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Supo que Howard les había pillado cuando el día del examen las preguntas no coincidieron con el que habían robado. Y eso le cabreó. No porque fuera a fallar, eso era algo impensable siendo uno de los mejores de la Academia, sino porque el día anterior había vendido a diez dólares la copia entre sus compañeros y a la salida le esperarían con represalias. Podía notar la mirada de todos clavada en su nuca mientras recogían las cosas para dirigirse a la siguiente clase. 

—No tan deprisa, Anthony— le llamó su padre, dejando que todos salieran para poder quedarse a solas los dos. 

Nunca usaba el apelativo Tony y a este le parecía bien, pues solo se lo permitía a aquellos que apreciaba o eran cercanos y su padre no encajaba en ninguna de las dos. De no estar encerrado en la misma escuela que él, siendo su alumno, habrían perdido contacto hacía meses.

Le lanzó una sonrisa arrogante a Bruce, quien abandonaba el aula con gesto preocupado, y volteó de nuevo serio para dirigirse al escritorio de su padre, con los nudillos blancos de la fuerza con la que apretaba la correa de la mochila. 

—¿Cuántas veces he de decirte que no entres en mi despacho para fisgonear?  

—Entré por el examen, ya lo sabes, así que no le veo sentido a darme de nuevo la charla  — se encogió de hombros con chulería, dispuesto a no mostrarse sumiso ante él. 

—No hablo del examen — cruzó los dedos sobre la mesa, mirándole fijamente serio—, sino del documento que te llevaste.

—Solo me llevé el examen— se plantó firme de brazos cruzados, frunciendo el ceño. 

—Anthony no me mientas. Mis papeles estaban revueltos y la vieja ID en el cajón, y estoy seguro que la había dejado sobre la mesa. 

—Entonces estás chocheando, porque yo no me llevé ningún otro documento. 

El eco de ese guantazo rebotó en las paredes. Tony apretó la mandíbula, conteniéndose para no mostrarle sus sentimientos. No era la primera vez que le castigaba físicamente, pero sí desde que había entrado en la Academia y no se lo esperaba. Creía que, siendo ya un joven adulto, su padre se contendría. Al parecer se equivocaba. La cara no le dolía tanto como el orgullo, aunque gracias a Dios no quedaba nadie en el aula para ser testigo de ello.

—Si no vas a tenerme respeto como padre, al menos tenlo por ser tu profesor— siseó muy tenso, tirando de los bajos de la chaqueta americana para recomponerse tras el repentino movimiento —. Soy consciente que no tienes ninguna necesidad de copiar para aprobar tus materias. Si estás en esta Academia es porque necesitas disciplina. Pero hasta día de hoy no parece que hayas aprendido nada.

Tony entrecerró los ojos, apretando el paladar con la lengua. No dijo nada, era mejor callar que soltar un comentario que le hiciera ganarse otra bofetada. Su padre pareció darse cuenta de que no sacaría nada más de él y se sentó, señalándole con el dedo. 

—Quiero ese documento de vuelta. Tú no tienes por qué meter las narices en los asuntos de SHIELD, ¿me oyes?   

—¿Algo más, profesor?— inquirió, deseando salir de allí de inmediato. 

—Puedes irte. 

Se dio la vuelta sin querer perder más tiempo, pero cuando estaba estirando el brazo para abrir la puerta, escuchó un último comentario que terminó de romperle por dentro. 

—Tu madre estaría muy decepcionada... 

Fue como un balde de agua helada que le empujó a salir corriendo sin mirar atrás, ignorando por el camino a Bruce que le esperaba apoyado en la pared del pasillo. Odiar a su padre era algo que lograba sobrellevar rodeándose de sus amigos y llevando a cabo sus rebeldías, sin embargo ese último comentario le había dolido y mucho. Hacía apenas un año que su madre había muerto en un accidente y no lo había superado. 

SHIELD Academy: Fase 1 [Stucky] PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora