La curiosidad le ganaba por ingresar a aquella fúnebre habitación, al entrar con pasos lentos vio como la cama era parecida a la de Bill pero esta tenía cortinas como pequeñas paredes que lo mantenían aislado de la vista externa. Finalmente llegó a ver el rostro de la persona a la que pertenecía esa habitación—O-Oscar—a penas pudo pronunciar, el rostro del contrario se encontraba completamente apagado, los ojos hundidos y cubiertos con unas ojeras que empeoraban la situación, su cuerpo era más delgado de lo que recordaba el moreno, el nombrado se encontraba aún descansando por el delicado estado de salud o eso deducía Marco. El moreno se acerco más al azabache para estar junto a él, tomo su mano para luego tocar su frente—¿Marco?
La voz rota y ronca pudo pronunciar, sus ojos se abrían lentamente Marco solo se mantenía sonriendo a pesar de todo estaba ahí, la persona que pensaba jamás volver a ver estaba frente a él... Sujetando con fuerza su mano llevó la otra a levantar mejor sus oscuros cabellos, divisó como lentamente sus ojos se llenaban de lágrimas.Óscar había sufrido un accidente, a pocas semanas de la partida de su pareja había sido adoptado y destinado casualmente a la misma ciudad de su pareja, cosa que él ignoraba, su actitud no había cambiado desde ese triste día había adquirido depresión que lo había llevado de inmediato a las drogas demasiado fáciles de conseguir en su actual colegio, el escape de la realidad era lo mejor, fantaseaba con Marihuana la Cocaina como droga del poder lo hacía sentir grande independiente.
Lo primero con lo que había experimentado ya era común, las Metanfetaminas aquella droga que aceleraba lo hacía sentir veloz se había enganchado sin tardar siguiendo con Poppers y GHB las drogas sexuales más poderosas que lo habían hecho perder la virginidad y continuar con una vida promiscua y poco saludable no tardo en conocer el poder de mezclar las drogas con el tabaco, era soñar despierto, en poco tiempo se había hecho un experto en casi todas las anteriores y el efecto ya era mínimo iniciando nuevamente con PCP la droga de Hulk los días no se contaban, no estaba consciente de cuántos días se perdía en su mundo maravilloso o si cuando regresaba, estaba en casa, un parque o en ese asqueroso lugar donde podría conseguir más para la siguiente recarga, la escuela había sido tan obsoleta que pocos maestros lo conocían y el baño se había convertido una vez más en un lugar de recarga. Lo que lo había llevado al hospital, después de lo anterior mencionado, era una mezcla letal entre LSD el alucinógeno de los sabios con Ketamina y finalmente Barbitúricos. Su cuerpo no había resistido a esa mezcla cósmica pero él pensaba que si pues un día ese frágil cuerpo que vivía de píldoras y polvos había resistido a otra mezcla letal de Efedrina y Crack.
No sabía cual había sido su error, del colegio al hospital había reaccionado en la ambulancia viendo vagas imágenes borrosas pero cuando a penas pudo aclarar sus pupilas lo divisó, pudo reconocer aquella silueta que lo podría haber salvado pero que también lo había llevado por ese camino, ¿Será una alucinación? Pensaba débilmente mientras ingresaba a su habitación sus ojos pesadamente se querían cerrar pero con todas las pocas fuerzas que le había generado aquella droga pidió suplicante a la pelirroja que lo ayudase con el nombre de aquel muchacho.
Las lagrimas no se ocultarían en esa frágil cabeza, Marco no podía dejar de sentir aquel dolor de su corazón al escuchar lo que lentamente y débilmente le contaba el azabache, aún lo quería eso estaba claro. Óscar quería pasar tiempo con Marco pues sabía que le quedaba poco, sabía muy bien que los barbitúricos eran las drogas de los suicidas. Los minutos pasaban y Marco le contaba sus experiencias y sus nuevos eventos en la escuela y sus padres, Óscar lo había interrumpido mirándolo fijamente y afirmándole que aún lo amaba y que siempre lo haría, sus ojos nuevamente se inundaban.
—Juró, que no amaré a nadie mas...
—No, Marco yo quiero que seas feliz. Encuentra el amor...yo, te a-amo.
