INOCUO 19

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Era un lunes cuando Luhan se preparaba para ir a la escuela, se miró en el espejo satisfecho por su apariencia, después de todo era lo mejor que podía hacer.

-Me voy a la escuela- anunció sehun desde el pasillo.

Luhan miró el pasillo viendo a su hermano irse ya en su uniforme escolar y su cabello peinado con gel.

Suspiró derrotado.

Con algo de prisa luhan salió de su casa para ir rumbo a su vieja escuela, era hora de que se reintegrara a su vida normal y que mejor si tenía a yixing a su lado.

Ambos se encontraron en la entrada del instituto para entrar juntos mientras hablaban de los profesores y sus compañeros.

Pasaron el día entre presentaciones y retomando viejos temas.

Afuera el día era hermoso, con un sol brillante y sin amenazas de lluvia, tal y como le gustaban a Luhan.

Esos días le hacían recordar las tardes en el parque y el zoológico junto a Minho cuando era pequeño y no necesitaba a nadie más.

Una sonrisa salió de sus labios al momento que una brillante idea le cruzó por la mente.

Cuando por fin pudo salir de la escuela tomó el primer bus a casa. Subió a su recámara sin revisar si se encontraba sólo; subió y dejó todo en el piso.

Rebuscó en sus cajones y por debajo de la cama, la tarjeta de su abogado, pero no había señales de ella. Pensó en pedirle ayuda a la señora boom, ya que ella limpiaba y lavaba sus cosas, pero entonces recordó que la había guardado en su billetera.

Marcó el número rápidamente siendo contestado de inmediato.

-Kim jongIn, ¿En que puedo servirle?-

-Soy Luhan, el hijo de la familia Oh.

-Luhan, qué milagro, ¿Todo bien?-

-Si, mi llamada sólo es para pedirte un favor. Necesito que encuentre a alguien.

-Claro, dime su nombre.

-Choi MinHo

◾L A Y S T A L◾

Cuando las clases terminaron por completo  Lay corrió hasta su casa para cambiarse. Esa tarde se vería con Krystal, una bella mujer que ya era su cliente habitual, una hora más tarde se debía de ver con un tal Mark en otro hotel y aún debía preparar su maleta.

Dejó una nota a su madre explicándole que saldría a trabajar horas extras en la construcción. A Yifan le dijo que iba a estudiar en la biblioteca para sus clases.

Caminó hasta el hotel "Valentino" donde solía verse con ella en la misma habitación.

Siempre la misma habitación.

Lay sabía que ella era casada, que detrás de esas tardes o noches de pasión, donde ambos se entregaban al pecado más puro había un hombre que salía perdiendo.

Lay ya no quería lastimar a más gente, pero era necesario para mantener a su familia.

La madre de lay había estado trabajando en casas donde la contrataron como ama de llaves o cocinera, pero había veces que llegaba muy noche por un salario que no alcanzaba a cubrir los gastos.

Krystal llegó directo a los brazos de Lay tomándolo por sorpesa. Rápidamente se apoderó de los labios ajenos por los que pagaba cada tarde, los labios que más dulce le sabían a la joven mujer.

La ropa sobraba en esa habitación, los dedos ágiles de ambos danzaban sobre la piel desnuda del otro en un bello espectáculo que invoca a la pasión y el deseo a manifestarse.

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