Capítulo 7: Daniel...¿Por qué?

1.1K 134 14
                                    

El futuro que comenzaba a pintar de la mano del rubio se hacía realmente hermoso, sentía que faltaba muy poco para terminar con la gran vida que siempre había soñado en secreto, dejando ese fúnebre pero higiénico lugar. Al salir una pequeña lluvia ya comenzaba a caer en su pálido rostro pero la felicidad lo inundaba de tal manera que con brincos y saltos se encontraba en lo que ya era un diluvio.

Faltó poco para que llegara a su destino estaba sorprendido pues lo veía mucho más lejano, con las ropas completamente empapadas recibía el saludo cálido del empleado de siempre. El ascensor lo esperaba sin tardar ingreso y colocó el número respectivo la puerta comenzaba a cerrarse pero en ese momento una pálida mano con gotas de agua se atravesó haciendo que el ascensor detenga su función principal—E-Espera...—las gotas mojaban más sus zapatos y al subir la vista sabía que de algún lugar, conocía esos ojos y ese rostro por instinto presionó el botón respectivo para que la persona pasase esa sensación era más fuerte y mucho más incómoda. Daniel se sorprendió mientras rápidamente se alejó y los chapoteos se escuchaba subiendo las escaleras. Daniel tenía en mente ayudar a su pareja y jurar sobre todas las cosas que jamás volvería hacerle daño pero esa rabia volvía a su estómago poniendo las mejillas rojas y cerrando los puños, quería destruir a ese ladrón. El ascensor avanzaba con el ruido típico de canción relajante manteniendo la mente de Pines nada relajada sabía que conocía a ese tipo pero no sabía quién era exactamente y debía averiguarlo. El botón cambio de rumbo y se detuvo en el departamento arriba de la pareja de argentinos y como lo esperaba el desconocido ingresaba al departamento de su novio, Daniel. Se tomó el tiempo para verlo y analizar su físico, luce mucho mejor que yo...pero...no parece el tipo de sujeto que haría todo lo que relato Bill. Su autoestima no era fuerte ese escudo no podía resistir casi nada y la duda común apareció en su cabeza, y si aún no lo superó...

—¿Dipper?
De un momento al otro su felicidad se había ido pero esa voz conocida lo sacó del pequeño trance auto destructivo, al mirar hacia arriba se encontró con Marco una sonrisa  se posó de nuevo ignorando aquel pensamiento que lo mantenía incómodo, aquel sentimiento. Al encontrarse se saludaron con gran euforia, el moreno sabía que le debía una disculpa había actuado impulsivamente y al no pensarlo había dañado a una de las personas que quería le pidió ir a su departamento pues era el más cercano. En el departamento una charla completa de sinceridad se hizo presente, Marco se sentía avergonzado pero la comprensión de Pines le daba paz y tranquilidad, si era un gran amigo.

—Enserio eres una gran persona Dipper
—Tampoco iba a volverme loco por algo así...ósea somos amigos y eso lo valoro
—Que marica
—Hay ya cállate...pero ¿Quieres quedarte a dormir? Podemos ver alguna película
—¿Qué tienes?
—Televisión pagada
—Caricaturas, Caricaturas, Caricaturas...

Después de sentarse frente al televisor poco tardo que ambos quedaran dormidos, había sido un día de mucho aprendizaje y autoconocimiento aunque Dipper aún dormía con aquella duda, Daniel era perfecto y el saber qué Bill ya tenía historia con él le daba pánico quizá el solo era el objeto de distracción.

La mañana reluciente se asomó dando luz a otro día, Marco fue el primero en despertar—Dipp—removió lentamente a su amigo para que se levantara—¿Qué acaso eres un muerto? Vamos despier...ta—el cuerpo del más alto ya se encontraba en el piso.
—Eres un idiota
—Ya despierta dormilón, tenemos clase
—Pero no irá Bill...faltaré
—Yo debería decir eso yo paso todo el día con él no solo una hora en el receso y su rapidin en la salida
—Imbécil—las risas inundaban mientras Dipper se incorporaba nuevamente quería retomar su placido sueño. Marco lo miro con ternura mientras se colocaba sus zapatos había que mentir bien así que iría a arreglarse para después volver al departamento con su amigo, no tardo mucho para volver con una ropa más casual y ligera sin ser visto por los señores Díaz.

—Vaya estreno de ropa, muy masculino
—Cállate no la escogí yo...Mamá pensó que estaría lindo que use colores vivos
—Y el rojo te queda muy bien, en fin iré con Bill mas tarde ¿Vas?
—Claro con...—Se calló inmediatamente no habían pensado en el joven ricachón. Salió rápidamente para marcar el número indicado. Tom ya se encontraba listo para el instituto desayunando con la misma ironía, las voces lo ponían de muy mal humor debía comprar más medicina, el teléfono vibró y una sonrisa nació para aclarar la garganta sin tardar.