Sus manos se sujetaban con fuerza pero lentamente la fuerza se desvanecía de la mano de Óscar, lentamente los ojos se cerraban dejando una cálida sonrisa. Porqué al menos después de todo y gracias a todo lo que había hecho se podría despedir de quien él sabía era el amor de su corta vida. El moreno asustado removió al azabache más este no daba respuesta, su mente sabía que había pasado pero no quería aceptarlo con gritos desesperados llamó a los doctores para que lo ayudaran, quería que revivieran a Óscar—¡Por favor! Ayuda, necesito ayuda...—El doctor acudió al llamado indicándole que debían dejarlos a solas con el equipo de enfermeros Marco asintió y salió de la habitación la puerta fue cerrada con fuerza, el moreno se arrodilló en el suelo para finalmente quedar sentado manteniendo el mar de lágrimas en su rostro y cubriéndose los oídos, no quería oír nada de lo que pasaba ahí dentro, Si él no sobrevive ¿por qué vivir? ¿Cuál sería la razón?... La puerta se abrió rápidamente.—¿Lo conocía? Lo-Lo siento mucho pero él falleció, hicimos lo posible por revivirlo pero su cuerpo no soportó y las últimas sustancias hicieron efecto...—la voz fría del doctor lo hizo desvanecer, el doctor se mantenía explicando y tratando de consolar al menor un simple "esta bien" fue por parte de Marco, para que vivir...si él no está aquí. Sus pasos eran directo a las escaleras del edificio, siempre pensaría que él estaba bien y yo también pero no. Lo vi morir. La puerta desgastada del último piso ya se encontraba frente a él, la clínica no tenía muchos pisos y había llegado al final. La puerta del infierno fue abierta dándole un aire de muerte, frío y sin sentimientos se llevaba sus cabellos dejando en libertad su rostro solo con esas lágrimas que también se escapaban por aquel frío viento, sus ganas de vivir también se desvanecían. Sus ojos reflejaban la poca importancia de llegar al limite de aquella terraza que lamentablemente tenía un freno no muy alto, cuando sus tristes rodillas tocaron aquel miro hacia abajo y vio aquel sueño acogedor que se iluminaba con los brazos de Óscar dándose una bienvenida para finalmente tener su final feliz. Porqué es en el momento en el que no tienes nada que perder que inicia la búsqueda de aquello no de algo que perder sino de la pérdida misma que se hace una razón, una razón para vivir de otra manera, porqué esa razón eres tú. La vista lo había hipnotizado haciendo que por impulso su célula suicida se levantara frente aquel freno tan delicado que sostenía su débil cuerpo. Su sonrisa, sus gestos, su amor y sus recuerdos su cabeza mostraba todo ello para sacarle una sonrisa y recordarle que la idea que había tomado, la decisión, sea cumplida. Al parpadear pudo sentir como las últimas gotas caían como una sentencia final, tú saltas yo salto...
—Marco ¡Alto!
—De-déjame ¿Para qué vivir?
—Para cumplir su último deseo...
—No-No puedo...ser feliz sin él...
—E-Entonces vive por mi...—dicho esto Tom sujeto más fuertemente la sudadera de Marco dejándole ver su rostro y que reconociera la voz para finalmente darse cuenta—qu-quiero decir,
vive porqué me dolerá tu partida. Vive para hacerte feliz, haciéndome feliz ¿Qué es la vida sin dolor? Si no vemos aquello como sabremos qué estamos con vida...lo que quiero decir es que, quiero que vivas por mi porqué sin ti mi vida seguiría siendo vacía y cumpliendo el último epitafio de Óscar...siendo feliz—las lágrimas no podían ocultarse más y delicadamente una gota caía finalizando en un susurro algo que enserio deseaba decirle—vive para que yo viva también...Marco lo había entendido, había visto que no solo necesitaba ser feliz sino que podía hacer feliz a alguien más lo que le daba una razón, esa razón que necesitaba, encontré mi razón y esa razón eres tú... bajo rápidamente para ir directo a esos brazos que lo hacían sentir tan bien, el abrazo fue correspondido casi de inmediato.
—Tom...vivamos para hacernos felices juntos...yo-yo, tú me haces muy feliz y quiero seguir haciéndote feliz no sabes cuanto me alegra haberte conocido...
—Marco yo...
Era el momento ideal, era la hora, era el día.
—Tom, ¿Qué pasó con Bill? Dime...lo encontraron
—Eh...si, de hecho vine a comunicártelo pero...te encontré subiendo las escaleras, así que decidí seguirte
—¿Y qué esperamos? Vamos con él—lo había cortado y pues quizá no era el momento indicado, esperaré...porqué mi razón eres tú. Pues tristemente la verdad era diferente, Tom había seguido al menor al ver qué a su vuelta él se encontraba camino hacia otra habitación. Tom había podido escuchar todo, partiendo su frágil corazón pues ya tenía conocimiento de Óscar y de los fuertes sentimientos de Marco hacia este. Sintiéndose como un espía y un acosador quiso retirarse pero el evento del ataque u seguida muerte de Óscar lo había mantenido ahí observando, finalmente aquello lo alegraba pues si aquello no habría pasado no habría podido salvar a quien creía era el amor de su vida.Al llegar a la habitación del rubio ambos corrieron para preguntar sobre el estado de este, Bill felizmente confirmó que se encontraba mejor y recuperándose, todos se unieron a un abrazo para sentirse unidos una vez más, como una familia completa que sabían que eran. Unos golpeteos insistentes los distrajeron mostrando a una molesta pelirroja apuntando el reloj ya era demasiado tarde y la hora de visitas había terminado hace más de una hora—Creo que es momento de irnos...—hablo el castaño para comenzar a retirarse junto al resto de sus amigos.
—
Siento que sé mucho sobre drogas.
Andy
[Editado]
ESTÁS LEYENDO
Vida. [Tomco•Billdip] Terminada
FanfictionLife. #304 Vida #4 Alegrias #3 Tomco #3 Lucitor