❝Sweetness❞ › Yoonmin «omegaverse»

| G E R A N I O E S C A R L A T A |

Esa noche Jimin no pudo dormir debido a la angustia que llenaba su corazón, se encontraba destruido. Recordar su hermosa floristería le hacía tan mal y hacerse la idea de que jamás podría recuperarla le hacía aún peor. Agradecía tener a Yoongi con él que lo calmaba y le daba todo ese afecto que necesitaba.
Abrazaba fuertemente a su alfa sin tener ganas de despegarse ni un segundo de su lado. Sólo en los brazos de Yoongi se sentía contenido y por más que esté mal, Yoongi le decía que todo iba a estar bien y de alguna manera eso lo tranquilizaba.

Sintiendo el dulce aroma varonil a menta que Yoongi emanaba, Jimin se sumió en un profundo sueño al rededor de las cinco de la mañana.

Al día siguiente el primero en despertar fue el alfa debido a que su celular sonaba, le habían llegado algunos mensajes de Hoseok diciendo que iría a verlo en una hora. Por lo que el alfa se levantó de la cama con suma delicadeza para que el omega no se despertara.

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—¿Lo conseguiste? — Yoongi se sentó frente a la mesa mientras Hoseok sacaba de su mochila una portátil para ver las grabaciones.

— Si, todavía no las he reproducido por qué quería que tú lo hagas. — Hoseok se sentó al lado de Yoongi comenzando a abrir los archivos para reproducir las grabaciones.

Yoongi miraba con atención cada escena, parecía ser todo muy normal, lo último que se vió fue a Taehyung cerrar con llave la floristería a las siete de la tarde e irse del lugar.

— Abre el último archivo, necesito lo que sucedió desde las diez de la noche hasta las once y media — Yoongi le indicó a su primo.

— Nam me dijo que habían borrado las grabaciones de esa hora, pero él tiene a un sobrino trabajando en programación que logró recuperar las grabaciones eliminadas. — Hoseok comenzó a reproducir el vídeo.

— ¿Nam consiguió las grabaciones?—

— En parte, el que las consiguió fue su sobrino, pero el lo envió — 

Ambos alfas veían con atención cada parte de las grabaciones, las diez y cuarenta y cinco de la noche marcaba el vídeo, las calles estaban vacías hasta que de pronto un auto oscuro se detuvo frente a la floristería, dos personas con las caras cubiertas pero de contextura física grande bajaron del vehículo, eran dos hombres pateando la puerta hasta lograr abrirla ingresando al lugar y saliendo a los veinte minutos con una mochila cargada de dinero, después de eso salió una tercer figura del auto, era una mujer, vestía ropa oscura y un cubrebocas que tapaba la mitad de su rostro.

Esa cabellera oscura Yoongi la conocía a la perfección, ahora todo encajaba, no era algo en contra de Jimin o un simple robo.

No.

Todo era para atacar a Yoongi.

— La matrícula del auto, necesito que me averigües a quien le pertenece — obviamente Yoongi ya sabía quién era la dueña de ese auto, pero necesitaba pruebas que después usaría en su contra.

El alfa se preguntaba ¿Por qué la castaña se arriesgaría a tanto? Es decir, tenía mucho que perder en el caso de ser descubierta. Por eso mismo entendía que ella había mandado a borrar las grabaciones, sin tener en cuenta que esas cosas podían recuperarse.

Estaba hecho una furia, las tres personas del vídeo las pagarían muy cara. Les haría pagar flor por flor el sufrimiento de Jimin. Pensaba en todo lo que el omega había sufrido la noche anterior al ver como su floristería se volvía cenizas y el enojo lo envolvía aún más.
Se había prometido el mismo a no hacer sufrir nunca a su omega, por eso mismo las personas que le hicieran algún daño deberían pagar.

— Hoseok, contratame al mejor abogado, tengo un juicio que ganar — 

Su primo asintió y salió de la casa con el celular en sus manos marcando el número del mejor abogado que conocía.
Por su parte, Yoongi regresó a la habitación para asegurarse de que su omega se encontrara bien.

Al ingresar pudo ver a un Jimin adormilado que comenzaba a abrir los ojos.
Toda tensión en el cuerpo del alfa se esfumó al apreciar tal angelical imágen. Despacio fue acercándose al omega, adentrándose en las sábanas y dejando su cuerpo reposar al lado de su omega.

— Hola pequeño — el alfa le dió un suave beso en la frente.

— Yoongi, dime qué es mentira y que sólo fue un mal sueño — el Omega se aferró fuerte al cuerpo del alfa, escondiendo su nariz en el cuello de éste para lograr calmar un poco sus ganas de llorar. Yoongi abrazó por la cintura el delicado cuerpo de Jimin mientras dejaba leves caricias. — ¿Que voy a hacer sin mis flores Yoongi? Tantos recuerdos que tengo de allí, ya no sé qué hacer.

— Lo siento cachorro voy a ayudarte a superar esto  — dejo un beso en la mejilla del omega — pero después de todo, hay una buena noticia...

Los ojitos húmedos del Omega veían fijamente al alfa, prestándole completa atención a las palabras de Yoongi.

— Dime Yoonnie... — Jimin apretó sus labios  tras decir eso.

— Ya encontramos al culpable del incendio y lo haré pagar cada flor que se incendió y cada lágrima que te hicieron soltar — el alfa hablaba mientras acariciaba la suave mejilla de Jimin, mirándolo con atención.
El omega por su parte cerró sus ojos soltando un suspiro de alivio, frotó su pequeña nariz con el cuello del alfa y dejó un corto beso allí.

— gracias por esto Yoonnie — dejó otro corto beso que logró erizarle la piel al alfa. Estando así en los brazos de su alfa se olvidaba de todos sus problemas, agradecía tenerlo a él para calmarlo y ayudarlo con todo.

— No agradezcas cachorro, te amo y haría todo para verte feliz — el alfa se abrazó aún más al omega.

— También te amo Yoongi — separó su nariz del cuello del alfa para mirarlo nuevamente a los ojos.

— ¿Me das un beso? — el alfa le pidió.

—¿Uno solo?— el omega sonrió por primera vez en el día.

— Muchos, los que quieras cachorro — el alfa se acercó un poco a los labios de Jimin hasta rozarlos.

— Ya los estaba extrañando —

Juntaron sus labios por primera vez en el día, abrazándose fuerte y dándose esa contención que ambos necesitaban.
Jimin necesitaba de su alfa para no llorar y Yoongi necesitaba a Jimin para que su ira no le haga cometer locuras en contra de las personas que ocasionaron el incendio.

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