Una Visita Inesperada

162 10 0
                                    

La comida estuvo deliciosa tanto que me ayudo a recuperar fuerzas, una vez que todos terminamos de comer pasamos de nuevo a la sala para aclarar ciertas cosas que quedaron pendientes por aclarar.

--Bien princesa que fue lo que los obligo a salir de Venecia sin avisarle a su madre –pregunto Ariadna

--Bien lo que paso es algo difícil de contar por eso les pido que no me interrumpan, cuando termine les contestare todas sus dudas ok

--Bien –dijo Uriel

--Todo este embrollo paso hace unos 5 o 6 días atrás –y así comencé a relatarles todo lo que había pasado antes de venir a Atenas y con cada palabra que iba diciendo tanto Ariadna, Dante y Uriel escuchaban más enfurecían en contra de mi madre, la parte más dolorosa de contar fue la traición que mi madre y Kuran les hicieron a mi niño y padre, cuando llegué a esa parte mi gemelo se levantó de donde estaba sentado y se sentó en mi regazo y oculto su carita en mi cuello donde empezó a derramar silenciosas lágrimas.

Uriel hizo ademan de querer levantarse a consolar a Ze pero él solo se aferró con más fuerza a mí, Uriel lo entendió y no trato de forzarlo a separarse de mí. Cuando termine de relatar ese doloroso momento de la vida de mi familia mi niño se había quedado dormido y todos nos veían con amor y ternura.

--Debió se duró para él descubrir algo como eso –dijo Ariadna mientras me pasaba una manta que estaba en el sillón para que cobijara a mi gemelo

--Si lo fue, quedo devastado cuando vio a la persona que le juro fidelidad traicionarlo con mamá –dijo Zac

--Lo que a mi más me sorprende es que a pesar de todo el daño que les hizo a los príncipes esa mujer haya tenido la desfachatez de seguir diciendo que es su madre –dijo Ariadna

--No lo que es peor es que ese bastardo haya lastimado de esa forma al príncipe Zero, y luego haya querido lavarse las manos –dijo Uriel

--Pues no se ustedes, pero la princesa es digna de admiración pues enfrento a ese par de sinvergüenzas sin tener que ensuciarse las manos con la sangre de esos –dijo Dante

--No te creas fue muy difícil –dije recordando lo que me costó no matarlos cuando los encontré juntos –te juro que si no hubieran estado mis hermanos conmigo los hubiera matado ahí mismo.

--Bueno dejemos de lado esos recuerdos amargos –dijo Uriel –ahora ya están a salvo y no dejaremos que ellos los vuelvan a lastimar

--Gracias Uriel –dijo Chris –ellos son mi más grande tesoro y me siento culpable por no haberlos alejado de Charlotte hace mucho tiempo, tal vez si me los hubiera podido llevar lejos ellos no hubieran sufrido.

--No te culpes papá de haber intentado llevarte a los gemelos ella te habría enviado a prisión y a mí me había enviado con los abuelos y quien sabe que sería de los peques ahora

--Zac tiene razón Chris –lo secundo Ariadna –si estando tú cuidándolos paso lo que paso te imaginas si no hubieras estado con ellos, su vida ahora sería un infierno del cual no habrían podido salir

--Si papá no te culpes –dije con una sonrisa –sin ti cuidando de Ze y Zac esa bruja ya les habría hecho no sé cuántas cosas más.

Todos me voltearon a mirar pues no creían lo que había dicho, pero yo solo estaba concentrada en mi preciada carga que dormía plácidamente en mi regazo.

Los Últimos Guardianes FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora