperdigado por el mundo, llenando de sufrimiento y esfuerzo aquellos momentos que ahora son lejanos...Con una lágrima en el ojo, puedo ver mi telefono encendiéndose en la otra esquina de la habitación... Es entonces cuando vuelve el terror...

  El frío, las horas de trabajo, el poco dinero, la incomodida de un colchón viejo, las trabas, los maltratos, el desprecio, todo esto, todo esto es poco, aunque no me quieran creer, aunque al principio me costaba, es ahora, que comienza a tener una perspectiva de la realidad, que me concentro un segundo en el futuro, es que noto, noto que el verdadero terror que me invade no es por lo que estoy pasando, es porque las calamidades del presente son la mejora de un pasado del que muchos de mis seres queridos aún no han podido escapar... 

  Es el terror que siento al volverme a unir al mundo del que me separe, como si un demonio se levantara con la luz del celular, como si el mundo pudiese acabar al ritmo del vibrar del celular, es con terror, con miedo, con pánico, que recuerdo todo aquello que me hizo venir... Puedo recordar las imágenes que me persiguen, de aquellas que logré escapar, pero que aprisionan a quienes amo. No lo puedo comprender, es una ruda batalla de superar esta verdad que me persigue, es una carrera sin fin, escapando de mi, escapando de todo, escapando hasta donde no me puedan alcanzar, sin saber que mientras siga escapando, jamás descansaré.

  "Espero que estes felices donde quiera que estes, porque tu eres la razón por la cual le temo a la oscuridad" 

  Jamás lo entenderás, esta rabia que me consume es toda tu culpa, quien sonrie, quien parece vivir sin un minimo rasgo de culpabilidad, como te atreves a destruirme y sonreir así. Es por esta rotura interna, esta alma hecha pedazos, que el lograr despertarme, que poder moverme con ganas, el no bajar los brazos, el simple hecho de vivir tranquilamente, son mis victorias en la cotidianidad, y es todo culpa tuya... Es tu culpa y aún asi sonries cínicamente. 

- Este fragmento lleva un poco de honestidad inédita, que no estuvo totalmente presente en los demás escritos. Lo he escrito con sinceridad, por lo tanto puede que sea un tanto distinto. La razón por la que existe, es muy larga para contar, pero espero que muchos puedan identificarse con la dificultad de vivir con sus propios demonios en este escrito. La canción es para comprender quizás un poco mejor el mensaje que intento mostrar en el escrito, sin mencionar la inspiración evidente que hay. - 

EscritosWhere stories live. Discover now