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—¿Ninguna? —cuestionó el mayor.

—Ninguna.

Los tres chicos miraron tristemente al azabache recostado en la mesa, no les gustaba verlo de esa manera. Aquel chico no era el HyunJin que conocían, éste no era alegre, ni siquiera tenía ganas de mover sus pies. Tanto Felix como MinHo y WooJin tenían más que claro que las cartas se habían adueñado por completo del corazón de Hwang y les parecía tierno, sí, pero que su amigo sea un muerto relativamente viviente no.

Dos semanas habían pasado desde la última vez que leyó alguna de aquellas hermosas palabras y, para ser sinceros, el tiempo nunca había pasado tan lento como lo estaba haciendo. Empezaba sus días como siempre, las horas de clases se le hacían cada vez más extensas y lo único que deseaba era volver a casa, en donde, lastimosamente, el tiempo corría con la misma lentitud que en la escuela.

Se sentía exhausto, necesitaba un descanso, ¿de qué? tal vez de sus propios pensamientos.

Ahora podía comprender mucho mejor a todas esas personas que decían no querer enamorarse, porque de verdad dolía no estar al lado de esa persona especial, esa persona que alegraba sus días con una mera palabra, que le alegraba con saber que seguía allí.

Extrañaba a YJI.

Levantó la vista y fijó su mirada en sus tres amigos, sonreían, de eso no habían duda, pero no eran las mismas sonrisas que tenían al estar junto a los otros cinco chicos, ¿por qué todo parecía derrumbarse desde el momento en el que dejó de recibir cartas?.

Sus otros amigos, el grupo de Han, empezaron a apartarse cada día más de ellos, llegó un punto en el que se preocupó de que MinHo y JiSung habían terminado su linda relación, gracias a dios no había sido así.

Nunca se volvió a repetir aquella noche junto a esos revoltosos muchachos, tampoco volvieron a juntarse siquiera en la misma escuela. ¿Es que había hecho algo para que todos se apartaran?.

Había días en los que se encontraba exclusivamente con Felix y en su intento de no morir allí mismo sobre la mesa de la cafetería, le miraba en busca de alguna respuesta, cosa muy absurda. Lee tendía a dirigir su mirada a un punto en específico, lo hacía tan seguido que Hyunjin ya sabía a quién miraba. Podía ver incluso como en ciertas ocasiones ChangBin le devolvía la mirada al pecoso haciendo que este mismo se sonroje. Su amor era tan tierno que esperaba estar algún día así con el chico de las cartas.

Dejó de ver a sus amigos para ver al grupo de Seo un par de mesas lejos de ellos. Inevitablemente  dirigió su vista a Yang, una leve sonrisa se posicionaba en su rostro, ¿cómo estará? ¿habrá ocurrido algo más? ¿habrá vuelto a soltar un par de lágrimas?. Un suspiró volvió a escaparse de sus gruesos labios, tal vez ese era el día de los suspiros.

Se quedó mirándole por un par de segundos, nunca se  había dado cuenta de lo blanca que era su piel, ni de lo suave que parecía ser su cabello, ni siquiera de lo realmente adorable que se veían aquellos frenillos ajustados en sus blancos dientes. Yang JeongIn era adorable.

 —¿Sabían que las iniciales de JeongIn son las mismas que las de YJI, chicos?—preguntó con desgana sin quitar mirada alguna del nombrado.

Estos casi escupen su comida al escuchar la pregunta de HyunJin, ¿sería que por fin se daría cuenta?.

 —¿En serio?—pregunta WooJin, pensando que por fin lo descubriría.

 —Sí, simplemente Yang JeongIn suena como YJI. 

 —Woah—habló MinHo, intentando ocultar su sonrisa— ¿cómo te diste cuenta?.

Lo único que recibió en respuesta fue una elevación de hombros por parte del pelinegro. Los tres a su lado no pudieron evitar soltar grandes carcajadas por el estúpido de su amigo, ¡lo había descubierto sin siquiera saberlo!.

Dear HyunJin || JeongJin/HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora