Capítulo 1: Confusión.

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Hace 3 meses, Temo le había confesado a Pancho sus preferencias sexuales, por qué no era capaz de soportar un segundo más sin decirlo, no podía seguir callado, con miedo, torturándose con sus ideas de lo que podría pasar si lo decía, ya no podía vivir asustado de decepcionar a las personas a su alrededor, necesitaba ser libre, necesitaba ser feliz.

Para Temo fue una sorpresa muy grande el gran apoyo y aceptación que recibió por parte de su familia, sintió que por fin podía quitarse de encima el enorme peso de tener que mentir y fingir ser alguien que no eres. Por fin podía sentirse orgulloso de ser quién es y de amar a quién lo hiciera feliz. Se sentía muy completo y listo para enfrentar al mundo, pues ahora tenía el apoyo de las personas que más quería y eso era más importante que la opinión de cualquier otra persona intolerante.

Después de un par de semanas, en las que Temo estuvo platicando con su padre y con sus hermanos del largo proceso por el que había pasado para entender y aceptar su sexualidad, y de finalmente, tomar el valor para mostrarse cómo realmente es. Temo comenzó a reunir el valor para decirle a Aristóteles Córcega, su vecino, el hombre más hermoso y maravilloso del mundo, más talentoso, más leal y definitivamente el mejor amigo que Temo podía haber pedido, que estaba enamorado de él.

Le costó mucho trabajo, pero al final, con los consejos de su mejor amigo Diego y de su familia, ideó el plan de pasar un día entero con Ari en la feria, para finalmente, cuando estuvieran juntos en alguna banca del parque, le pudiera decir exactamente lo que sentía y por qué lo consideraba el ser más perfecto del universo.

Por supuesto, Aristóteles no reacciono cómo Temo esperaba, se veía muy sorprendido por la confesión, bastante conmovido por las bellas palabras de Temo y lo bonito de sus sentimientos, pero más confundido que nunca en toda su vida.

Lo que Aristóteles sabía de Temo, lo que le gustaba de su amistad y lo que volvía a Temo una persona tan especial para él, era su gran corazón, su inocencia y su nobleza, el hecho de que siempre estaba ahí para él y de que los momentos a su lado siempre eran los mejores y los más divertidos.

También sabía que siempre que veía a Temo su corazón se aceleraba más de lo normal, que le gustaba arreglarse para ir a verlo, que lo extrañaba cada vez que no estaba cerca de él y que siempre quería estar ahí para defenderlo y ayudarlo. Pero todo eso es normal ¿no es cierto?

¿A quién no se le acelera el corazón con sus amigos? Si los amigos son personas muy especiales.

¿A quién no le gusta verse bien? Sobretodo cuando Aristóteles podía ser un poco vanidoso.

¿Quién no extraña a sus amigos? Si ellos son los que hacen que tus días sean más divertidos y especiales.

Y sobretodo, ¿qué clase de amigo no desea apoyar y estar ahí para el otro en cualquier momento?

¡Exacto! Todas las personas con un buen amigo se sienten así, especialmente cuando ésta era la primera vez que Aristóteles tenía una amistad tan bonita cómo la que tenía con Temo, obviamente no quería perderla o hacer algo que dañara su relación. ¡Por eso actuaba y se sentía así!

Por eso es que mientras Temo hablaba, Aristóteles solamente podía sentirse más y más confundido con cada palabra... todo lo que Temo le estaba diciendo lo hacía sentir especial de una forma que nadie le había hecho sentir nunca, el rostro de Temo, reflejando los más puros sentimientos, hicieron que Aristóteles se sintiera débil, de repente, por ver ese rostro que a él le parecía tan precioso.

A la vez, su mente comenzó a llenarse de dudas, por qué comenzó a desear poder decirle a Temo que le correspondía y poder besarlo ahí mismo, en ese instante. Y no entendía por qué tendría un deseo cómo ese, si se suponía que él era heterosexual. Pero realmente, no era su supuesta heterosexualidad lo que lo detenía para besar a Temo y cumplir con sus deseos.

Con miedo a quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora