El Vecino: capítulo 10

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Mis padres no se marcharon hasta el sábado, yo tenía turno de mañana y a las cuatro ya estaría libre, quedó en venir a recogerme y comeríamos en el centro comercial.

Cuando llegó, una de mis compañeras se fijó en él:

-¿Ese no es el mismo chico que nos encontramos aquí una noche y que vino a buscarte otro día también?

-Sí, el mismo.

-¡Qué calladito te lo tenías! Oye dile que entre y nos lo presentas que queremos verlo de cerca.

-No, no pienso dejar que se acerque a vosotras que sois unas liantas y me vais a poner en un compromiso y a él le vais a hacer pasar vergüenza, que ya os conozco.

-Pero cuéntanos quién es al menos ¡no nos dejes así!

-Es mi vecino, el hermano de la chica que salió con nosotras la otra noche y no pienso decir ni una sola palabra más, me voy que ya es mi hora.

Recogí mis cosas y me despedí de ellas hasta el lunes, cuando salía por la puerta escuché como gritaban entre risas:

-¡Pasadlo bien! ¡Adiós vecino!

Fran se giró para mirarlas sonriendo y les hizo un gesto con la mano.

-Se están refiriendo a mí, si lo sé entro a saludar.

-¡No! No sabes lo que dices, tú crees que tu hermana hace muchas preguntas, pero si entras ahí con esas dos, estás perdido. Algún día las conocerás, pero hoy no, hoy y mañana estamos solo nosotros dos.

Esta vez fuimos a un bar donde preparaban comida casera, había estado allí algunas veces cuando tenía turno doble y aunque no era un sitio especialmente refinado, todo lo que hacían estaba muy bueno.

-Hay un montón de platos para elegir y cocinan muy bien. Yo soy de gustos sencillos y prefiero la comida casera, pero a lo mejor te apetecía otra cosa- dije.

-No, me parece perfecto, me gustan los sitios como éste.

Pedimos dos tipos de arroz diferentes y una ración de sepia a la plancha, cuando terminamos, salimos a tomar un café y ya después nos marchamos.

Me propuso que pasáramos al menos el sábado en su casa.

-¿Has pensado ya que vamos a hacer?- aún llevaba puesto el uniforme del trabajo- quiero pasar por casa antes a ducharme y cambiarme de ropa. ¿Te parece bien si subo dentro de un rato? Así pongo una lavadora y dejo ya el uniforme preparado para el lunes.

-De momento solo te diré que esta tarde tú y yo vamos a tener una cita, pero no vamos a salir así que no te arregles mucho, ponte algo cómodo para estar en casa. Después tengo algunas ideas más, y la ducha estaba incluida, pero siempre puedes ducharte dos veces ¿no? Por cierto, recógete el pelo.

-¿Te gusto más así?

-No, no es eso, a mí me gustas te peines como te peines, pero tienes el pelo largo, y con ciertas actividades puede que te dé calor llevarlo suelto.

-¿Actividades? ¿Vamos a participar en otra gymkana?- reí.

-Anda, cámbiate de ropa, pon la lavadora, haz lo que tengas que hacer y cuando termines sube a mi casa.

-¿Quieres que lleve algo para cenar?

-No, no te preocupes por nada, lo tengo todo pensado. No tardes mucho.

Después de poner la lavadora me di una ducha rápida, vi encima de la silla mi ropa de andar por casa, un pantalón viejo lleno de pelotillas y una camiseta que tenía un pequeño agujero en una manga.

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