- ¿¡Qué?! -dijo Caroline al escuchar lo que dictaminaba la autopsia-. ¿Envenenamiento?, ¿pero qué..?
- Sí, usaron un veneno que se disuelve en agua y no se ve a simple vista.
- Es absurdo, ¿quién querría matar a mi padre? -dijo Caroline-. Si era un buen hombre -estalló en llantos-.
- Lo siento, pero lo ha dictaminado la autopsia -dijo, con la mirada clavada en Caroline-. Tenemos que informar a la policía.
- De acuerdo -dijo Caroline, mientras se secaba unas cuantas lágrimas-. Ya se lo han contado a mi madre, ¿verdad?
- Sí, tranquila -dijo el médico-.
Caroline fue a la planta baja con su madre, quien estaba esperándola. Le dio la mano y se marcharon a casa.
Evelyn cambió las sábanas de la cama de su dormitorio, y también el colchón; Caroline le ayudó.
- ¿Qué es esto? -dijo Evelyn al ver montones de papeles escondidos debajo del colchón-.
- Yo que sé, mamá, serán tonterías, mañana lo miramos si quieres -dijo tras darle un beso en la mejilla-.
- Está bien, voy a recoger esto -contestó Evelyn mientras cogía los papeles y los ponía en el escritorio-. Coloquemos el colchón.
Una vez haber colocado el colchón nuevo, madre e hija se dispusieron a dormir juntas, sería una manera más fácil de conciliar el sueño, aunque las dos sabrían que no dormirían.
Al día siguiente, Evelyn fue la primera en despertarse. Bajó a la cocina e hizo el desayuno. Diez minutos más tarde Caroline bajó también a desayunar.
- Buenos días, cariño -dijo Evelyn-.
- Hola, mamá. -contestó Caroline mientras se sentaba para desayunar-.
Desayunaron mientras hablaban de lo sucedido. No se lo creían. Tenían miedo de la verdad. ¿Quién querría quitar a su padre la vida? Y lo más extraño, ¿por qué? Fred llevaba una vida normal, al menos antes de la enfermedad.
- Pero, es que, es que... No lo entiendo, mamá. -suspiró Caroline-.
- Ni yo, hija, ni yo. -contestó Evelyn-.
- Aquí no estuvo nadie excepto... ¡La enfermera! -exclamó Caroline-.
- ¿Qué? No, no es imposible. -negó Evelyn-.
- ¿Por qué no la llamamos? -preguntó Caroline-.
- Prueba. -dijo su madre-.
Caroline cogió el teléfono y la agenda telefónica y marcó el número.
- ¿Sí? -dijo una voz-.
- Hola, ¿hablo con Abigail? -preguntó Caroline-.
- No, soy su madre... Abigail murió hace 1 semana... -dijo, casi llorando-.
- ¿Qué? Oh, vaya, lo siento mucho... -dijo Caroline-.
- Gracias. Si usted era alguno de sus clientes, siento no haber avisado antes, pero como me dijeron que iba ir otra persona nueva... -dijo-.
- ¿Tiene usted el nombre de esa persona? -preguntó Caroline-.
- No, lo siento mucho, no sé nada, solo tengo el número con el que me avisaron, es este: 623... ... ...
- Vale, de acuerdo, muchas gracias, y siento su pérdida -dijo Caroline y colgó-.- ¿Pasa algo? -preguntó Evelyn-.
- Tengo un número. -contestó Caroline-.
ESTÁS LEYENDO
Caroline
ActionCaroline, una chica de 16 años, lleva una vida normal, pero todo cambiará con el asesinato de su padre. Se integrará en el mundo del espionaje para descubrir quién mató a su padre junto con otros dos adolescentes también espías.