Capítulo 7

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Él había pasado toda la noche esperando a que su esposa apareciese por la puerta del departamento. Pensó que mantenerla vigilada y saber que hacía, sería lo correcto. Por lo tanto, mandó a uno de sus hombres a vigilarla.

Este le informó de todos sus pasos. Le dijo que había ido hacia la empresa de su padre, que había estado en la casa de su madre durante dos horas y que después salió con un hombre mayor a cenar. También le informó que ambos se habían ido en coches separados y que su esposa había entrado una hora después, en un departamento que se situaba Avenida Park Avenue.

Joan se maldijo durante toda la noche. Pues en esa avenida solo vivía alguien a quien él odiaba. Pero se dijo a si mismo que no haría nada. Ya que tenía muchos planes para su esposa y si el encuentro volviese a suceder, tendría que matar a su enemigo para poder terminar de domar a su esposa.

Y mientras que esperaba la hora acordada para ver el testamento del padre de su esposa, pensó en como poder castigarla sin hacerle daño al ser que llevaba dentro. Aunque desde que sabe que está embarazada de su enemigo, solo ha pensando en la manera de deshacerse del bebe. Dentro o fuera de ella.

James despertaba mientras que sentía que algo pesado le estaba sujetando por la cintura.

Recordó que Taylor había acudido a su cita y que ambos habían hecho el amor durante toda la madrugada.

De pronto, ella despertó por que había tenido una pesadilla.

James le abrazó y le hizo sentir que estaba allí. La abrazó y él pensó que el estado de la mujer que amaba, se debía a todo lo último que estaba viviendo.

Taylor en breve, comenzó a besar a James y pudo sentirse como en casa.

―Pensé que volvía a hacerme daño ―dijo ella.

―Y te lo hará si no le haces caso. Prometo que pronto estarás a mi lado y podremos casarnos.

―No puedes prometer nada de eso.

―Sí que puedo. Pues he vuelto a tirar a de antiguos contactos y aunque ahora sirva a uno de ellos, me está ayudando para que podamos estar juntos cuanto antes.

―¡Has vuelto al narcotráfico!

―Solo he tirado de viejos hilos. Nuestro trato se marchará cuando te tenga a mi lado.

―Eso espero. No quiero terminar de perderte.

―No lo harás. Me mantendré con vida hasta que volvamos a estar juntos.

Taylor volvió a besar a James y en unos segundos, cuando dejaron de hacerlo; ella le preguntó:

―¿Qué hora es?

―Son las once menos diez. ¡Joder! Prometí que estarías en casa de tu madre antes de la hora de la lectura.

Ambos se levantaron de la cama y comenzaron a vestirse. Pero ella comenzó a vestirse más nerviosa de la cuenta.

―Joan va a hacerme algo si no ve que estoy en casa de mi madre antes de la hora. Y solo quedan diez minutos para que todos estemos reunidos para la lectura del testamento de nuestro padre.

Cuando ambos se terminaron de vestirse, volvieron a besarse y Taylor se marchó del departamento de James.

Ella llegó a la casa de su padre veinte minutos después.

Durante el viaje de camino, recibió la llamada de su esposo. Pero no cogió la llamada. Ya que no sabía que escusa iba a ponerle.

Entró y cuando vio a Joan con el ceño fruncido, supo que sabía lo que había pasado. O que tal vez solo estaba enfadado por mi retraso.

Cuarenta Días de Dominación (Una Noche en Verona II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora