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Podía observar como la luz se asomaba lentamente mediante corría al otro extremo de túnel, salí agitada de tanto correr, observe el riachuelo seco que había visto en mis sueños, las cosas no cambiaron nada o al menos a simple vista. Me encontraba segura y en calma al poder ver todo con mis propios ojos, extrañamente sonreí y avance, no sé a dónde ni con quien, pero era como si mis pies conociesen ya el camino, como si ellos supieran a donde van. Subí unas escaleras de piedra, dos guardianes del mismo material que lo custodiaban llamaron ligeramente mi atención, parecen muy antiguas, pero sin embargo están muy bien conservados, estaba atardeciendo y podía notar como el riachuelo que antes estaba seco se llenaba lentamente impidiéndome el paso, no me sorprendí en absoluto, esto ya lo haba visto una vez. Seguí caminando adentrándome en al pueblo que ahora esta rodeado de sombras, las mismas sombras que veía en mis sueños, verlas de cerca causaban un poco de mal royo, pero no pensaba dejarme intimidar. Un árbol grande y viejo me dejo presa de mi propia curiosidad, este se encontraba detrás de un puente y al lado de una casa de baño.
Sonreí satisfecha, en mi sueño me escabullía como una ratilla, pero esta vez no sería así, observe a las personas o mejor dicho los extraños monstros que hacían fila para entrar a ese lugar, los detalle con la mirada a todos, pero solo uno llamo mi atención me dirigí instintivamente a él y lo tome de la mano, él me observo con una mirada curiosa, con una leve inclinación le sonreí amablemente.
—¿Seria usted tan amable mi buen señor de dejarme acompañarlo en su estadía al menos unos minutos? — dije reincorporándome y observándolo a los ojos, su figura era humana como la de un hombre no más de veintinueve años, tenía los ojos como el mar y su cabello era totalmente blanco, su vestimenta era la típica de este lugar, era un yukata. Él sonrió divertido y paso su brazo por encima de mis hombros asintiendo con una sonrisa y pegándome más a él, con un chasquido de dedos presencie como una ráfaga de viento acompañado de la humedad de las gotas de agua me envolvían poco a poco hasta dispersarse por completo... baje mi vista hacia mi vestimenta la cual ahora era un hermoso kimono blanco que hacía juego con su cabello. No puedo evitar pensar que tengo mis encantos y mis tontos pensamientos se reflejaban en una sonrisa que trataba de reprimir él me observo satisfecho y me ordeno que no bajase la cabeza ya que estaba en su compañía lo cual yo asentí.
Al igual que en mis sueños un sapo y unas mujeres nos recibían o mejor dicho a ellos yo nada más estaba de colada, atravesamos las puertas del lugar pero extrañamente todos los empleados me observaron pasmados, mi acompañante noto sus miradas curiosas y unas muy pocas de asco dirigidas hacia mi persona, pero actuó como si no hubiera visto nada en cambio de eso me pego más a él y el personal no me observó más, nos dirigieron hacia un lugar que se parecía a una sala de descanso en la cual solo estábamos él y yo.
—¿Cómo te llamas? —me pregunto tendiéndome una copa que parecía sake, tomé la copa y me senté en frente de él.
— Mi nombre es Chihiro— dije olisqueando el sake
—¿Siempre olisqueas las cosas que vas a comer? — comentó, al observar mi acción sonreí con las mejillas un poco ruborizadas, la verdad es que tenía esa mala costumbre.
—De vez en cuando, pero dime ¿y tú, como de te llamas? — de un trago vacío su copa de sake y me observo con una sonrisa llena de suficiencia
—Mi nombre es Seiryū— fruncí el ceño eventualmente, eso tenía que ser imposible
—Al parecer te suena mi nombre— dijo tomando otro trago, la sonrisa no se borraba de su boca al parecer mi cara anonadada le divertía mucho.
—Soy profesora de historia seria una tonta si no supiera quien eres— dije cerrando mis ojos, con el ceño fruncido masajee el puente de mi nariz, no podía creer que estuviera en presencia de uno de los cuatro monstros divinos. Suspire cansada de pensar tanto en cómo me había comportado unos minutos atrás, mira que comportarse como una idiota al frente de Seiryū, definitivamente e superado mi nivel de idiotez.
—Chihiro, ¿Qué buscas en este lugar? — pregunto entornándose más serio analizándome con sus ojos todas las facciones de mi rostro.
—No busco nada en particular, caminaba camino a casa y me encontré con una anciana la cual comenzó a platicar conmigo cuando me detuve a observar los pequeños templos para rezar, lo que mas me cautivó fue su sonrisa y su vestimenta—
—¿Qué vestía? —
—Ella llevaba puesto un traje Miko (la vestimenta de las sacerdotisas) pero podía notar que no era un disfraz, las Miko no son comunes hoy en día— respondí observándole con el ceño fruncido— luego de aquello escuche como una briza me llamaba guiándome hasta un túnel, escuchaba susurros que me decían: ya es hora de entrar, te necesitan... vuelve— mediante avanzaba con mis relatos mi corazón se oprimía de tristeza, aquella voces me suplicaban por que regresase a aquel lugar, tanto que no pude resistirme y negarme a entrar.
Un poco deprimida por las voces suplicantes me reincorpore acomodando mi kimono y acercándome a la puerta corrediza. Noté como se colocó de pie detrás de mi tomando mi muñeca y haciéndome girar forzando a que observara sus magníficos ojos brillar, lentamente se acercó devorando la poca distancia que nos mantenía separados, de la impresión cerré fuertemente los ojos esperando... ni yo se que estaba esperando, un cálido tacto se poso en mi frente, abrí mis ojos sorprendida y avergonzada al mismo tiempo.
—Tengo que ir a ver a alguien, en un momento volveré— dije sin observarle más avergonzada que antes, él solo se limito a mascullar un "está bien" soltando mi cintura que me mantenía prisionera y así salí de la habitación, camine hasta un gran ascensor y baje la palanca haciendo que el ascensor subiera al piso mas alto. En frente de mi pude observar una puerta roja y de gran tamaño.
—Vengo a ver a Yubaba—
Ya volví de mi pequeño descanso, espero y les guste la verdad es que a mi me tiene muy entusiasmada este nuevo proyecto. ¡¡¡QUE LO DISFRUTEN MIS PEQUEÑOS GRANDES LECTORES!!! (grita con aire entusiasta hacia su pequeña gran familia con una pose victoriosa)
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El regreso de Chihiro y la Villa de Dragones
FanficEste mundo nuevo de enormes criaturas que solo fueron realidad en las leyendas de los viejos libros, tantos años de estudio en la universidad nunca pensé que me fueran tan útiles en estos momentos, las cosas desde aquel momento que cruce el túnel la...