-¿Por qué tenemos que quedarnos también aquí?
-Porque eres un guerrero, ¿recuerdas?
-Sí, pero también soy un príncipe. Deberíamos tener una habitación propia o mínimo, una tienda propia.
-Por favor, Thor, deja de quejarte –Loki resopla mientras le da vuelta a una página del libro que lee tranquilamente.Es parte de sus enseñanzas, parte de sus deberes como príncipes; dejar la comodidad de su hogar para formarse en los campos de batalla, saber lo que sienten los guerreros cuando están combatiendo, aprender a convivir y compartir incluso el mismo lugar de descanso.
-Oh, mis dioses, ¿el príncipe dorado de Asgard no puede soportar un lecho compartido? – Dice Fjölnir, el joven príncipe Vanir; es igual de alto que Thor, de piel clara, con una barba perfectamente cuidada y de cabello castaño y ondulado que llega hasta sus hombros -. Primo, pensé que te gustaban este tipo de cosas.
El príncipe de Vanaheim entra a la gran tienda que dispusieron para él y para los príncipes de Asgard así como para sus concejales de guerra, dos por cada Reino. A pesar de ser una simple casa de acampar, es amplia y tiene divisiones; las telas doradas y rojas se combinan con unas verde olivo y otras azul cerúleo, los estandartes de ambos reinos cuelgan en la parte de atrás de la tienda y frente a ellos hay una mesa rectangular de madera con dos bancas largas y un par de bancos, hay frutos, jarras y copas de plata junto con pergaminos sobre ella; un par de cortinas de cada lado se encargan de separar áreas para convertirlas en habitaciones y en la que Thor se ve obligado a compartir con su hermano y su primo no hay más que pieles y almohadas en el suelo, espadas y escudos acomodados en un rincón junto con unas vasijas doradas con agua y un par de cofres grandes y alineados que contienen armaduras, ropa y capas.
-Sí, pero ¿Por qué tenemos que compartir el lugar con tantos?
-Bueno, en la guerra no hay lugar para las comodidades – Fjölnir estrecha a Thor por los hombros –. Mira – señala a Loki.- ¿Por qué no puedes ser como tu lindo hermanito?El príncipe más joven entre ellos ha improvisado un pequeño lugar de descanso. Cubrió con una piel gruesa y marrón un baúl, que el mismo trajo de su reino, repleto de libros y dispuso un par de cojines para convertir un rincón en su biblioteca personal.
-Debo ser honesto – dice Fjölnir mientras camina hacia Loki y lo obliga a bajar las piernas del baúl para sentarse a su lado -. De todos los que estamos aquí, pensé que él que se la pasaría quejando serias tú, Loki; no tú, Thor – su mirada celeste viaja de un príncipe Asgardiano a otro.
-¿Terminaron de parlotear? – Loki frunce el ceño y mira con desagrado al príncipe Vanir -. Interrumpen mi lectura – cierra el libro dorado que leía y lo deja caer sobre sus piernas.
-Oh, lo siento mucho principito – Fjölnir pelliza una mejilla de Loki y le sonríe -. Pero es tu hermano el que se queja, debería de ser más como tú; tierno, callado y súper lindo.
-Agh – Loki aleja la mano de su primo bruscamente y lo golpea en la cabeza con su libro cuando se pone de pie.- ¿Cuándo vas a dejar de tratarme como un niño? Yo también soy un príncipe.-Sí, sí – Fjölnir se soba la cabeza mientras trata de fingir que el golpe no le ha dolido -. Pero es que eres tan diferente a nosotros, eres un contraste que sé muy bien no va con la guerra.
-Que tonterías dices. Soy muy capaz de todo, soy incluso mejor que ustedes.-Oh oh, eso me gustaría comprobar... - Fjölnir deja de hablar cuando ve como Thor sacude sus manos en el aire y niega con la cabeza, en un claro intento de decirle que está provocando una ira, que ninguno de los dos, podrá controlar -. Bueno... Sí, estoy seguro de eso; aun así, no vas con este ambiente, te veo más entre concejales.
-Y los concejales están aquí – Loki los mira a ambos con unas esmeraldas tan afiladas como un par de dagas doradas y sale de la tienda dejando, con la mirada, la advertencia de que no lo sigan.
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Todo y Nada
FanfictionEs lo prohibido, lo deseable, lo tentador y provocativo. Es todo y nada y más de lo que puede ser. Son ellos teniéndose, entregándose, arrebatándose y sumergiéndose en nada de lo que en realidad debería ser. Es el peligro, el amor y el deseo y son...