A quien corresponda

Carta #26.- Dejalo ir

Ya no soy una niña y no es que extrañe esa época.

Mas bien, tengo 24 años. Eh crecido bastante desde la ultima vez que escribí, me siento mas vieja, mas sabia y al mismo tiempo igual de tonta.

Ya no soy tan joven. Me duele la espalda y me preocupo por lavar la ropa temprano, se la hora en que pasan por la basura incluso ya comparo precios en el supermercado y me emociona tener un tupper nuevo. Tengo en mente vivir con un hombre sin idializarlo. Lo amo tan desordenado como es, así como el me quiere estando tan desquiciada. Pero esa no es la situación... 

Los niños que conocía, ahora tienen hijos, otros ya terminaron sus carreras universitarias y trabajan en lo que les gusta. Dejamos de frecuentarnos poco a poco hasta que la comunicación fue nula y es que yo me esforcé tanto por cortar los lazos para no tener algo que me uniera a mi ciudad natal, que termine lograndolo. 

La verdad, no me arrepiento. 

Mi vida ya no esta ahí y mucho menos con ellos, pero siempre existe la nostalgia de los pocos momentos buenos que tuve a su lado. Y no me lo tomen a mal, no todos fueron malos conmigo pero hay que soltar para avanzar; y yo se que mis emociones me dominan, por lo que algún lazo de amistad, cariño o amor no me dejarían seguir mi camino.

Eh aprendido que nadie es indispensable, hay quienes te dejan y hay a quienes debes dejar; hay que alegrarse de la felicidad de tus amigos aunque ellos ya no te consideren su amigo pero no dejes de perseguir tu meta. 

Al final habrá personas, amigos, familia que estarán ahí cuando logres tu cometido, sin embargo no olvides a los que dejaste porque te aseguro que contribuyeron con algo que te marco para siempre.