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La fatiga comenzaba a llegar cada vez más rápido gracias a la dura práctica con en el club, su cara podía estar ya no roja como hace un par de minutos atrás, pero las hebras de su rubio cabello parecían sentirse cada vez más sucias y grasientas a medida que el sudor se secaba sobre ellas.

Sus lentos pasos hacían un acompañamiento perfecto a sus ajetreados pensamientos, no podía quitar de su cabeza esa confesión que le había dado su compañero de clase y nuevo mejor amigo. Era como si alguien hubiera gritado y empezara a crear eco dentro de su cabeza, a pesar de que él realmente no participaba como tal en aquel escenario.

—¡Felix, espera! —el nombrado brincó sobre su lugar, deteniéndose sobre sus pasos y casi chocando contra el concreto bajo sus pies.

"Eso estuvo cerca" suspiró luego de recobrar el equilibrio y reuniendo la fuerza necesaria para mover su cuerpo, se giró en dirección a donde provino aquel grito.

—¿Estás bien? —llegó el dueño de aquel gran grito a su lado y posó su mano en el hombro ajeno.

Sus ojos se abrieron ante la sorpresa de encontrarse con él, sus piernas empezaron a temblar débilmente ante la cercanía que tenían, nunca habían estado tan cerca como en ese momento y por ello mismo, odió haber practicado tanto como para que su cabello terminara todo sucio y su maquillaje se corriera dejando al descubierto las constelaciones que cubrían sus mejillas y parte de su frente.

—Sí, ChangBin hyung —dijo en un hilo de voz— estoy bien...

—Me alegro, perdón por haberte asustado —quitó su mano del hombro de Lee.

—N-no se preocupe, está bien.

El pecoso desvió la mirada a sus pies, se sentía tan pequeño al lado del mayor, a pesar de que era más alto por un par de centímetros. Y se sentía tan indefenso que creía que en cualquier momento colapsaría por la vergüenza que sentía al estar a su lado y sin nadie más que ellos dos.

—Yo... uhm —llamó su atención— ¿ya te dijeron?.

—¿Qué cosa? —veía a sus zapatos como si fuera lo más interesante del mundo.

—Supongo que eso es un no —rió levemente para aligerar el ambiente entre ellos— te quería invitar a mi casa.

Levantó rápidamente su cabeza junto a sus grandes ojos abiertos de par en par. ¿Había escuchado bien? ¿ChangBin lo estaba invitando a su casa? ¿a él, con sus pecas y todo?, no podía estar sucediendo, lo más que había logrado era haber conseguido su número celular. ¿Es que acaso estaba en algún tipo de sueño?, porque si era así realmente no quería despertar.

—¿Qué sucede con esa reacción? —sus labios se matenían curvados— creo que realmente no te dijeron nada.

—¿D-de verdad me-me está invitando? —preguntó con la voz que logró sacar de algún lugar desconocido para él.

—Claro, con los chicos quedamos juntarnos todos mañana en mi casa y como tú no habías traído tu celular como decían los chicos, no podías ver el chat del grupo, así que quedamos en que te diríamos pero como es costumbre que nos avisemos todo por chat terminamos por olvidarnos de decirte durante el día, perdón —terminó disculpándose.

Sus músculos se relajaron un poco más al escucharle decir esas palabras, ahora todo tenía sentido, porque de todas manera desde hace un par de semanas se podían llamar "amigos" y los amigos hacen ese tipo de cosas, se juntan para divertirse entre todos, sin ningún sentimiento amoroso de por medio

—Oh, así que era eso —sonrió levemente— lo más probable es que pueda ir, pero tengo que preguntarle primero a mi mamá.

—¡Genial, incluso JeongIn irá! —exclamó alegre ante su respuesta— avísanos si te dejan ir ¿sí?, la hora y dirección están en el chat grupal por si vas.

Dear HyunJin || JeongJin/HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora