Destino Boukun*

El enfermero

Ambos se quedaron dormidos en aquella cama de hospital, aunque en un principio Souichi se negaba totalmente no tuvo más remedio que ceder, durmiendo abrazado a Morinaga.

-ay ay – el débil sonido lastimero de Morinaga levantó a su acompañante.

- Mori ¿qué pasa?

-siento un dolor en mi costado

-imbécil, te dije que no era buena idea- Souichi dio señales de levantarse de la cama pero aquel individuo opuso resistencia.

-no senpai, no es de tu lado, es en el derecho donde siento dolor, podrías masajearme ahí por favor.

- aunque no sea de este lado te dije que era mala idea.

- ya ya, fue la mejor idea que he tenido, pero ahora por favor masajea esa parte, o quizá yo pueda hacerlo- esto último sonó más como una reflexión , la cual fue tajantemente interrumpida.

- no digas estupideces, a ver...

Souichi se bajó cuidadosamente de la cama, sus cabellos sueltos no se perdían en la oscuridad de la habitación. Se movió hacia el otro lado para atender cabalmente las necesidades de Morinaga

-¿en dónde es?

- aquí- señalando por las costillas

-bien...- un poco temeroso puso su mano sobre el cuerpo de Morinaga al principio lo hizo de forma brusca pero al escuchar el quejido de dolor suavizó su tacto.

-ahí ahí senpai, suavecito.

-¿así?

-ay sii, ahí mismo...que buena mano tienes senpai

-no digas cosas innecesarias- Souichi se sentía extraño y tenso al estar masajeándolo pero ver la cara de alivio de Morinaga lo relajó al instante.

Para dormir de nuevo fue una discusión, uno decía "quédate conmigo" y el otro argumentaba "si me voy al mueble es más cómodo para ti". Al final el mueble fue el ganador, dejando a un Morinaga haciendo muecas de disgusto, mientras que Souichi decidió hacer caso omiso de los lloriqueos.

La mañana llegó y con ella la luz del sol, ya había pasado la primera medicación, las enfermeras lo chequearon de pies a cabeza, pero un aviso inevitable surgió de forma súbita.

-Joven Morinaga, es necesario que tome una ducha, aquí le entregamos esto, es una bata nueva, toalla y productos de higiene. En diez minutos regresaremos con una silla de ruedas apropiada para usted, le ayudaremos a trasladarle al sanitario, le enseñaremos como cerrar el pase de sus sueros para que el catéter no se infiltren. Por lo que requeriremos de su apoyo joven –se dirigió a Souichi- para que le podamos asesorar cómo bañarlo adecuadamente, quizá dentro de poco serán capaces de regresar a casa, pero no lo sabemos hasta que el doctor venga. Con permiso.

Después de dar las gracias al unísono ambos se quedaron mirando fijamente, dimensionando lo que recién les informaron. Por una parte Morinaga se siente curioso por lo que pasará pero afligido porque sabe cuáles son los límites de su senpai; por otro lado Souichi pensó en que sería una situación muy embarazosa para ambos, pero reiteró su determinación para cuidarlo por lo que renovó sus fuerzas.

-no me quiero bañar, buaaaaah...

-¡no seas puerco!

-es muy temprano, ¡son las seis de la mañana!, es muy reciente aún. No tengo fuerzas, ese baño solo me fatigará. NO QUIERO