7. Afrodisiaco

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Estaba esperando por él.

El invierno se hacía duro y la posibilidad de salir a cazar eran menores para él. Pero no para Loki.

Es peligroso que vayas solo— le dijo preocupado.

No exageres, Thor. Soy un guerrero igual que tú. Además, tu piel de bebé no soportará el frío de afuera— burlón, el gigante de hielo le soltó un codazo— Estaré bien, no tardaré.

Desde que Loki había descubierto que era un Jötun, había sido regresado a su reino como el único heredero de Laufey, ya que sus hermanos habían perecido en batalla, lo que significaba que tendría, cuando llegara el momento, tomar la decisión de batirse en duelo con el reino de Asgard… con su hermano.

Ninguno de los dos quería ese destino, por lo que ambos renunciaron a sus títulos y escaparon a las montañas de Nifleheim para establecer una vida pacífica.

Al ya no tener el favor de Odín, el menor regresó a su forma original de gigante de hielo. Si bien no le agradaba del todo, en los días más duros de invierno ésta forma les ayudaba a ambos para seguir consiguiendo comida. Igual que ahora.

Ya habían pasado un par de horas después de lo que normalmente tardaban en cazar. Algo andaba mal.

La tormenta de nieve se hacía cada vez más espesa. Asomado en la ventana de la pequeña cabaña esperaba ver la silueta de su hermano, pero al paso de los minutos la visión era cada vez más limitada.

Algo había pasado.

Con el miedo a flor de piel por su hermano menor, tomó la capa de pieles y se la puso en la espalda. Con eso tendría que bastar para poder soportar el frío y si no… si no ya se las arreglaría.

Tomó su lanza y calzó sus pies con gruesas botas de cuero. Entonces salió de su hogar sintiendo inmediatamente un escalofrío por el viento helado que hacía contacto con su tibia piel. Movió la cabeza un par de veces para poder sacar el malestar de su mente. Su prioridad era Loki.

Apenas había avanzado un par de metros y ya no era capaz de ver nada más que la nada blanca y tempestuosa, sólo unos minutos fuera y ya no podía sentir ningún músculo de su cara. Su hermano tenía razón, tenía piel de bebé.

Comenzaba a impacientarse por la poca resistencia que tenía hacia ese tipo de temperatura, pero entonces, frente a él comenzó a dibujarse una sombra. Se puso en guardia.

—¿Hermano?— sonrió al reconocer a Loki—¿Q-Qué haces afuera?— su voz sonaba suave y temblorosa lo que le extrañó pero dejó pasar por alto debido al alivio que verlo le provocaba.

—¡Has tardado demasiado!.

—T-Thor, llévame a casa— sus alarmas se encendieron de nuevo. Loki nunca se lo pedía a menos que estuviera herido. Lo tomó de la cintura y pasó uno de sus brazos por encima de su cuello para darle soporte.

Con la poca visión que tenía logró regresar a la cabaña justo a tiempo antes de que la tormenta se intensificara. En cuanto lo hizo, Loki cayó al suelo temblando.

—¿Qué ha sucedido?— le preguntó intentando levantarlo.

—Sirvientes de Níðhöggr... m-me emboscaron de vuelta— ahora podía notar cómo sus mejillas estaban sonrojadas a pesar de su piel azul, la cual estaba más caliente de lo normal.

—¿Qué fue lo que te hicieron?— Loki gateó como pudo hasta la alfombra de pieles de animales y comenzó a quitarse la poca ropa que llevaba.

—M-Me han hecho beber… algo e-extraño. ¡Por los dioses! Me siento… m-me siento…

—¿¡Veneno!?— los ojos de Thor se abrieron aún más acercándose a su hermano preocupado— ¿Qué clase de veneno?— en cuanto puso una mano sobre el gigante éste se estremeció, impidiendo que jadeara por el contacto.

—T-Thor… e-estaré bien. Sólo necesito descansar, N-No es grave. Tú también deberías dormir, T-Te has esforzado demasiado en la tormenta.

—No digas tonterías, estás sufriendo ¿Cómo voy a dormir? Te cuidaré hasta que el veneno esté fuera de tu sistema.

—N-No— susurró— Ambos debemos dormir—un simple toque en la frente del rubio y éste cayó inconsciente.

Thor no supo a ciencia cierta lo que sucedía pero en su sueño se sentía extrañamente cómodo, un descanso placentero… demasiado.

En su sueño recordaba cómo Odín había apartado a su hermano de él para ser entregado al desalmado Laufey, obligado a lucir como un monstruo azul y ojos de fuego. Aún así, para él, su hermano se veía hermoso, como un tesoro exótico de finos rasgos, con porte elegante y marcas seductoras. Todo él era divino.

A lo lejos lo veía caminar con la poca ropa que los Jötun usaban y un ligero tintineo que se hacía más y más fuerte y cercano.

Abrió los ojos.

Encima de él estaba su hermano, ataviado con finas joyas por todo el cuerpo, las mejillas sonrosadas y respiración agitada.

—¿Loki?

—L-Lo intenté— dijo avergonzado, frotándose sobre el miembro ya despierto de Thor— No pude hacer que la d-droga desapareciera.

—¿Qué haces… vestido así?— no lo iba a negar, se veía hermoso, seductor. Lo encontraba deseable.

—En Jötunheim, nos adornamos el cuerpo para que nos deseen— se acercó al rostro sonrojado del rubio sin poder mantenerle la mirada— T-Te necesito… necesito que me toques— tímidamente besó el cuello de Thor sacando un suspiro del mayor— Tómame p-por favor.

No necesitó otra petición, pronto sus labios devoraban los del menor en un intenso beso mientras su ropa empezaba a desaparecer para chocar directamente con la piel azulada de Loki.

Sus manos viajaron al trasero del chico, el cual apretó con fuerza para después restregarle contra su falo. Arrancó un gemido.

—No voy a detenerme— le advirtió— ¿Estás seguro de…?

—¡No aguanto más! ¡Cógeme ya!— tomó las caderas de Loki y las colocó debajo de su pene necesitado para embestirlo con fuerza—¡Nghaah!— tembló al sentir el interior caliente y húmedo así como el menor se aferró a su cuello— Q-Quería— dijo entre jadeos y gemidos— Quería hacer esto d-desde hace mucho— confesó con lágrimas en los ojos y mirada perdida. Thor miraba maravillado como las joyas que utilizaba Loki saltaba en su cuerpo con cada arremetida, de sus labios escurría saliva sin control. Lo estaba disfrutando mucho.

—¿Desde cuándo m-me deseas?— quiso jugar un poco con él— Pensando de ésta forma en t-tu hermano…

—¡Desde siempre!— preso del placer no podía pensar en nada más que la verdad y su necesidad de ser satisfecho— ¡Más! ¡Quiero más!.

—Lo que tú pidas.

La noche apenas comenzaba y Thor iba a liberar al menor de los estragos de aquel poderoso afrodisiaco.

Lo iba a disfrutar de sobremanera.

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¡El drabble de hoy! Espero sigan disfrutando de estos pequeños escritos.

Mil Vidas (Kinktober 2018 Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora