— ¿Puede esperarme un segundo, por favor? Le diré a mi novio que me preste dinero para poder pagar el viaje.
— No se preocupe. — miro con mi ceño fruncido al chófer del taxi con el cual he viajado por, al menos, media hora. — Realmente no pasa nada, señorita. Si hay una próxima vez en la cual yo la deba llevar a algún lugar, pues entonces será ahí donde me va a pagar. — me río, bajando mi cabeza. — Ya es tarde. Ve a casa.
— Gracias... una vez más.
He logrado poder escaparme del refugio.
Sé que ahora mismo, todo es una locura. Pero quiero que valga la pena ahora mismo.
Me encuentro desesperada, y la única persona que puede calmarme, se encuentra a metros de distancia de mi cuerpo.
Cuando bajo del taxi, el chófer toca el claxon de su coche, a modo de despedida. Yo, con un gesto de mi mano, me despido de él, viendo como se pierde por el final de la calle, alejándose.
Tomando aire por mi boca, asiento con mi cabeza a la nada misma, sintiéndome segura por enfrentarme a toda la realidad, y es de aquella forma que voy hacia el porche de la casa de mi novio, donde en cuanto llego, choco a mis nudillos contra la puerta unas tres veces, esperando algún tipo de respuesta del otro lado.
Cuando la puerta se abre, puedo notar como Daryl se encuentra mirando el suelo, tarareando una canción en sus labios.
Apenas ve mis pies, y con lentitud, va subiendo a su mirada por mi cuerpo, aquel tarareo se esfuma por los aires, y su boca se abre en forma de O, quedando claramente sorprendido.
Sus ojos empiezan a parpadear unas cuantas veces, sin poder creer lo que ahora mismo está viendo. Pues no es para menos. Es claro que en lo absoluto se esperaba todo esto, y ahora mismo, entiendo la sorpresa que lleva con él mismo.
— ¿Esto es un puto sueño o qué? — yo sonrío apenas, abrazándome a mi misma. — Dakota... ¿Que haces aquí?
No puedo soportarlo más.
Nunca pensé que iba a ser indispensable una persona en mi vida. ¿Pero Daryl? Daryl ha cambiado toda aquella perspectiva en mi, dado a que ahora mismo, es como el aire que necesito para respirar.
Indispensable.
Mis brazos se aferran a su espalda. Yo lo abrazo con mucha fuerza, como si hubiesen pasado años desde la última vez que nos vimos. Aspiro su aroma varonil, ese aroma que tanto le representa. Ese aroma que me hace sentir nuevamente en casa.
Sus manos se aferran a mi espalda, y por fin me siento protegida luego de mucho tiempo.
— No quiero estar lejos de ti. No puedo estar sola en todo esto, Daryl.
Mis palabras salen en un hilo de voz. Me siento muy rota por dentro. Siento como si nada ya tuviese sentido. Como si todo lo que he vivido, ahora mismo, ni siquiera importara. Me siento una mierda de persona.
— Joder. ¿Que haces en pijama? Está helando afuera. — rápidamente me adentra a su casa, cerrando con prisa la puerta, dándole las dos vueltas a la llave. — ¿Como se te ocurrió venir hasta aquí, eh? ¿Como haz escapado, nena? — me sostiene con fuerza de las mejillas, esperando una respuesta de mi parte.
— Debía hacerlo, Daryl. Te lo acabo de decir. No soportaba estar sola. Realmente no lo puedo soportar.
— Joder, Dak. ¿Es que tú no te enteras acaso? ¿Tú no sabes en el lío que te vas a meter, nena? — suspira, llevando a sus manos hacia la cara, repasándolas varias veces por ella, actuando con cansancio. — Mierda. Ven aquí.
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Survive Together +18 © (Daryl Dixon)
FanfictionMaltrato físico, maltrato psicológico, fobias, violencia, drogas... en Dakota, todo aquello afecta. Lo que nunca tuvo en cuenta, es que pronto, un rayo de sol, un ángel de la guarda, iba a llegar a su vida, para dar un giro de ciento ochenta grados...