Capítulo dos

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- Así que aquí estabas. –Habló Jackson.- Lo dejaste en el coche, sí que eres distraída. –Negó con la cabeza entregándome un cuaderno que ni siquiera era mío.

Bien, se notaba a leguas que no quería que hablara con el castaño, y en realidad yo tampoco; pero parecía necesario en cierta forma.

- Pero...- Jackson me dio un pequeño golpe en el brazo.

Intenté enviarle una mirada de "Que lo capto, maldición; pero hay algo que debo aclarar, imbécil"; sin embargo, fue inútil al ver la forma en que ambos se miraban haciendo que el ambiente se tornara denso. Y es que la simple presencia de uno le fastidiaba al otro.

Evan se aclaró la garganta y Jackson solo lo ignoró, volviendo su atención a mí.- Por cierto, Kate te busca.

- Bueno... Nos veremos después, Jessica. -Y sin más, Evan desapareció en el tumulto de estudiantes.

Me lleva...

- Ese imbécil. -Espetó Jackson y la campana que indica que debíamos entrar a nuestras aulas sonó.

- Eres un idiota entrometido, Jackson. –Le solté de golpe y de brazos cruzados. Él solo atinó a observarme entre confundido y ofendido.- De haber sido en otras circunstancias, te habría agradecido por ayudar a que se me quitara de encima; pero de verdad necesitaba hablarle.

Aunque sea tan tedioso.

Ahora su rostro era de ofensa pura con rastros de enojo incluidos.- Luego hablaremos de esto.

¿Qué?

Y antes de que pudiese reclamarle algo, él ya se había alejado.

(...)

El señor Smith impartía la clase de biología y, no es que tuviese algo en contra de la naturaleza; pero ese hombre hacía que quisiese dispararme en la cabeza. Smith era alguien que estaba en los cincuenta, tenía una enorme barriga proporcional a su calvicie y hablaba con una paciencia impresionante.

Lo único bueno es que era la última clase antes del almuerzo.

En el momento justo antes de que me apuñalara con un lápiz, sentí vibrar mi teléfono a un lado de la mesa. Así que le di una ojeada, sorprendiéndome al ver un mensaje de Jackson.

Que recuerde mi existencia tantas veces en un solo día está comenzando a asustarme de verdad.


"Sal, estoy frente a la puerta."

Y ahora ¿qué quiere?

"¿No deberías estar en clase?"

"Debo hablar contigo. Sal."

"Y si no quiero..."

Rápidamente llegó su respuesta.

"Si no lo haces, yo mismo entraré ahí y lo haré por las malas"


Como conocía ese alocado lado de Jackson de cuando éramos niños y no quería recibir una reprimenda por parte de mi maestro a causa de ese idiota, le hice una señal a Smith para indicarle que me sentía un poco mal y me dijo que fuese a la enfermería. Me levanté de mi silla con una mano en mi abdomen para que fuese más creíble y salí del aula. En cuanto cerré la puerta una mano tomó mi brazo y me llevó lejos de ahí.

Nos detuvimos frente a lo que parecía era uno de los cuartos de aseo del instituto. Iba a preguntar por qué estábamos aquí; pero me decidí por algo más al ver su mano aún alrededor de mi brazo.- Creo que ya puedes soltarme. -Dije apuntando hacia su agarre.

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