—¿Lo has visto?
—Solo me ignora y sus padres me niegan la entrada.El castaño sabía que su amigo sufría depresión, una leve, lo había detectado desde la primera vez que había conocido al moreno, sabía que esa enfermedad no pasaría hasta aclarar sus ideas con un especialista.
—¿Dip?. Había estado ignorando a su pareja, simplemente asintió—Olvida a Marco por un momento... Pensemos en nosotros ¿si?
El menor asintió mientras el más alto lo abrazaba, se sentía seguro con él, todo iba de maravilla o al menos eso le hacía pensar el rubio.El azabache tenía un plan y se lo había dicho, una delicada carta era la responsable de la paranoia diaria del de ojos oscuros—¿ya sabes que hacer?—una rubia interrumpía sus pensamientos—¡Bill!
Una vez más salía de su absurdo trance. Últimamente la rubia se convertía en una confidente, la ausencia del moreno era causante de ello y Star no era una mala persona, solo tenía claras sus prioridades. Cosas y prioridades que el rubio ignoraba, y era lo mejor.—No estoy seguro
—¿Por qué no hablarlo con Dipper?La clase ya había iniciado y su conversación debía terminar, el maestro se desempeñaba en la materia favorita del rubio más este olvidaba todo, sus pupilas admiraban los labios del maestro pero en su cabeza solo se encontraba la idea de volver a su país natal encadenado a Daniel, su aburrida madre al fin había fallecido y dejado todo, incluido a él bajo la custodia de Daniel.
No pienso volver con él, no más. tenía un plan y iba a ponerlo en marcha, las suaves nubes se movían por el cielo claro era medio día, Bill evitaría a Dipper para ir a arreglarlo todo con Daniel. La cabina roja resplandecia fugaz. Las manos temblorosas, el sudor por la frente ese interminable sonido del «bip» buscando en la línea al remitente.
—Hola. Se escuchó esa seca voz que lo torturaba debía aceptar que en su momento amaba esa voz, esa cálida voz cuando le decía cumplidos, cuando le decía que lo amaba solo a él. ¡Hola!—repitió esta vez más fuerte, aún le temblaba la voz aclaro la garganta rápidamente.
—Daniel... Te-tenemos que hablar... Vernos—no lo había logrado su voz sonaba sumisa con temor con aún algo de amor a ese cruel ser—Nos vemos en la...—la voz gruesa del mayor corto la operación.
—Nos veremos en el departamento sin excusas, tienes una hora. La voz demandante había hablado un simple y sumiso está bien salieron de sus tímidos y rotos labios mientras colgaba el teléfono.Las nubes escondían al bellísimo sol, todo estaba opaco. En silencio, un terrible silencio vil en ese pequeño espacio, sus ojos se nublaban, el piso su único amigo acompañante y confidente escuchaba sus plegarias, una vez más con las rodillas cruzadas y el corazón roto se encontraba.
Su mente solo alumbraba los recuerdos, frescas memorias que eran tan dulces como dolorosas, la mentira, el engaño, la infidelidad ¿enserio lo amaba? Nadie podía saber la verdad, una vida estaba vivida con Daniel, quería iniciar de nuevo, quería cerrar ese horrible círculo donde él lo disculpaba y todo volvía a la normalidad por unos meses, pero Dipper no era la solución por que como una vez había oído de la boca de uno de sus amigos "Un clavo no saca al otro, incrusta más fielmente al que deseas arrancar"
El castaño había pasado su día solo, después del pequeño receso que habían tenido, no sentía necesitar a nadie, se preocupaba por el moreno más su pareja estaba en lo correcto estaba bien ser egoístas al menos por un momento. Las campañas re sonaron y los alumnos se movían rápidamente la hora escolar terminaba rápidamente y con positivismo caminaba por los pasillos para ir directo al bloque donde se encontraba su rubio, jamás ese sentimiento había sido necesario, tanto en su vida como en su corazón—Oh Bill si podrías ver cuán bien me haces. Con una sonrisa hablaba consigo mismo, ya estaba en el edificio del contrario.
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Vida. [Tomco•Billdip] Terminada
FanfictionLife. #304 Vida #4 Alegrias #3 Tomco #3 Lucitor