Cap#8

605 61 4
                                    

—¿Es cierto eso? — pregunto al aire, uno de los dragones levando el cabello de la frente rozando esta con sus dedos, un destello dorado irradio desde el pecho de Haku al lado izquierdo justo encima del corazón.

***

—¿Adónde me llevas? — me pregunto

—A un lugar bonito, y perfecto para lo que tengo en mente—
—Dudo que sea un lugar el cual yo no conozco— solté una leve carcajada

—Ya lo veremos— comente cuando cruzamos una barrera que cubría un pequeño espacio, había flores por doquier y un lago, chispitas doradas volaban por los aires y el aire era más puro.

—¿Cómo? —

—Yo lo hice, ¿te gusta? — asintió con la cabeza junto una sonrisa, tome su mano y lo encamine en medio del campo de flores tomando asiento los dos en estos—cierra los ojos— sin rechistar me obedeció con curiosidad. Deje fluir el poder espiritual que emanaba en mí, seria la primera vez que lo ve, primera vez que ve su color dorado; mi cabello oleaba y a nuestro alrededor se dibujó un sello dorado que iluminaba las flores pintándolas del mismo color, con un nudo en el pecho y mi boca temblorosa procedo a realizar el contrato— Con mi humilde petición por favor ata ahora con este hilo dorado e inquebrantable nuestras almas y las raíces de nuestras venas, con la autorización de mis ancestros y mi gran maestro abro las puertas de los cuatro puntos cardinales. Ven, abre los ojos y dirígete hacia el frente Kohaku, toma mi mano que con este cuerpo seré yo quien derrote el mal, yo Chihiro Ogino te pido humildemente que tu Nigihayami Kohaku Nushi aceptes ser mi familiar— tome con mi mano su rostro, en forma de caricia coloco su mano sobre la mía observándome con ojos llenos de cariño y un poco de temor

—¿Estás segura de esto? —

—Nunca he estado mas segura de algo en mi vida— argumente

—Puede que no estén de acuerdo con esto—

—Haku enserio, eso es algo que me tiene indiferente— una leve carcajada salió de sus labios antes de posarlos sobre los míos, sus labios devoraban los míos con desesperación en un intento de recobrar el tiempo perdido, todo él tiempo en el cual yo no le pude recordar, tomo su vestimenta entre mis manos intensificando más el beso, puedo sentir como mis lagrimas empiezan a recorrer mis rosadas mejillas, en mi cabeza rondaban todo tipos de pensamientos pero lo que si tenía claro era que ahora, no permitiría que nadie me aparte de él, nunca, sellando así el contrato con un beso, el beso en que juré secretamente cuidarlo, obsequiarle todo mi amor y cariño sin importar lo que los demás piensen de mí, sin importar lo que los demás piensen de él, jurandole lealtad no como ama... Sino entregándole todos mis sentimientos sin importar que estos sean o no correspondidos. El conjuro se rompió como el cristal dejando partículas de este en el aire y todas las flores del color del oro, él me observo y me rodeo entre sus brazos esperando que mi llanto cesara.

—Prometo nunca irme de tu lado de nuevo— susurro, lo abrace con mayor fuerza sin que mi llanto cesara, así, lo último que recuerdo son sus delicadas caricias y el calor de sus brazos rodearme hasta que cállese la noche.

***

—Chihiro, pero él es mucho más débil que tu poder espiritual, un familiar debe proteger a su amo no al revés, ¿debo recordarte que eso te lo decía tu abuela? — comento Seiryu.

—¿Qué tienes que recalcar tu? ¿de verdad pensabas que no me daría cuanta del sello que me hiciste? — dije señalando mi frente

—Eso, puedo explicarlo…—

—¿Tan empeñado estabas que no encontrara a Haku? —

—¿Desde cuándo rompiste el sello? — preguntó

—Desde el momento que lo vi, todos mis recuerdos volvieron, al principio era simple amnesia, pero luego me colocaste el sello para que no pudiera recordarlo ¿o me equivoco? —

—Él solo estaba bajo mis ordenes, ¿o sino porque crees que volviste al mundo de los espíritus? — argumento a su defensa el rey

—Esta muy equivocado, talvez ustedes me guiaron hasta él túnel, pero yo vine al mundo de los espíritus gracias a mi abuela quien se presentó primero ante mí, creo que le han ganado en la carrera Ryujin-sa-ma— no pude disimular una pequeña sonrisa de burla, cansado de la situación este me observo malgeniado y levanto su mano en dirección a mi familiar.

—Ya estoy cansado de esto, tu no serás su familiar, ¡llévenselo! —

—¡Se los advierto! — junte mis manos ahora iluminadas extendiéndolas y haciendo aparecer mi naginata de su interior para luego tomarla con una mano y dirigir su filo al suelo cortando el aire —¡El que lo toque se las verá conmigo! — grite observando de reojo a mi alrededor de mis espaldas, dudosos con mis palabras algunos se quedaron inmóviles al escucharlas, otros solo me observaban dudosos preguntándose si debían obedecer o no.

—¡Adelante, inténtenlo! — grite una vez más haciéndolos retroceder por completo.

—¡Suficiente! — grito Ryujin-sama golpeando el descansar de su asiento  colocándose de pie dirigiéndose hacía nosotros con paso apresurado.

—¡Eh dicho que él se queda! — le rete una vez más, pero esta vez cubierta de dorado, provocando que Haku reaccionara al poder que le estaba transmitiendo, este estaba listo para luchar en cualquier momento. Al observarme Ryujin sorprendido coloco la palma de su mano en su rostro.

—¿Tan lejos llegarías por defenderlo? — Me pregunto y yo por otro lado sonreí egocéntricamente.

—Como no tienes idea—

—Bien, pero hablare con el consejo, un monje o una sacerdotisa puede tener la cantidad de familiares que su poder le permita y observándote unos momentos atrás puedo decir que eso era la punta del iceberg, no me quedare tranquilo hasta que escojas a unos de ellos— argumento señalando a los once jóvenes sentados al lado de la pared observando la conversación.

—No gracias— comenté— ya encontré a quien vine a buscar desde un principio, no tengo interés de ahora mismo, ah y también quería comentarte que nos iremos mañana—

—No creo haber autorizado eso—

—¿Acaso empezamos de nuevo? No tengo nada que negociar contigo, y si es por el hecho de estatus entre ustedes el ser mi familiar lo hace superior a muchos de este lugar pedazo de…—

—Chihiro-sama— carraspee la garganta guardando la poca compostura que me quedaba.

—Lo siento, como decía, no lo veo necesa…—

—Nos quedaremos por unos días más— afirmo Kohaku, le voltee a ver con el ceño fruncido, dirigiéndose él a mí con una amble y dulce sonrisa.

Si sigue así caeré en la perdición…

El regreso de Chihiro  y la Villa de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora