Cruel Verdad

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Una vez que la película termino nos dirigíamos a nuestras respectivas habitaciones cuando Ze tomo mi mano y me arrastro hacia su habitación, Zac fue consciente de que Zero quería hablar de Kuran así que con la mirada me dijo “se sutil si le vas a decir” yo solo asentí ligeramente con la cabeza en señal de que había entendido el mensaje.

Una vez en la habitación de Zero, me senté en la cama de mi hermano y lo que paso a continuación me dejo perpleja, pues Zero se arrojó a mis brazos con sus ojitos llenos de lágrimas que había estado conteniendo hacia un buen rato y eso me preocupo bastante así que le pregunte.

--Hey porque lloras mi niño –le pregunte mientras lo abrazaba y acariciaba su cabello con suavidad.

--Kaname n-no me qui…quiere –me dijo con voz entre cortada por el llanto.

--De qué habla Ze –le pregunte alarmada al pensar que ese bastardo le haya hecho algo malo, si ya de por si odio al tipo y quiero estrangularlo por lo que paso con mi madre si descubro que le hizo algo a Zero esta ves soy capaz de enviarlo al infierno.

--Es q-que e-él quería que n-nos aco-acostaramos –me dijo un poco más calmado, aunque lagrimas aun descendían por sus mejillas.

--¡Que! él muy bastardo quería que tú y él tuvieran sexo –pregunte presa de la rabia.

--Si, pero yo no quise y por eso se enojó conmigo –dijo con voz triste mientras otra ronda de lágrimas salía de sus hermosos ojitos amatista, lo maldije en silencio y suspiré antes de tranquilizar a mi gemelo.

--No llores Ze ese inútil no merece a un ángel como tú y mucho menos que llores por él, mira que ser tan cínico como para pedirte eso y como no cediste se hace la victima –dije con voz tranquila pero llena de odio hacia el castaño de ojos color borgoña, que no pasó desapercibida para mi gemelo.

--¿Te decepcioné Abi? –me pregunto aferrándose a mí, su pregunta me descoloco por breves instantes hasta que reaccioné y dije.

--Cielos ¡NO! –dije presa del pánico –Tú jamás me decepcionarías Ze al contrario estoy muy orgullosa de ti mi niño.

--Enserio aneki no estas molesta, digo tú me advertiste que Kaname solo quería jugar conmigo y yo no te creí – dijo con semblante triste.

--Zero escúchame bien si mi niño yo jamás me enojaría contigo sí, porque tú eres la luz de mi vida –dije sin despegar la mirada de la de él y continúe pues aprovecharía esta única oportunidad para decirle la clase de basura que era el inepto de Kuran –Pero temo que lo que te voy a decir ahora podría lastimarte más y es lo que menos quiero, pero creo que es mejor que lo sepas por mí antes que por alguien más..

--Pero de que hablas aneki –pregunto con confusión.

--Te lo diré, pero quiero que me prometas que me escucharas hasta el final sin interrumpirme si –le dije a lo que el asintió con cautela

--Lo prometo.

--Veras Zero, tú mejor que nadie sabes que nunca aprobé tu relación con el idiota de Kuran y hay una razón muy válida para ello –observaba a mi pequeño mientras le decía todo esto.
En su rostro se hallaba el miedo, la confusión, la tristeza y la decepción grabada, sabía que con lo que iba a decirle le aria un gran daño, pero era lo mejor para él. Estaba a punto de no decirle nada, pero me obligue a continuar.

--Zero lo que ahora voy a decirte va a acerté daño, y créeme es lo que menos quiero, pero tienes derecho a saber lo que está pasando –Zero me miro con miedo y me dijo.

--No entiendo, que está pasando Abi, es acaso tan grave lo que me dirás que por eso estas tan seria conmigo.

--Si.

--Entonces dímelo –me apremio –No me hagas imaginarme cosas raras –está vez había ansiedad en su vos así que sin mayor preámbulo le conté lo que vi en la cocina omitiendo que Zac también lo vio, aunque imagino que mi pequeño supo o intuyo que Zac también estuvo presente. Pero después de que le contara él simplemente se quedó en shock y eso me preocupo bastante.

--Ze pequeño dime algo por favor.

--Aneki te puedo pedir que me dejes solo por favor –me pidió con lágrimas en sus bellos ojitos amatista y por un momento creí que no me había creído nada..

--Claro pequeño te entiendo –le dije deposite un tierno beso en su cabeza a lo cual él se aferró más a mí y mis dudas sobre si me creyó o no se disiparon al instante. Sali de su habitación, el me dedico una sonrisa triste y se acomodó para dormir.
Cuando cerré la puerta alcance a escuchar los sollozos de mi gemelo y eso me parto el corazón en mil pedazos, pero también me dio a entender que Zero no sabía que el idiota ese estaba en casa y eso aumento mi cólera hacia ellos.

--Esta seguro me la pagan, cada lagrima que él está ahora derramando les saldrá cara eso se los juro –dije hacia la nada y caminé a mi habitación, no sin antes echar una última mirada preocupada hacia la habitación de mi gemelo.

Fin del Flashback

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no note que ya habían terminado de desayunar hasta que Zac me saco de mis pensamientos.

--Oye Ab acaso no planeas desayunar o que –dijo con voz preocupada.

--Eh –dije dando un pequeño respingo y fue cuando note que ya todos habían terminado de desayunar, volteé hacia mi plato que aún estaba intacto y le conteste.

--Ah, lo siento es solo que recordé que tenía un par de cosas pendientes por hacer y me distraje –dije como restándole importancia .

--Ya veo, solo te digo que si planeas conquistar el mundo o algo parecido por lo menos deberías desayunar no lo crees –dijo con una sonrisa burlona.

--Zac deberías de dejar de ver tanta TV hermano –le contesté –recordé que en unos días Ze y yo debemos ir a dejar las solicitudes de inscripción a la Universidad eso es todo.

--Oh, es cierto lo había olvidado por completo –dijo Zero alzando su carita en mi dirección y con ojitos brillosos me dijo.

--Por cierto, Ab vi recientemente una cazadora de piel que me gusto en el centro comercial –dijo como quien no quiere la cosa y de inmediato supe que estaba en problemas..

--Que me estas pidiendo exactamente eh Zerito –dije entre cerrando los ojos y el con su deslumbrante sonrisa y unos ojitos de borreguito me dijo.

--Que me acompañes a comprarla –dijo muy decidió, pues sabía que yo no le negaría nada a esa sonrisa y a esos tiernos ojitos.

--Está bien –dije –te acompañaré a comprar tu cazadora.

--¡Siiiiiii! –Grito lleno de emoción, a lo que yo solo supe echarme a reír, ya que así de tierno era mi hermano una simple palabra tan pequeña lo hacía saltar de felicidad o llorar de tristeza.

--Bien ya que ustedes dos han decidido ir de compras yo los acompañaré –dijo Zac en un tono que no dejaba campo a las replicas.

--Me parece bien –dijo Chris –tus hermanos no deben andar solos en el centro comercial alguien podría querer pasarse de listo con ellos.

Zero y yo los miramos con cara de ¿Qué, es en serio? Y Ze empezó a replicar.

--Chris en serio no es necesario que Zac nos acompañe estaremos bien, verdad Abi –me miro con suplica.

--Es verdad –lo secundé –Zac debe tener una y mil cosas que hacer y no queremos incomodarlo –dije con una inocente sonrisa.

Zac arqueo una ceja y dijo con una sonrisa maliciosa que nos hizo saber a Zero y a mí que no había escapatoria al respecto.

--Para nada, yo siempre tengo tiempo para mis pequeños hermanos –dijo burlón.

--Bien que así sea, Zac cuida a tus hermanos nos veremos al rato debo ir a trabajar o se me hará tarde –dijo mientas nos daba un abrazo y un beso a los tres.

A Zero y a mí no nos quedó más opción que aceptar que Zachary nos acompañara, y no sabía que al regresar del centro comercial necesitaríamos de él más de lo que nos hubiéramos imaginado.

Los Últimos Guardianes FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora