Fui al baño y me puse el conjunto que había comprado, yo no acostumbraba a utilizar lencería demasiado atrevida, no iba con mi estilo, pero quise elegir algo sensual y sugerente, sabía que aquel corsé que utilicé una noche le había gustado sin ser algo excesivamente osado, así que me decidí por un picardías de encaje semitransparente en color azul eléctrico a juego con un culotte, quizá no tenía ni su cuerpo ni su altura, pero yo me sentía con él como las mismísimas modelos de Victoria's Secret, con esos babydoll que lucían en la pasarela.
Me arreglé un poco el pelo, me puse unas gotitas de perfume y salí del baño.
Fran estaba tumbado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero de manera muy relajada, pero al verme salir, se incorporó ligeramente y noté cómo sus músculos empezaron a tensarse.
Me acerqué despacio a los pies de la cama, pero me hizo un gesto con la mano.
-No, espera, quédate ahí, por favor.
Ni siquiera pestañeaba, me miraba de arriba abajo, con los ojos muy abiertos, las pupilas dilatadas y mordiéndose el labio, inhalando y exhalando profundamente, con las palmas de las manos sobre la cama, como si de un momento a otro fuera a abalanzarse sobre mí, pero no lo hizo, volvió a relajarse y se apoyó de nuevo en el cabecero.
-Si te acercas más, ese conjunto no te va a durar puesto ni un minuto, y quiero disfrutar un poco más de esto ¿puedes darte la vuelta?
Me giré, quedándome de espaldas a él, y aunque no podía verle, sentía su mirada recorriendo mi cuerpo.
Quizá él estaba disfrutando de la vista, pero yo ya no la necesitaba, cerré los ojos y me dejé llevar por el sonido de aquella canción de Muse que sonaba de fondo, contoneando las caderas de manera muy suave, imaginando que era él quien las guiaba con sus manos.
You're just too good to be true
I can't take my eyes off you
You'd be like heaven to touch
I wanna hold you so much
At long last love has arrived
and I thank God I'm alive
You're just too good to be true
can't take my eyes off you
Me sobresalté al notar que me retiraba el pelo hacia un lado y se acercó a mi cuello, respirando el aroma que desprendía mi perfume, ni siquiera le había escuchado acercarse.
-Supongo que esta noche puedo usar también la tarjeta del olfato-dijo- eres increíble, estás preciosa y me vuelves loco.
Me sujetó por la cintura, yo no había dejado de moverme y empezó a seguir mi ritmo atrayéndome hacia él, rozando mi espalda contra su pecho.
-¿Ya puedo girarme?-pregunté en un susurro.
Él mismo lo hizo en un rápido movimiento y me encontré con sus ojos, tan azules, tan brillantes, tan llenos de deseo y tan profundos que podría perderme en ellos.
Puse mis manos en su abdomen y las deslicé hacia su pecho, ayudándole así a deshacerse de la camiseta.
Se sentó en el borde de la cama y yo me acomodé sobre sus piernas, seguía mirándole a los ojos casi hipnotizada por aquella mirada, recorrí con las yemas de los dedos sus párpados, sus mejillas y después sus labios, los besé recreándome en ellos, mordisqueándolos, provocando que su lengua jugase con la mía.
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El Vecino
Teen FictionCualquier cosa que nos rodease desaparecía cuando compartíamos esos momentos. Sujetó mi cintura acercándome a él sin dejar de mirarme a los ojos, sonriendo. Me ponía muy nerviosa, pero él sabía perfectamente que aquel juego de lentitud y espera hací...