Melodía de Amor

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Las celebraciones siempre suelen ser ruidosas, con demasiadas personas gritando y cantando desafinadamente, bebiendo hasta perder la razón, con guerreros cortejando a toda doncella que pasa frente a ellos y a uno que otro hombre por error o por broma.

Demasiada bebida, demasiada comida y demasiadas historias de aventuras inundan las noches en Asgard. Pero hay una noche que todos se permiten disfrutar sin excesos o extravagancias.

La celebración para la Reina Frigga siempre es diferente a cualquier otra en el reino. Ella está en el centro de la mesa principal porque es su día, el Rey Odín está sentado a su lado derecho y sus hijos a su lado izquierdo.

La música no es estridente, no hay gente gritando o brutos arrojando jarras al suelo y las conversaciones son amenas y agradables, las mujeres no están buscando coquetear con bailes provocativos y los hombres dejan a un lado las competencias absurdas de ver quién puede beber más.

Es una de esas noches que Loki se permite gozar. Disfruta de la deliciosa comida que han preparado para su madre, se atreve a involucrarse y sostener conversaciones con los concejales de su padre hasta con los amigos de su hermano  y sobre todo, se deja envolver por la música melodiosa y lenta.

Es divertido poder acercarse más a ese tipo de ambientes, alejarse de la biblioteca y dejarse llevar por la alegría de la noche. Pero siempre necesita tomar aire y más cuando no está acostumbrado.

-¿Qué haces aquí? Pensé que te estabas divirtiendo - Thor sale al balcón donde Loki ha decidido despejarse.
-Sí, lo estoy pasando bien - Loki voltea para ver a su hermano y le sonríe dulcemente -. Es solo que esto no es lo mío y sigue siendo un poco difícil acoplarse.
-Ya veo ¿Puedo quedarme?
-Sí.

Loki se gira y recarga sus hombros en el cabecero del balcón, su mirada se pierde en las constelaciones y en las lunas que adornan el manto nocturno. Cierra los ojos y se balancea lentamente al compás de la música que llega desde el gran salón.

-Loki.
-¿Si?
-¿Te gustaría bailar? - Thor lo toma suavemente por la cintura y extiende una mano frente a su hermano menor.

Loki reacciona con una risilla y voltea para mirarlo, está ligeramente sorprendido por la proposición.

-Ja, tú no sabes bailar -. Se burla y vuelve a ignorar a su hermano.
-Ah, claro que sé bailar.
-Eso me alegra pero yo no quiero hacerlo.
-¿En serio?

Thor lo vuelve a tomar por la cintura y lo hace girar, su mirada brilla con entusiasmo.

-Sé que este tipo de música te gusta. Vamos, solo toma mi mano.

Loki no quiere rechazarlo pero está nervioso porque nunca había bailado con alguien más que no fuera su madre, aquella que le enseñó a bailar para tratar de hacer que se involucre más en las festividades.

-Pe... Pero ¿Y si alguien nos ve? - Susurra con una sonrisa nerviosa en sus labios.
-Estamos en un balcón - Thor acaricia la mejilla de Loki y le ofrece su mano para que lo acepte -. Nadie puede vernos.

La música suena agradable y tranquila y a Loki le encanta, ve la entrada del balcón y no puede ver el interior del salón porque hay un par de cortinas doradas muy gruesas cubriendo la puerta.

-Bien, solo no me pises - Hay una sonrisa un tanto tímida acompañada por un brillo esmeralda que resplandece más con la luz de las lunas.

-No te preocupes, no lo haré.

Thor sonríe y Loki siente que es el gesto más cálido que ha recibido en la noche o quizás sea el calor que se extendió por sus mejillas cuando Thor lo tomó por la cintura y lo acercó a él.

Todo y NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora