LOS GEMELOS

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Kyle y David eran la dupla perfecta. Desde que nacieron mamá siempre dijo que no podía separarlos mucho tiempo o comenzaban a llorar. Imagino que es algo de gemelos, pero la conexión que hay entre ellos es la cosa más fuerte que había visto en mucho tiempo.

Siempre me jacté de ser la única ademas de mamá de poder diferenciarlos al instante. Eso volvía loca a Peyton, nunca supo encontrar las claves en ambos, lo fácil que era ver las diferencias.

De niños, Kyle solía usar colores más llamativos que David, su cabello era un poco más largo y tenia un lunar en el cuello, era demasiado sencillo saber quién era quien. Luego de adolescentes, les dio por molestarnos a todos vistiéndose iguales y cortándose el cabello de la misma forma, más que todo cuando tenían exámenes y alguno era mejor que el otro en ciertas asignaturas.

Ambos demostraron ser astros del fútbol en cuanto tocaron la cancha por primera vez. Recuerdo que las pruebas en el equipo de la primaria fueron las mejores en años, por supuesto los hijos de Edison Von Doith eran la mejor promesa que el equipo tenía. Con el tiempo desarrollaron tan bien sus habilidades que incluso lograron jugar con equipo mayores siendo solo niños. Ahora, por supuesto son profesionales pero cuando estábamos en la secundaria tuvieron algunos altibajos al principio.

Nuestra diferencia de edad es de solo 2 años y unos meses, por lo que cuando entre a primer año, ellos estaban en tercero lo que, en fútbol, significaba que podían tener la posibilidad de ser capitanes en algún momento. El equipo tenía cerca de 5 jugadores de ultimo año, el actual mariscal de campo, Cyrus, era uno de ellos y era probablemente la mayor competencia de mis hermanos. Especialmente porque tanto Kyle como David podían jugar en su posición sin problema, o podían ser receptores, o jugar en la defensa. Eran muy versátiles y eso le molestaba a Cyrus en sobremanera.

Se decía que había obtenido una beca deportiva en la universidad Clemson, que por supuesto era algo enorme ya que Clemson era de los mejores equipos en la liga universitaria y casi siempre llegaban a las finales o quedaban campeones. Todo el mundo sabia que mis hermanos se quedarían en Minnesota, básicamente tenían el puesto asegurado y, aunque la universidad de Minnesota no llegaba a las finales tan seguido como Clemson, estoy segura de que las personas contaban con que mis hermanos cambiarían eso.

—Juro que si Cyrus vuelve a cambiar las jugadas en medio del partido no habrá lugar en el mundo en donde se pueda esconder de mí, lo juro. Le partiré la cara a ese idiota —decía David una vez que volvimos a casa después de un partido en el que perdieron casi al ultimo minuto por solo 3 puntos.

—No se estresen, esto le ayudará a Morris a darse cuenta de que ese pequeño príncipe que tiene no es tan funcional como cree. Dave, has mejorado mucho tus lanzamientos, y estas listo, eres un mariscal de campo nato, y lo sabes... y tú —decía papá esta vez dirigiéndose a Kyle —, eres un receptor perfecto. ¿Notaste a los chicos de Northwest? Ninguno te pudo alcanzar. Ustedes están listos para liderar, no se estresen por las malas decisiones de Cyrus será él quien regale el campeonato en su último año, pero ustedes seguirán aquí un año más, y entonces podrán demostrar de que están hechos.

A veces me entristecía un poco escuchar todos esos discursos motivacionales que papá solía darle a mis hermanos, o a Peyton cuando decía que ya no podía más con la gimnasia y que quería renunciar. Sentía celos de ver que ellos sí eran importantes para él, y yo, tal vez había ganado un partido con mi equipo de Hockey y no era merecedora de sus palabras porque era mi deber.

—Beth, ¿quieres ir por una hamburguesa? —me preguntó una tarde David desde la puerta de mi habitación. Me encontraba perdida en mi lienzo, en esos días, solía dibujar mucho paisajes fríos.

—Claro, dame un segundo.

Mi hermano entró a mi habitación y observo todos los dibujos en las paredes y los cuadros en el piso.

— ¿Tú hiciste todo esto? —preguntó mirando todo con detenimiento. Nunca me había detenido a ver lo realmente invisible que podía ser para mi familia hasta ese momento. Mis hermanos me querían, de eso estaba segura, pero siempre fui una sombra en su vida, algo que ellos veían pero ignoraban.

—Si...

—Vaya, eres buena, ¿desde cuándo lo haces? —sabia que Dave no lo hacía con malas intenciones, pero cada una de sus palabras eran un golpe directo a mi corazón.

—Desde que aprendi a sostener un lápiz.

—Increíble, siempre te veía dibujando pero nunca pensé que fueras tan... buena. Eres excelente, ¿has pensado hacer esto siempre? Ya sabes, ¿una carrera?

Lo observé como si me estuviese diciendo un chiste de lo más malo.

— ¿Crees que alguien en esta familia tenga la más mínima oportunidad de ejercer una carrera que no sea deportiva?

—O sea que ¿esa es la única razón por la que no lo has pensado?

— ¿Crees que no lo he pensado? Me dieron la oportunidad de estar en las clases avanzadas de arte el próximo año, la señorita Rosset me dijo que podía comenzar a hacer mi portafolio para la universidad pero...

— ¿Pero?

—Tendría que dejar el hockey.

—Oh... ya veo.

—Exacto... papá jamas me permitirá dejar el hockey por clases avanzadas de arte. Él cree que me gusta, y bueno... si, pero no quiero pasar el resto de mi vida en el hielo, me gusta patinar, pero mi verdadera pasión es el arte.

— ¿Por qué no se lo dices? Estoy seguro de que te entenderá.

—Si fuera tú, o Kyle o Peyton... nunca llenaré sus expectativas, no soy como ustedes.

—Beth, sé que papá puede ser duro, pero él te ama, se que ha pasado por momentos difíciles y mamá a veces no ayuda mucho, pero a su manera nos quiere. Si no quieres vivir del Hockey, díselo.

Desde el principio David fue el único que me apoyo en absolutamente todo, incluso cuando cometí el peor error de mi existencia, él siempre estuvo ahí para mí, y se lo agradeceré por siempre. 

Anne, Schlesinger ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora