Activen el vídeo para una mejor lectura
Luego de aquel encontronazo y las amenazas con los youkai me e dedicado a entrenar mucho, mucho más de lo que lo hacia antes, y no solo por mi sino por la familia que tenia a mi alrededor. Mi Baa-Baa... se encontraba mal, su salud empeoraba frente a mis ojos sin embargo su rostro me mostraba una sonrisa cálida diciéndome que seria solo un simple resfriado; el año se esta acabando y puedo ver al invierno entrar con una maravillosa presencia, pero en mis adentros podía sentir como su poder espiritual disminuía considerablemente.
Mis recuerdos me visitan en las noches incitándome, diciéndome que ya es hora de seguir, tengo un destino como sacerdotisa de mi familia, pero desde hace ya unos días no recordaba que hay alguien que me espera, alguien a quien anhelo conocer. Recostada en un peldaño del pasillo viendo a la nada sumergida en mis pensamientos mi lagrimas comenzaron a caer, disgustada seco mi rostro con mi antebrazo cambiando mi mirada al entrar a la zona de entrenamiento.
Posada en el centro de este coloco mis dedos índice y corazón al frente de mí, susurrando, dejando todos mis sentimientos en este ultimo conjuro. Las mismas ondas se espacian una y otra vez por abrazando la barrera de mi abuela, convirtiéndola en una mas grande y con un destello dorado, me aseguraría que mientras yo viviese esta barrera no se desintegrara, le dará vida al santuario y Baa-Baa no tendrá que hacer ningún esfuerzo mas que el de tomar té viendo el paisaje; al terminar suspiro un poco agotada tomándome la cabeza con mi mano. Con una rama dibujo en el suelo colocándome yo en el centro actuando como punto de energía, como si se tratase de agua dorada mi poder espiritual corría atreves de el dibujo que no hace mucho tiempo atrás realice, suspirando una vez mas levante mi puño en frente de mí.
-Yo que alguna vez observe, te llamo, préstame tu poder... señor que navega y cuida los mares, yo Chihiro Ogino predecesora de la familia compuesta por monjes y sacerdotisas me presento, escucha mi plagaría y por favor responde. Ven a mi poderosa bestia divina- abro mi puño con fuerza sacudiendo el aire- ¡Yo te invoco Seiryu! -
Al terminar mis palabras una fuerte ventisca me sacudió empujándome fuertemente haciéndome tropezar sin estamparme con el suelo, en cambio fui recibida por unos brazos.
-Es tu culpa por hacer una invocación tan bien hecha- agrego ante mi mirada de desaprobación por casi mandarme por los aires.
-Bueno, no viene al caso, hoy te invoque, pero necesito que por el momento esperes con Baa-Baa en la sala de té, yo alistare mis cosas-
-¿A dónde vas? -
-Lo diré luego cuando ambos estén juntos-
Sin decir más el asintió escoltándome con mirada curiosa, a toda prisa tome mi naginata y mi poco equipaje dirigiéndome a la sala de té.
-Baa-Baa... ¿Cómo te sientes? -
-Ya dije que bien hija mía, no tienes que preocuparte por mí, seré anciana pero aun me falta mucho por vivir- al escucharle sonreí inconscientemente-¿te vas ya? -pregunto ella y yo asentí tristemente.
-Me esta llamando, o no sabría decir si yo lo estoy llamando, pero creo que ya es hora de encontrarle-
-¿Cómo sabrás que es la persona a quien estas buscando? -
-No lo sé, creo que simplemente lo sabré, aquí- mencione colocando una mano en mi pecho.
-Sabía que esto pasaría así que puedes ir tranquila, yo voy a estar bien, además yo también tengo a mis familiares que me acompañan así que no estaré sola dijo mientras un pequeño zorrito se dejaba ver en sus hombros.
Una vez terminada la charla le sonreí dándole un abrazo de despedida y susurrándole "esta no va a ser la ultima vez que te veré, te lo prometo" Seiryu y yo nos dirigimos al campo de entrenamiento, él me rodeo con sus brazos sujetándome y a como él llego nos fuimos de aquel lugar. Mi temor no me permitió abrir los ojos, pero mis pies no tocaban el suelo y tenía cierta impresión de que me encontraba en el cielo, literalmente.
