El Vecino: capítulo 9

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El lunes al mediodía me recogió como siempre:

-¿Que tal ha sido la vuelta al trabajo?- preguntó.

-Dura, estaba deseando que llegase la hora de salir, menos mal que esta tarde solo vengo un par de horas y no me toca estar en caja.

-Si quieres me acerco a recogerte y hacemos algo.

-Es que ya tengo planes.

-¿Vas a salir?

-No, pero he quedado con tu hermana.

-Bueno, entonces te veré luego ¿no?

-No creo, le he dicho que hoy baje ella a mi casa.

-¿Vas a contarle...?

-Si, a no ser que prefieras que no lo haga.

-Me parece bien, pero ¿qué hago yo mientras?

-Pues no lo sé, haz lo que sea que hicieras antes de estar conmigo, ponte música, sal a tomar algo... seguro que puedes vivir sin mí.

-Puedo, pero ya no quiero hacerlo.

-Pues al menos esta tarde tendrás que aguantarte.

-Le va a faltar tiempo para subir a casa y tener una charla conmigo después, ya la estoy viendo.

-Fran, si esto va a ser incómodo para ti, dímelo.

-¡No, de verdad! No es eso, si por mi fuera se lo hubiese contado hace tiempo, ya te dije que yo con Irene no tengo secretos. Pero la conozco y va a querer saberlo todo y me interrogará igual que va a hacer contigo. Prepárate, va a ser divertido.

-Me va a costar, ella ya imagina cosas, pero hay otras muchas que no sabe y aunque tengo ganas de contarle, me da un poco de vergüenza.

-Si lo prefieres puedo estar presente- dijo sin poder evitar reírse.

-¡No! ¡Eso sería aún peor! ¡Y no te rías!

-Estoy seguro de que no vas a tener problema en contarle lo que quieras. Anoche hablamos de ti.

-¿Vosotros dos?

-Nosotros, mi madre y mis otras hermanas, a todas les caes bien. Y todas estaban de acuerdo en algo, Irene necesitaba a alguien como tú, os entendéis bien. Ha tenido suerte de que estuvieras cerca, si no, lo hubiera pasado peor con todo lo de su novio. En el pueblo tiene muchos amigos, pero los comparte con él y le hubiese costado más pasar estos días allí. Mi madre dijo que erais como Zipi y Zape.

-Qué curioso, a mí me dijo algo parecido de vosotros dos.

-Pues mira, otra cosa que tenemos en común.

-Si mis amigas te escuchasen hablar así de mí, pensarían que no conocen a la misma persona. Ellas me tienen como la seria del grupo y no se equivocan, en general lo soy. Pero contigo, con vosotros, no sé por qué es diferente, yo soy diferente y lo noto desde el primer día, supongo que dependerá de la compañía.

-¿Y te parece algo malo?

-Todo lo contrario, me gusta mucha más esta nueva versión de mí, me río y me divierto más, disfruto más de todo en general y me gusta esa sensación. No es que con ellas no lo haga, pero es distinto, no sé explicarlo. Con ellas soy más protectora y me contengo y con vosotros, soy yo la que se siente protegida y soy más libre, más natural, más yo.

-Me gusta oírte decir eso y me gusta saber que te sientes así conmigo. Vas a tener que presentarme a tus amigas, tengo curiosidad por conocerlas.

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