Al día siguiente, un miércoles, por suerte, un día festivo en el colegio de la chica, a las nueve y media de la mañana, Caroline fue a entrenar con Mathew.
Llegó al lugar donde le había indicado ir por SMS. Esperó unos quince minutos, hasta que apareció.
- Qué dormilón. -dijo Caroline, terminando la frase con una risa-.
- Buenos días -contestó Mathew-.Mathew abrió la puerta del edificio donde entrenarían.
- Oh, qué sitio más encantador -dijo Caroline, irónica-.
La verdad, es que no era un sitio muy agradable. Solo había unas cuantas mesas y sillas, y un gran librería al fondo de la sala, por no hablar del polvo y suciedad que había.
- Ven -dijo Mathew, señalando a la librería-.
Caroline le siguió. Una vez en frente de la librería, Mathew, señalando dos libros parecidos, le preguntó:
- ¿Qué prefieres: acción o romance?
- Acción. -contestó Caroline sin dudarlo-.
- Como no... -dijo Mathew, mientras tiraba del libro de una historia de acción.En ese momento, la librería empezó a girar, hasta llegar al punto en el cual, se podía pasar a la otra sala. La estancia tenía varios sofás, dispuestos, de forma que rodeaban una amplia mesa. Una gran vitrina que contenía varias armas y medallas hacía más interesante a aquella sala. Había también barriles de cerveza o algún otro tipo de bebida alcohólica. Una televisión de pantalla plasma, alfombras persa... Todo increíble. A Caroline le maravillaba.
- ¡Hala!, ¡qué pasada esto de ser espía! -exclamó-.
Mathew rió.
- ¿Dónde entrenaremos? -preguntó ella-.
- Ahí. -contestó Mathew, señalando a una puerta-.El hombre abrió aquella puerta. Caroline se quedó patidifusa. Era una especie de gimnasio, pero cinco veces más grande que el de su instituto. Una auténtica pasada.
- Dios mío, esto es enorme -dijo Caroline, mirando hacia todos lados-.
- Empecemos. -dijo Mathew, firme.
Fue muy duro, pero a los veinte minutos, se acostumbró. Caroline era fuerte y astuta. Mathew se asombró. Ella sabía por donde atacaría, sabía lo que hacer en distintas situaciones, y todo eso conseguido simplemente por unos apuntes que tomó antes del entrenamiento dictados por Mathew. El entrenamiento se basó en velocidad, reflejos y capacidad para memorizar. Lo último fue lo que más extrañó a Caroline.
- ¿Para qué necesito memorizar estas cuatro cartas en menos de diez segundos? -preguntó-.
- Un buen espía tiene que memorizar información, ¿o qué crees?, ¿que mientras te habla nuestro objetivo, tú puedes estar apuntándolo todo en una libreta? Pues no. -contestó Mathew-.
- Está bien, está bien. -suspiró la chica-.Ya habían pasado 2 horas desde que entraron al gimnasio y Mathew terminó la clase con una frase.
- Con esfuerzo, todo se consigue.
Caroline le miró extrañada.
- ¿A qué viene eso? -preguntó-.
- Pronto lo sabrás. -contestó él-.Salieron del edificio y Caroline volvió a casa.
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Caroline
ActionCaroline, una chica de 16 años, lleva una vida normal, pero todo cambiará con el asesinato de su padre. Se integrará en el mundo del espionaje para descubrir quién mató a su padre junto con otros dos adolescentes también espías.