Survive Together +18 © (Daryl Dixon)

25. año nuevo

— Nena. — mi padre Eric llama mi atención apenas guardo la botella de agua en la nevera. Veo como Mía está en sus brazos, y yo sonriendo, estiro mis manos para tomarla. — Creo que deberías llevársela a Daryl.

— Está bien así. — respondo mientras rasco con cuidado su cabeza. — ¿Ya estará la cena? — realmente no me importa si está la cena o no, porque claramente si fuese por mí no comería, pero cualquier excusa está bien para evitar hablar con él sobre Daryl.

— Dakota. — sin embargo, parece darse cuenta de lo que intento hacer. Él me regaña con su voz firme y yo simplemente suspiro, inflando y desinflando mi pecho en cuestión de segundos. — ¿Puedes llevársela? ¿Ir con él? Está con tus tíos en la sala de estar. No lo hagas sentir incomodo.

— Bueno, papá. Yo no pedí que él viniera aquí, ¿sabes? — mi abuela entra en la cocina apenas termino de decir aquella frase, mirándonos a mí y a mi padre con sus cejas arqueadas y una pequeña sonrisa.

— ¿Pasa algo? Quedaron callados apenas entré.

— No, abuela. No pasa nada. — miento. — Iré al salón.

— Oh, si. Tu novio está bastante callado. ¿Pasa algo con él? — quiero responder, pero Eric me gana de mano.

— No, solo que le cuesta a Daryl relacionarse con nuevas personas, eso es todo, Gail. No te preocupes en lo absoluto, ella ahora irá y lo integrará más en la familia, ¿verdad, cariño?

Lo miro fulminante, pero a su vez finjo una sonrisa para que mi abuela no se entrometa en mi problema con él y tampoco lo haga más gordo de lo que ya es.

Con Mía, comienzo a caminar hacia el living, y apenas los ojos de Daryl se posan en mí, bajan directamente hacia la cachorra, provocando que una sonrisa de oreja a oreja se forme en él.

— Oh, ¡que lindo! — exclama Emily apenas ve a Mía.

— Linda. — le corrijo de inmediato. — Se llama Mía.

— Hola, dulce. — dice Daryl apenas la toma en sus manos. Mía comienza a mover su cola de inmediato y le lame todo su rostro, provocando que no solo Daryl ría, sino que mis tíos y primos también. — Me haz extrañado como yo a ti, ¿verdad?

— ¿Cuanto tiempo tiene? — pregunta ahora Jess.

— Cincuenta días. — responde Daryl mientras la coloca sobre su regazo y comienza a acariciarla. Mía, en cambio, muerde de su dedo, provocando que Daryl simplemente se ría.

— ¿Por qué Mía? ¿De quien fue la idea? — dice ahora mi tío Jason.

— Mía. — digo de inmediato. — No sé. Me gusta ese nombre, no hay mucha explicación. — miento. En realidad, si lo hay, pero si le cuento... no solo él, sino que todos, incluido Daryl, quedarían horrorizados. — No le ha costado mucho adaptarse aquí. — bromeo, sentándome al lado de Daryl, acariciando a la cachorra. — Pensé que iba a tener miedo al ser un lugar desconocido, pero en lo absoluto fue así.

— Le he comprado algo a ella. — dice Daryl en voz baja, pero que solo yo escuche. Le miro, frunciendo el ceño. — Un abrigo.

— No hacía falta.

— Si, hacía. — yo suspiro, asintiendo con mi cabeza.

— ¿Entonces vas a la secundaria con ella, Daryl? — dice mi primo Kenny. Daryl asiente de inmediato, acomodándose en su lugar.

— Vamos al mismo año. Es decir... tuve que terminar hace dos años, pero por algunos problemas he tenido que dejarlo todo.

— Eso es bueno. A veces los muchachos de tu edad, cuando abandonan, no regresan. Dejan el secundario incompleto y luego no tienen un buen futuro profesional. — opina ahora mi tía Ellie.