—Levanta tu rostro y colócate de pie nieta de Masumi, para mí es un honor tenerte aquí—
Sorprendida y algo conmovida obedecí la orden que este hombre me había dado, talvez algunos se preguntaran quien es esta persona, pues… este hombre es Ryujin-sama, el rey de los dragones en la mitología japonesa, como profesora de historia que alguna vez fui agradezco tener tal conocimiento, es un Dios del mar que controla este a su antojo.
—¿Sabes porque estás aquí? —me pregunto el hombre de ojos carmesí, negué con la cabeza suavemente— No señor, estoy en busca de alguien sin embargo no puedo decir de quien ya que no puedo recordarle— procesando mi respuesta con una mano masajeando su barbilla pareció confirmar algo en sus pensamientos.
—Bien, supongo que aún no tienes familiar— terminando esa frase se escucharon voces sorprendidas a mi espalda provocando que me gire un poco inquieta por esas miradas deseosas tratando de restarles importancia. Negué con la cabeza confirmando su suposición.
—En ese caso…— chasqueo los dedos, unos hombres altos, todos muy diferentes se posaron en una hilera a mi lado, un poco intimidada ante la situación mi hombro ahora rozaba con el de Seiryu quien con una sonrisa sinvergüenza tomo mi mano con la suya.
—Ellos son los mejores guerreros que tengo en estos momentos, todos estarían encantados de servirte como tus familiares, tomate tu tiempo y decide a quien quieres como familiar— sin saber el motivo sentía mis mejillas arder incontrolablemente, tenía mucha vergüenza en ese momento, once hombres… todos diferentes dispuestos a ser mis familiares, por Dios, si Baa-Baa me observara estallaría a carcajadas, inhale y exhale por última vez tomando una fuerte mirada en mis pupilas y el poco coraje que tenia en aquel momento.
—Es un gusto conocerlos— comente junto con una leve reverencia— por favor, cuiden de mi—
—Sera todo un gusto—
—Si me permite…—pose mis ojos en Ryujin-sama— me gustaría pasear un poco por la aldea.
—Sera un placer—
Con una mirada del carmesí a los dragones me encontraba rodeada por los once hombres tratando de hablarme, ofreciéndome su guía y Seiryu cada vez mas molesto tratando de apartarlos de mi lado. Distraídos discutían sobre el tema y yo cansada de la situación me escabullí entre el gentío perdiéndolos de vista absolutamente a todos; agotada tomé asiento en una fuente observando a las personas pasar.
Resultándome extrañamente familiar a mi sueño observé detenidamente a mi alrededor captando nuevamente a aquella persona en mi campo de visión, al colocarme de pie pude escuchar los gritos de aquellas personas llamándome, sin embargo, decidí hacerles oídos sordos y salir en busca de aquella persona que había deseado ver hace ya tanto tiempo, corrí detrás de él, recuerdos comenzaron a recorrer mi mente haciéndome ver las cosas mas claras que antes. Finalmente tome la manga de aquel hombre, este volteo su cuerpo extrañado, yo tomaba aire con la mano en mi pierna y otra en su manga.
—Es muy injusto de tu parte, prometiste que nos volveríamos a ver, pero tuve que venir yo por ti— comente reincorporándome aun agitada y con lágrimas en los ojos.
—¿Quién…—
—Haku…—
Sus ojos se abrieron llenos de sorpresa y mis lagrimas recorrían mis mejillas, ahora puedo recordarlo, su rostro, su voz, todo cuando éramos niños. Aquella vez cuando me despedí de él no recordé nada luego de pasar por el tunel de los recuerdos y sin querer hacerlo olvide todo lo que pase en ese mundo, al volver recupere mis recuerdos, pero por una extraña razón no podía recordarlo, sabia que lo estaba buscando, pero aun tengo un mal sabor de boca.
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El regreso de Chihiro y la Villa de Dragones
FanfictionEste mundo nuevo de enormes criaturas que solo fueron realidad en las leyendas de los viejos libros, tantos años de estudio en la universidad nunca pensé que me fueran tan útiles en estos momentos, las cosas desde aquel momento que cruce el túnel la...