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La Academia SHIELD estaba ubicada en una solitaria explanada cerca de Newark, Nueva Jersey, y constaba de amplios terrenos y tres edificios para las tres distintas divisiones: Ciencia y Tecnología, destinada a hacer brillar a las mejores mentes científicas y guiadas por el muy reconocido Howard Stark. Operaciones, el programa más agresivo de la Academia. Peggy Carter entrenaba a los mejores especialistas y futuros agentes de campo. Y Comunicaciones, la más accesible de las tres, pero no por ello más sencilla. Con Phillip Coulson en cabeza, los cadetes aprendían análisis táctico y estrategia.

El dinero no tenía nada que ver con las solicitudes. Ricos y pobres, cualquiera podía ser aceptado siempre y cuando tuviera las aptitudes requeridas. La Academia era una inversión de SHIELD para obtener nuevos y jóvenes agentes. Igual que una colmena, educándolos desde la base se aseguraba una mayor lealtad y trabajo en equipo. 

Las reglas eran estrictas, pero se limitaban a las cualificaciones. Mientras el alumno mantuviera sus notas en alto, el tiempo libre podía ser destinado al gusto de cada uno. Las fiestas no estaban prohibidas, siempre y cuando no crearan problemas, y podían mantener contacto con el exterior con una única condición: jamás revelar lo que se aprendía entre esas paredes. 

La Academia SHIELD era, sin duda, la élite a la que cualquiera deseaba acceder. 

*****

Steve Rogers llevaba media hora recorriendo los pasillos de Comunicaciones en busca del director. Después de que tanto la directora de su división, la señorita Carter, como el señor Stark ignoraran sus protestas, Coulson era por el momento su última baza. Esperando encontrarlo en su despacho, hizo patente su inquietud llamando repetidas veces a la puerta hasta finalmente obtener acceso. 

—Señor Rogers— le recibió con sorpresa el agente Coulson, irguiendo la espalda con un extraño brillo en los ojos—. ¿Qué le trae por aquí? 

—Señor, no tengo a quien más recurrir. Nadie me hace caso y estoy terriblemente preocupado. 

—Calma, joven. Tome asiento y respire— señaló la silla ante su escritorio y, aunque Steve no quería perder más tiempo, hizo lo que le pedía—. ¿Qué es lo que ocurre?

—Señor, creo que un amigo ha desaparecido. Temo que esté en problemas y desde aquí no hay nada que pueda hacer. 

—¿Qué le hace pensar que ha desaparecido?  

—Durante meses nos hemos estado mandado cartas periódicamente. Ni una sola vez se ha atrasado. Pero... hace más de dos meses que no sé nada de él y estoy muy preocupado. 

—Tal vez se haya centrado en otras cosas, encontrado otros amigos. 

—No, señor. Bucky jamás estaría tanto tiempo sin decirme nada. ¡Tiene que hacer algo! ¡SHIELD puede encontrarle!

—Está bien, cálmese— tendió la mano pidiendo que se serenara—. Cuénteme con detalles lo que sepa. 

—Su nombre es James Buchanan Barnes, aunque prefiere que le llamen Bucky— dejó caer los hombros mirándose las manos, nervioso—. Cuando yo decidí que quería entrar en la Academia él no quiso seguirme. Prefirió viajar por el mundo, dedicarse a la fotografía, y respeté su elección como él respetó la mía. Nos dimos la palabra de que, aunque nuestros caminos se separaran, siempre mantendríamos el contacto. Por eso las cartas son tan importantes, señor. 

SHIELD Academy: Fase 1 [Stucky] PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora