Sola, sentada al frente de un escritorio y encerrada en la habitación la cual me habían otorgado al venir me encontraba una vez más repasando los conjuros más útiles que me aseguraría jamás olvidar.Una y otra vez sumergida en puros susurros de mi parte hasta que tocaron la puerta de mi habitación, mi discusión de la mañana no había estado muy dulce y lo que más quería en este momento era tener un poco de paz, mi vista clavada en la hora me hace suspirar exasperada, son las diez menos cinco de la noche. Sin poder hacer nada al respecto me dirijo hacia la puerta, no antes sin observar quien es claro está.
—¿Qué se le ofrece? —
Al abrir la puerta conseguí la misma respuesta de cuando me fije por el orificio de esta, nada, no conocía a la mujer de pie al otro lado de mi puerta a estas horas de la noche, ella con detenimiento me observo con mi ropa de dormir examinando cada milímetro de mi cuerpo, ¿Por qué tienen que hacer eso, es que no saben que al menos la gente normal como yo nos sentimos incomodos cuando hacen eso? No, claro que no.
—Chihiro-sama, le llaman para una reunión con el consejo a las diez menos diez con Ryujin-sama, si es tan amable le aconsejaría que se coloque una vestimenta aceptable para la ocasión— finalizo extendiéndome una caja la cual tome en mis manos, con una cortes reverencia la educada mujer se retiró con un elegante y preciso caminar, cerré la puerta a mis espaldas y me apresure por abrir la caja; esta con un elegante kimono rojo adornado con peces cois y un elegante lazo dorado para la parte trasera de mi espalda.
—Enserio agradezco estas cosas, pero sigo pensando que a veces es demasiado —
Tome la vestimenta y me la coloque lo mas decente que pude hacerlo, porque créanme si ustedes piensan que colocare un kimono tu sola es sencillo están muy equivocados. Tome unas zapatillas adecuadas realizándome un semirrecogido en el cabello dejando mechones caer en mi rostro con gracia partiendo al lugar, me encontraba cruzando un largo pasillo ahora totalmente oscuro iluminado por la débil luz de unas velas dándole un toque un poco siniestro para mi gusto, al llegar al frente de una enorme puerta toque tres veces esta con mis nudillos advirtiendo de mi llegada y luego empujando esta con mis dos manos.
—Buenas noches— pronuncie divisando lo que había a mi alrededor, tome asiento al lado de un hombre con cabello largo y verde quien no me presto mínima atención. Todos los presentes descartando a una mujer de cabello negro y claros, la mujer elegante de antes y yo todos son hombres en la habitación.
—Bien, ya que estos todas las bestias divinas y los integrantes del consejo se encuentran reunidos hablaremos del tema que nos trajo aquí, Ryujin-sama, explíquenos la situación que se presentó días atrás—
—Hace aproximadamente una semana atrás según el reporte que me comunicaron se han estado presenciando varios casos de ataques de alguna serie de youkai malignos, según la información dada estos son manejados por alguien, por una persona la cual no conocemos su identidad ni paradero, esto está deshabilitando el equilibrio espiritual en los tres mundos—
—Perdonen mi ignorancia, pero ¿cuáles son los tres mundos de los cuales usted habla? — pregunte
—No me sorprende que aun no sepas esa información, pero para tu dicha ya has estado en dos de los tres mundos, uno de ellos es el mundo terrenal donde creciste y permanecen todos los humanos habitando en paz y tranquilidad, el mundo espiritual que es donde pertenecen todos los youkais y por ultimo pero no menos importante es el inframundo, donde van todas las almas perdidas a buscar su tranquilidad, normalmente este mundo está compuesto por almas que van a pagar su deuda por haber realizado algún pecado en su tiempo de vida sin importar sin importar en cuál de los dos mundos estuvieron antes de morir, cada uno de estos mundos para estar en paz se necesita el equilibrio que anteriormente mencione—
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El regreso de Chihiro y la Villa de Dragones
FanfictionEste mundo nuevo de enormes criaturas que solo fueron realidad en las leyendas de los viejos libros, tantos años de estudio en la universidad nunca pensé que me fueran tan útiles en estos momentos, las cosas desde aquel momento que cruce el túnel la...