Caroline

Capítulo 11 - Natalie y Mike

Era viernes, el examen de Biología. Caroline estaba nerviosa. Había estudiado y repasado, pero siempre tenía nervios antes de un examen.

Salió de casa y ahí estaban Kate y Frank. Siempre la esperaban en la puerta de su casa y de ahí se iban directos al instituto.

Las nueve de la mañana, los chicos esperaban a la Srta. Smith para realizar el examen. Vieron a una mujer pelirroja, de ojos verdes y alta entrar al aula. Era ella. Todo el mundo se sentó en sus pupitres.

- Suerte. -susurró Caroline a Kate-.
- Igualmente. -contestó ella-.

La profesora empezó a repartir los exámenes.

- Primero de todo, poned vuestro nombre y apellidos. -dijo-. Y también la fecha y vuestro número de lista. Podéis empezar.

La clase asintió. Caroline empezó a escribir.

- Qué fácil. -pensó-.

Pasada media hora, la profesora avisó del tiempo que quedaba.

- Treinta minutos, chicos.

Caroline iba por la pregunta 6.

- Me sobrará tiempo para repasar. -pensó ella-.

Pasaron veinte minutos y Caroline terminó. Repasó unos 10 minutos todas las preguntas. Sonó el timbre y la profesora recogió los exámenes.

- ¿Qué tal? -preguntó Caroline a sus mejores amigos-.
- Bastante bien. -dijo Kate-. ¿Y vosotros?
- Genial. -dijo Caroline-.
- Sí, sí, a mí me ha salido bien... -dijo Frank, dudoso-.

Por la tarde, Caroline fue a la especie de guarida que tenían los espías. Se encontró con Natalie y Mike.

- Hola Caroline. -dijo Mike, acercándose a ella y ofreciéndola unos dulces-. ¿Quieres?

Caroline cogió uno.

- Gracias. -dijo-.

Tomó asiento en el sofá donde estaba Natalie. Mike se sentó también.

- Bueno, habladme de vosotros. Conocéis toda mi vida. Contadme algo de la vuestra. -dijo Caroline-.
- Está bien. -contestó Natalie-. Me crié con mi padre en una granja, muy alejada de la ciudad. Nuestra vida era simple. Mi madre murió en un accidente de tráfico. Un hombre ebrio la atropelló. Yo estaba presente en esa escena. Fue devastador. Lloré y lloré. Hasta que me hice fuerte. Empecé a entrenar, era una forma de descargar mi rabia. Entonces me encontró tu padre. Me contó que podía ser espía, que había visto en mí algo diferente a los demás. Mi manera de actuar. Cuidar de mí misma, ya que mi padre se hizo cargo de mí hasta los diez años. Luego cayó en el alcohol, abrumado por las hipotecas y demás gastos, pero le seguía queriendo, me había criado él solo desde los cinco años. Leía libros, no quería ser una analfabeta. Acepté a lo de ser espía. Me apasionaba pertenecer al mundillo de la acción, por llamarlo de alguna manera. Y aquí estoy. Tu padre y Mathew me trataron como si fuera su hija.

A Caroline se le escapó una lágrima. Su padre... No era fácil de olvidar. Los chicos la miraron.

- Lo...lo... siento si te has sentido mal. No pretendía hacerte recordar... -dijo Natalie, preocupada-.
- No te preocupes. -dijo Caroline-. Son cosas que pasan. Bueno, ¿y tú? -dijo mirando a Mike-. ¿No tienes nada para contar?
- Mis padres eran jóvenes y no tenían dinero, así que me dieron en adopción. Era pequeño pero aún recuerdo sus caras al separarse de mí. Les destrozó. Me crié con un familia muy buena. Me trataron genial. Me sentía muy querido. Pero me faltaba algo. Mis padres biológicos. Los quería encontrar. Un día vi a unos hombres seguirme. Me espiaron unos días. Vieron como buscaba a mis padres sin cesar. Pasadas unas semanas me hablaron. Me dijeron que me ayudarían a cambio de ser espía. Dije que sí, quería encontrar a mis padres costase lo que costase. Me separaron de mi familia adoptiva. Fue muy duro, pero el año pasado los encontré y actualmente vivo con ellos. En fin, pasaron unos meses y encontraron a mis padres biológicos. Me reuní con ellos. Empezaron a llorar. Nos contamos todas nuestras vidas y ahora nos queremos muchísimo y se alegran mucho por ello. Dieron las gracias a Mathew muchísimas veces. De vez en cuando quedan para tomar algo. Se llevan genial.
- Vaya, qué bien. -dijo Caroline, sonriendo-.

Miró su reloj, ya eran las ocho y media. Se despidió de los chicos y se marchó a su casa.