-Llegamos- mascullo él
Podía escuchar voces hablar a mi alrededor, al abrir los ojos note que no encontrábamos rodeados de muchas personas, todas nos miraban con gran curiosidad oh, mejor dicho, me miraban con gran curiosidad. Con mis mejillas rojas bajé la mirada al suelo apenada, nunca me acabo de acostumbrar al tener tanta atención en mí, una mano tomo mi barbilla levantando mi merada conectando con esa mirada como el mar haciéndome sonrojar más.
-Ya te dije una vez, no bajes la vista mientras estés en mi compañía- tome su mano y la retire suavemente de mi rostro, en respuesta me otorgo una de sus sonrisas socarronas tomando mi mano para según o que creo guiarme; ¿pero a que juega? Me pregunte. Era una ciudad muy antigua a simple vista, pero eso no quería decir que no estuviera muy bien cuidada, sus detalles, decoraciones, hay hasta puestos de comida.
La multitud era abundante, todos llenos de curiosidad, me sentía hostigada y con falta de aire, pero tenía que hacerme la fuerte, aunque sea por poco tiempo. Me dedique a observar los rostros a mi alrededor, personas... de todas las edades, de niños hasta ancianos pero todos con algo en común lo cual me inquietaba un poco, todos eran muy bien parecidos, puedo asegurar que no hay ni un solo ser de esta ciudad que no sea de ese modo, a lo lejos en cerca de una fuente observe unos ojos verdes, el único par de ojos que no se encontraban en mi dirección sino el la de un pequeño libro rojo que desde mi punto de vista parecía muy viejo y gastado. Inesperadamente el joven sonrió y paso la pagina de este causando que sin pensarlo yo desviase la mirada "pero bueno Chihiro, concéntrate" me dije en mis adentros dándome palmadas mentalmente en mis mejillas para despertarme de una buena vez, yo no venía a ver quién era bien parecido o no, esto es algo muy serio.
Entramos a un salón con toda esa multitud a mis espaldas, un lugar lujoso parecido a un templo, pero muy lejos de serlo, se dice que los dragones son criaturas que alejan el mal del mundo y son símbolo de buena fortuna, no me extraña que sean los familiares de nuestro clan también se comenta que tren riquezas y que son justos al igual que benévolos. Al llegar al frente de un especie de trono por llamarle de alguna manera, en el se encontraba posado un anciano de talvez unos setenta y cinco años de edad, pero no de esos ancianos dulces que de tan regalos y te preguntan como te esta hiendo el día de hoy.
Este hombre desprendía, fuerza, autoridad, de eso que te deja sin habla o queja alguna al dirigirte una serbera mirada, pero curiosamente, aunque desprende esta fuerza me recibe con una enorme sonrisa y una amabilidad desbordante.
-Estamos en presencia de Owatatsumi-sama...-
Al pronunciar esas palabras sin dejarle terminar automáticamente me coloque de rodillas como si fuese un caballero de armadura plateada con mi vista hacia el suelo, mi acción provoco que mi compañero de viaje se arrodillara ante él al igual que las demás personas a mi espalda.
-Ryujin-sama, es un honor para mi conocerle en persona y que usted me recibiera tan cálidamente, déjeme mostrarle mis agradecimientos...-
-Levanta tu rostro y colócate de pie nieta de Masumi, para mi es un honor tenerte aquí-
🌷Este capítulo esta dedicado como regalo mío para ROSSI_MeY quien esta cumpliendo años el día de hoy (5 de septiembre) te deseo que la pases súper bien el día de hoy y el resto de tu vida. ❤🌷
También quería pedir disculpas, la verdad es que e tenido momentos mejores a la hora de escribir😅 y se podría decir que no estoy en mi mejor momento pero aquí estoy!! Espero que lo desfriten.
ESTÁS LEYENDO
El regreso de Chihiro y la Villa de Dragones
FanficEste mundo nuevo de enormes criaturas que solo fueron realidad en las leyendas de los viejos libros, tantos años de estudio en la universidad nunca pensé que me fueran tan útiles en estos momentos, las cosas desde aquel momento que cruce el túnel la...