Veintidos

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Una vez lloré.

Lloré por alguien que no se lo merecía. Dado a mi carácter fuerte, las personas a veces piensan que no tengo sentimientos, porque cuando ella me dejó, no mostré ninguna lágrima delante de ellos y al contrario dije la frase "todo estará bien"... Y nada lo estaba.

Una amiga una vez me dijo que yo era una persona fuerte por superar una ruptura tan traumática, pero no lo había superado. Sólo estaba poniendo en práctica lo que por mucho tiempo me sirvió: ocultar lo que siento y mostrar una gran sonrisa. Sin embargo, yo sólo me protegía de los daños externos que estaban causabdo con la pregunta "¿y Pria?".

Pria fue el amor de mi vida y la persona que más daño me hizo también.

La conocí en la escuela y pensé que nuestra relación iba bien hasta que dijo: "no puedo seguir con esto". Aquellas palabras eran amargas y difíciles de tragar.

Pensé que Pria era una persona tan injusta por no pensar en mis sentimientos... Y lo era. Al siguiente día de terminar, volvió con su ex.

"Era una... Mala persona"

Desde ese día, me veo obligado a levantarme todos los días por la mañana, y ver como todo el mundo es tan feliz y yo... Yo sólo quiero avanzar entre todo ese tumulto de gente.

"Hola"

¿Acaso un simple "hola" puede cambiar tus sentimientos de un día para otro?... Pues... Eso es lo que él logró en mí.

"Estoy buscando la sección 1A ¿me podría guiar?"

La sección 1A quedaba en la segunda planta y estábamos en la primera. Mis intenciones eran sólo decirle donde quedaba e irme a casa, porque tenía hambre, pero esa vez hice una excepción:

"Claro, es por aquí"

El camino y el silencio incómodo eran partícipes también de este primer encuentro.

"Aquí es" — señalé el salón.

"Gracias"

Sonrió y antes de entrar al aula me dijo:

"Mi nombre es Singto, espero verte otra vez"

Yo no esperaba verlo otra vez, pero el saber su nombre me daba cierta tranquilidad.

.

.

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El destino siempre es juguetón con cada uno de nosotros, y también, quiere que te encuentres con muchas personas, que a veces, no quieres ver y eso me ocurría muchas veces.

Encontraba a Pria en cada pasillo de mi universidad. A veces la encontraba sola y otras con él.

Era estresante que estaba pensado seriamente en cambiarme de universidad si fuera posible.

Una vez, cuando me la encontré de causalidad en un pasillo vacío, ella me saludó y yo sólo asentí cortés. Luego, aproximadamente a las tres de la tarde, recibí un mensaje de ella diciendo que me cuidara y que me deseaba buena suerte.

"Pfff..."

No sabía como definir aquel sentimiento.

No sabía si estaba feliz, triste o enfurecido por aquel mensaje, pero esas tres emociones estaban mezcladas en mi interior.

Yo sólo le conteste:

"tu igual, cuidate"

Le pude dejar en visto si yo quisiera, pero no lo creí correcto. Lo último que recuerdo es haber borrado el mensaje y también su número de mi agenda.

Imaginario ↪Peraya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora