Un hombre alto, de fuerte figura, caminó entre las mesas con agilidad. Sonreía amable y recogía las órdenes de sus clientes con rapidez. Sus ojos verdes se centraron en las figuras de dos niños, ya casi adolescentes, que entraban por la puerta principal del restaurante; el mayor saludó a su madre, y el menor chocó su mano con Hann, el viejo dueño.
-¡Atención, ustedes dos! , a lavarse atrás para que coman y hagan sus tareas -ordenó Mae, al ver como Jun, el menor, se enfrascaba en conversar con los clientes.
Mae era totalmente diferente a como lo conocieron muchos del pueblo en un principio, no sólo por lo soez que podía ser al hablar, o porque ya hablaba el idioma nacional con sorprendente fluidez, sino porque el Omega lograba imponer, y nunca se le veía inquietarse por nada.
La vida de Mae cambió de muchas manera, pero a causa de que el mismo buscó su propio sendero al verse libre de Baek.
-¿Qué haces ebrio molesto? -gritó Mae a un cliente frecuente, que solía pasarse con la bebida. Jun frunció la nariz cuando su padre comenzó a hablar de manera vulgar con el hombre ebrio.
Sus hijos subieron a asearse en cuanto escucharon unos cuantos insultos de parte de su madre, y dejaron sus cosas de la escuela en sus habitaciones. Solían comer en el restaurante, les gustaba mucho el bullicio del lugar.
Muchas costumbres nuevas se inculcaron en Mae. El Omega, rara vez celebró su cumpleaños, mucho menos el de sus hijos-a excepción de las felicitaciones en secreto de Jian cuando era pequeño-, así que cuando le hicieron una fiesta sorpresa, con montones de personas que lo querían, el Omega comenzó a llorar, para después reír a carcajadas.
Tantas cosas habían pasado en su vida, que olvidar a Jian fue lógico, aunque sintió remordimiento por eso.
Ya con el dominio del idioma para moverse, fue a investigar a una biblioteca en la ciudad vecina, dado que en el pueblo la conexión a cosas como el internet era muy precaria. Colocó el nombre de su primo con mucha torpeza, dado que sus hijos le habían enseñado lo básico de las computadoras-los Byung nunca tuvieron el interés de enseñarle a usar una-, y leyó con calma los resultados del navegador.
Muchas cosas sorprendentes aparecieron asociadas al nombre Byung Jian: el caso de una pareja de Omegas, en el que su primo apoyó, y mención en el caso de un Omega que se graduó como psiquiatra, fingiendo ser Beta.
"¡Sí que la has armado grande, Jian!" Pensó emocionado, y cada vez con más admiración leía lo que encontró de su única familia, al único que consideraba de esa manera demás de sus hijos.
Siendo honesto, a Mae le sorprendió ver a ese hombre de porte elegante, de voz que parece hacer vibrar a la audiencia que lo escucha en los juicios, el dulce niño que conoció había cambiado: no obstante, los gentiles ojos de Jian seguían ahí.
"Nunca dejaste de ser bueno, Jian" fue el pensamiento que lo llenó de felicidad, su hermano seguía ahí.
En una entrevista con los involucrados del caso de la pareja de Omegas-uno de los artículos que guardó e imprimió-, vio una cita de Jian cuando le preguntaron sus razones de ayudar a esa pareja: «Lo hago porque creo que todos tenemos derecho ser felices como queramos, y en nombre de alguien que perdí, pero que es mi única familia.»
-Jian...eres un tonto, ya me las pagaras por hacerme llorar -murmuró, y tomó los artículos que había impreso, junto con la dirección de su primo que encontró en internet.
Entonces corrió a ver todas las cartas que escribió, deseó enviarlas todas para decirle a Jian donde estaba, como cuanto lo había extrañado; sin embargo, y con lágrimas en los ojos, se dio cuenta que todo eso es algo que le quiere contar en persona a Jian
Quiere que vea que ahora es fuerte.
El Omega preparó muchas cosas antes de ver a Jian. Se sentó con sus hijos ya adolescentes, a platicar de la historia de su vida, y porque un tal Byung Jian era tan importante para él: uno de los deseos de Mae, es que su familia vuelva a unirse.
- ¡Necesitó algo urgentemente! -gritó el Omega entrando si llamar a la sencilla casa de los Betas, que estaba detrás del restaurante.
El Omega pidió a los Betas que le ayudaran a conseguir sellos, todos los que puedan, e indicarle donde está la oficina de correas más eficiente de la ciudad.
-Tengo una carta que tiene años esperando, ¡vamos! -indicó con una mano, y sonriendo mostrando todos sus dientes.
Mae siente que la carta que escribió la noche anterior es la adecuada para decirle a Jian que lo ha encontrado, y que ira a su encuentro: porque tiene una dirección a donde debe mandar la carta que siempre ha querido escribir.
Y esta vez tiene destinatario.
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Maravillosas Cartas [Omegaverse]
Fanfiction[Saga un cuento de Maravillas: Spin off. Es necesario leer el primer y cuarto volumen]. Byung Mae, en realidad tiene una historia tan complicada, que prefiere no contarla, aunque su primo, y a quien considera su hermano, vuelve a encontrarse con él...