-¿Qué diablos pasó aquí? -masculló Aaron.
La Costa, a veinte minutos de la playa, resultó ser un sitio completamente abandonado. Todo estaba tan quieto y cayado que daba la impresión de que las mujeres saltarían de sus escondites para atacarlos en cualquier momento,pero no había nadie, las redes, las sillas, los pescados ahumándose, todo estaba en su lugar.
-¡Cyndie! ¡Sony! ¡Yola! -comenzó a gritar Aaron llamando a las mujeres.
-Mala idea -bufó Chris-; ahí vienen.
Aaron se giró y vio a un centenar de Caminantes andando a trompicones sobre la ribera del este, llevaban sus ropas de pesca y sus redes enredadas lo mismo que las plantas del río atoradas en los cabellos.
-Mierda -chilló Aaron. Niñas, ancianas, mujeres de distintas edades y algunos pocos varones y chiquillos que rondaban los seis años, caminaron hacia ellos muy despacio gruñendo mientras sus pies se hundían en la tierra húmeda.
Christopher cogió a Aaron jalándolo por las ropas y se alejaron corriendo de allí de vuelta a la playa. Las mujeres de La Costa estaban muertas, habían llegado tarde, el río pasaba primero por La Costa para luego virar hacia el sur hacia los límites de los terrenos de Hilltop; un par de millas más allá, desde luego que una de las vertientes del río se volvía hacia el mar, pero allí el agua se mezclaba con la sal y dejaba de ser útil para la vida humana. Corrieron entre la vegetación seguros de que eso retrasaría a los Caminantes en caso de que quisieran perseguirlos, y para cuando llegaran a la playa se habrían olvidado de qué perseguían.
-Hacia las piedras -decidió Aaron señalando el risco.
Aaron habría querido darle una digna muerte a toda esa gente, habían sido amigos y aliados, pero eran demasiados para ir a matarlos. Se metieron entre las piedras y aguardaron en silencio.
-Alguien... -jadeó una voz de pronto, tan queda que a duras penas consiguió oírse por encima del sonido de las olas estrellándose contra las piedras-. Porfavor... -Aaron reconoció la voz de Cyndie y trepó un poco por entre las piedras mirando al rededor; la distinguió sentada, agotada, en una parte un poco alta del risco, la espalda recargada contra la piedra y apenas parecía capaz de mantenerse despierta.
Para llegar a ella habría que meterse en una especie de pozo natural donde el mar subía su volumen con cada ola que llegaba y lo bajaba al irse la ola.
-Las fosas que usan para la pesca -dijeron los dos hombres; allí se atoraban los peces y camarones que las olas empujaban cuando la marea subía, entro del pozo tendría que haber una trampilla para pesca que se clavara en los peces para mantenerlos allí hasta que las mujeres fueran a recogerlos. Entrar al pozo sería saber que algo se clavaría o cortaría-. Quizá Cyndie está herida, por eso... -o quizá llevara días allí arriba, y por eso parecía a punto de un colapso, pensó Aaron.
Christopher dejó caer su mochila militar y se quitó la chaqueta y la playera, fuera lo que fuese que se pudiera encajar, sería más fácil tratarlo en carne viva que tendiendo luego que quitar la tela. Aaron soltó un chillido y lo detuvo.
-Iré por ella -dijo Chris mirándolo sin comprender su alarma.
-Iré yo -dijo Aaron sacudiendo la cabeza.
-Estoy entrenado para estas cosas, no será peor que intentar caminar sabiendo que puede haber bombas bajo tierra o que a quien rescatas puede tener bombas bajo la ropa -razonó Chris-. Tengo entrenamiento especial para seguir funcionando bajo estrés.
-Tienes una hija, piensa en ella. Voy yo, tú te quedas para servirnos de doctor cuando volvamos.
Pero Chris no lo dejó avanzar, cerrándole el paso con el volumen de su cuerpo.
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Dioses del Edén III
Fanfiction#FelizFamiliaDisfuncional La tercera parte de esta saga; es completamente imaginación mía con la inspiración apropiada del cómic intentando no sacar del contexto nada, más parecido a cuando el ánime alcanza el manga y hay que inventarse algo mientr...