• ¡PRIMER PUESTO EN LOS TIME AWARDS 2018!
Una joven psicoanalista es acusada de asesinar a la esposa de un antiguo paciente. Se le imputa una pena de veinte años por homicidio en la prisión estatal, donde deberá aprender a cruzar la linea del bien...
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Me coloco de costado en mi cama y abrazo el Código Penal, que había vuelto a pedirlo de préstamo. Sonrió levemente, al ver que Bonnie tomó desprevenida a Hope y la besó en los labios, ésta se hizo la sorprendida, pero luego sonrió empujándola y nuevamente se dejó besar por ella. La típica etapa de enamoramiento y juego que a todos nos encanta, las envidié sanamente y en cierto punto, porque yo no lo podía hacer libremente como ellas.
Reprimo una carcajada al escuchar la sonrisa tonta de Bonnie y abro nuevamente el enorme libro, para seguir leyendo los miles de artículos que tenía. Sin embargo mi mente comienza a divagar en Christopher y en lo que me había contado el día de ayer de su padre.
Había sido un niño maltratado y me costaba imaginarlo de esa manera tan vulnerable, porque es la persona más fuerte y valiente que supe conocer en mi vida. Pues claro... ¿Cómo iba a estar feliz de que haya aparecido nuevamente? Ahora por fin logro entender las palabras que Brown me había dicho. Siempre me recalcó que ha sufrido mucho y apenas sabré una cuarta parte de la historia. Me costaba muchísimo armarme una escena así en la cabeza, siendo él maltratado por alguien, había escuchado tantas veces historias así en mi consultorio y en los Centros de Salud, pero viniendo de Christopher era imposible que no me afectara.
Nuevamente intento enfocar mi mente en un artículo que leía constantemente, sin realmente estar entendiéndolo, porque a pesar que lo leía, mi cabeza estaba en otro planeta. Ahora, por ejemplo me distraje con una nueva risa tonta. Despego mis ojos del libro y solo veo a Bonnie sentarse en su recamara. Levanto un ceja observándola y cuando me ve, su sonrisa se le borra.
— ¿Estás drogada? — le pregunto y ella niega con la cabeza.
— No, pero se siente igual — me contestó — ¿Nunca te drogaste? — negué con la cabeza — ¿Ni un porrito? — me pregunta.
— No, me drogaba con el olor a libro nuevo, de tener mi nariz metida todo el tiempo en uno estudiando — le dije — Supongo que el café y eso no cuenta.
Ella negó con la cabeza con una sonrisa y me observó detenidamente.
— De todas formas sabes lo que se siente... me refiero a estar enamorada — la miré con los ojos entrecerreados.
No quería que hablara de Christopher aunque sea entre líneas. Aún me costaba confiar en ella. No le contesté, simplemente la observé y miré hacia el pasillo evitando sus ojos.
—Gracias — habló nuevamente y la miré con una ceja levantada — Hope me contó, sé que la ayudaste a pensar sobre nosotras.
— Eso fue antes de que supiera la verdad — le dije secamente y ella bajó su cabeza y asintió.
— De todas formas, no has dicho nada de lo que sabes y te agradezco porque eso me confirma, nuevamente, que eres una de las mejores personas que conocí — me contestó.