—Servicio de Escort, no tenemos hombres obesos lo siento
—¡Tom!
—Lo siento ese trabajador se encuentra en una orgía justo ahora —las risas lo había hecho perder el aliento.
—No asistiremos al instituto puedes salir de tu orgía fantasiosa y venir al departamento de Dip
—Trataré
—Pendejo
—Pero no tuyo
La llamada se cortó y Dipper admiraba la escena, era realmente tierno ver no solo las risas sino la confianza entre ambos. Dipper recordaba los sentimientos de Tom y sabía que esto sería muy bueno para su relación o la que comenzaban a plantar.

—Y luego el gay soy yo—un fuerte golpe llego para comenzar con las risas de nuevo, mientras el desayuno era servido la puerta sonó—Ve tú, debo cambiarme. Dipper se sentía nuevamente con vida con alegría con ganas de vivir, le había costado decidirse pero finalmente tenía el conjunto perfecto, según él, se había colocado una camiseta deportiva que Bill le había regalado con el estampado de la banda favorita de ambos y una camisa roja, amaba demasiado esas camisas a cuadros de leñador.

—Se nota que irás a ver a tu amor, tardaste siglos—decía Tom mientras lo llamaba a tomar asiento en la sala, Marco tenía la obligación de lavar los platos así que el silencio se hizo presente entre Tom y Dipper.

—Ya me puedes confirmar que te gusta...
—Callare idiota eso no es cierto, por favor.
—Y yo soy Blanca Nieves
—Capaz...te gustan de siete en siete—El castaño se molestó amenazando al contrario con decir en voz alta "aquello" si no era confirmado por su amigo.

—¡Calla! Vale, Vale. Si, me gusta—Dipper se sentía satisfecho porque si los veía en un lindo futuro como el de Bill y él, pero la vista de su amigo lo sorprendió su mirada estaba clavada en el suelo, el castaño lo miró y se enterneció, es imposible que Marco no sienta lo mismo. Lo tomo del hombro mientras lo miraba con una sonrisa comprensiva y nuevamente un acto valía más que mil palabras.

Marco ya había terminado de lavar y ordenar todo dejando una muy pulcra cocina, no en vano crecí con muchas mujeres exigentes. Se dijo y sonrió secándose las manos al dar media vuelta la escena no lo hizo muy feliz y no quería pensar en el porqué pero le molestaba, ¿por qué se encuentran así?...

—Listo...
Ambos lo miraron y asintieron alejándose casi de inmediato, tomaron las pocas cosas que necesitaban y fueron directo al hospital, deseaban comprar algo para el rubio pero rápidamente algo extraño se había atravesado por el rabillo del ojo avellana de Pines, buscó rápidamente aquello pero no encontró nada, busco nuevamente y por el pasillo pudo ver esa sombra, siguiéndolo vio que ingresaba en la habitación de su rubio—¿Qué hace él aquí?—decía Tom mientras se acercaban a la enfermera del otro día para ingresar a la habitación—Más de cinco, no. No está permitido—sentenció dejando a los amigos en la sala de espera. Todos pensaban lo mismo, que era mejor mantenerse al margen y esperar a que charlaran, ingenuamente. El tiempo pasaba lento y el reloj lo torturaba ya seria una hora de espera y el presentimiento de miedo inundaba al enamorado. Sin pensar ya había ingresado con el ceño fruncido a la habitación respectiva, No...Daniel...¿Porque? La habitación se encontraba desierta con algunas cosas desechas, detrás de él llegaron Tom y Marco. La mirada de sorpresa no tardó en aparecer, el peli rosa salió a exigir una explicación a los guardias, enfermeras y doctores. Marco rodeó a su amigo con su brazo la mirada de desesperación que tenía Dipper le dolía, sabía como era pensar en no volver a ver al amor de tu vida. El castaño correspondió el abrazo mientras se escuchaban los unos tacones veloces acercarse, su mirada se distrajo por un momento—Disculpe—carraspeó la mujer—¿usted es el joven Marco?—el castaño soltó a Dipper mientras le prestaba atención a la pelirroja.

—Marco Diaz ¿Por qué?
—Hay un joven que lo busca, habitación 318–la enfermera se alejaba mientras dejaba a un  confundido castaño, ¿Quien podría ser?...


Fue uno de los capítulos en los que hice más cambios ¿les gusta?

Ty

[Editado]

 Vida. [Tomco•Billdip] Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora