Capítulo 13: Daño

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El camino no cambiaba su fúnebre y opaco ambiente, sentía que llevaba caminando toda una vida y no veía señales de vida, ni a donde se dirigía, la esperanza de encontrar una estación de servicio se hacía mas difusa. Los pies incrustados de varias sustancias desconocidas, con varias heridas por caminar descalzo, el brazo roto, inflamado no tenía posibilidades de sobrevivir si no encontraba civilización antes del anochecer, ya estaba por ponerse el ocaso, o eso le decían sus ojos. Si miraba hacía atrás la silueta de esa horrible prisión había desaparecido, quizá se equivocó de camino pero realmente su sentido de orientación no servía para nada en ese momento. Lo único que interesaba era abandonar ese paisaje.

La noche ya lo había acogido y estaba demasiado cansado, un paso más y el duro asfalto sentía impactar con su débil cuerpo, no había consumido bocado desde el día de su escape y las pastillas ya estaban por acabarse. Marco, único pensamiento, por él había huido y estaba bien. Estaría bien. Pues una vez su madre le había dicho que un acto hecho por amor era una de las cosas más puras y bellas que se harían jamás. Sonrió mientras recordaba aquello, al fin conocía algún tipo de amor, al fin lo sentía, lo vivía. Sus pesados ojos se cerraron sintiendo el frío invernal recorrer esa delicada sabana que llevaba puesta. El cansancio superaba el dolor o el frío. Con la melancólica sonrisa cerró sus ojos.

—¿Y Bill? No lo vemos hace dos días ¿sabes algo?

El castaño negaba preocupado, era demasiado el tiempo que Bill había faltado y no se había reportado con nadie—Tú conoces a su novio, ve a preguntar. No dudo en correr hacia el bloque del curso contrario, con suerte el castaño estaría cerca pues recién habían tocado la campana para el descanso. Sus ojos cafés buscaban con desesperación al niño de ojos diferentes, no se encontraba en el bloque respectivo. La hora del descanso ya terminaría y no había logrado encontrarlo y tampoco había dado con algo de comer, a parte de molesto se encontraba hambriento. No le ayudaba en nada los cinco patios de recreación que tenía la academia, una grosería y a descansar, se había rendido cerca del árbol más frondoso del tercer patio.

—¿Tyler? Buscabas algo o alguien. Alzo la vista con rapidez era él
—¡Dipper! Al fin, te buscaba a ti niño lindo. Se callo un momento pues se le había salido el apodo que le había puesto y del cual sabía solo él. Te-te quería preguntar si sabes algo de Bill...no viene hace dos días y...¿Qué haces en un árbol?. El castaño bajo con cuidado de este mientras se sentaba junto al nombrado, trataba de evitar mostrar su asombro y su miedo, pues el solo ignoraba a Bill no pensaría que no asistía a sus respectivas clases—No se nada sobre él. Soltó frío para iniciar con la respuesta a la segunda cuestión—Es...tu pareja no debería preocuparte algo su existencia...

El castaño menor no hizo más que abrazar al mayor, se encontraba dolido, herido...sin salida y sentía que estaría bien sin nadie, pero por alguna extraña razón ese pálido castaño de cabello alborotado le daba confianza—¿Q-Qué sucede?.

La campana había vuelto a sonar para que todos los alumnos volvieran a sus respectivas aulas pero era obvio que ambos castaños no regresarían a sus horarios, no por ese día al menos. Salieron de la institución sin problema para ir a un lugar más privado Tyler quería saber que había pasado con su buen amigo y también conocer a ese niño lindo, sabía muy bien que estaba mal y que él es novio de uno de sus amigos pero esos ojos cautivaban hasta al más heterosexual y consideraba dejar a su novia por aquel tierno muchacho, rápidamente alejo esas absurdas ideas de su cabeza para continuar caminando, el estacionamiento no estaba lejos, necesitaban un lugar para conversar y él conocía el lugar perfecto.

—No sabía que tenías auto. Hablaba Pines.
—No todos deben conocer a esta belleza.

El menor no pudo evitar soltar una carcajada, el auto era del siglo pasado y tenía una pinta nada atractiva pero el hecho de que el contrario le diga belleza a ese cacharro le hizo olvidar su dolor por un momento y se dice que quien te hace reír cuando estás por llorar merece el doble de amor que te a dado.

 Vida. [Tomco•Billdip] Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora