Capítulo 9 - Bajo la lluvia

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Matt abrió el garaje, y de entre todos los coches que había, eligió un descapotable rojo. Me hizo un gesto con la mano para que me acercase y nos montamos en el vehículo.

-          Es impresionante… Tenéis mucho dinero, ¿no? –Dije acariciando el asiento en el que estaba sentada.

-          Bueno, sí. Mis padres tienen un buen trabajo. –Metió las llaves en el coche y arrancó. Salimos del gran garaje y condujo por una carretera totalmente desierta, hasta que escuchamos un pinchazo en una rueda, y el coche comenzó a hacer zigzag descontroladamente. Nos salimos un poco de la carretera y Matt paró el coche.

-          Joder. ¿Qué ha pasado? –Frustrado, salió del automóvil y fue hacia la parte de atrás. Me quedé observándolo. Se agachó y sacó la lengua, mientras se concentraba en la rueda. Estaba lindísimo ahora. Se levantó y sacó su teléfono móvil, marcó algún número y lo colocó en su oreja.

-          ¿Gloria? Sí, ¿Podrías llamar a John?... Supongo que estará en el jardín… Sí, no. Dile que venga a la carretera del pueblo, se nos ha pinchado una rueda. Gracias. –Guardó el objeto en su pantalón. Me miró y sonrió tranquilizándome, a la vez que volvía al asiento del piloto.

-          ¿Qué vamos a hacer? ¿Y quién es gloria? –Pregunté curiosa.

-          Vendrá con nosotros un mecánico que tenemos contratado. Gloria es nuestra mucama.

-          Ah, está bien. –Me estiré en mi asiento y cerré los ojos esperando al tal Joe… o John, yo que sé.

-          Candy, ¿Me permites? –Abrí los ojos y se estaba acercando a mí, puso el dedo pulgar sobre mi mejilla y lo arrastró de un lado a otro limpiando el maquillaje corrido por mi pómulo.  Cuando lo quitó todo, nuestras miradas conectaron y sentí un calor en mis mejillas ¿Me había sonrojado por primera vez? Pestañeé un par de veces y él se acercó más, quedando solo a unos diez centímetros. En solo unos segundos, él había invadido todo mi espacio personal.

-          ¡Hey Matt! ¡Ya estoy aquí! –dijo una voz ronca detrás nuestra. Allí estaba un señor de unos cincuenta, con un bigote muy poblado y el pelo castaño oscuro con ya algunas canas.

-          ¡John! Menos mal que has llegado, se ha pinchado una rueda. –Gritó Matthew.

-          Vaya, pues me temo que os voy a arruinar el paseo a tu chica y a ti, porque tengo que llevarme el coche en el remolque, no tengo ruedas aquí.

-          Eh, no… No soy su novia. Solo somos amigos. –Aquello sonó más bien como una pregunta. Salí del coche cruzando los brazos, aún estaba en pijama.

-          Candy, vámonos andando.

-          ¿Qué? Yo sigo en pijama. –Dije negándome.

-          Vamos, no te va a ver nadie. –Me miró con cara de cachorrito.

-          No. –Soy muy terca, lo sé.

-          Por favor, tengo que darte tu regalo. –Puso ojos de animalito abandonado. Y no sé cómo, pero yo, Candy Queen, no pude resistirme.

-          Está bien.

-          ¡Bien! ¡Vamos, está muy cerca! –Me tendió su mano. La cogí y nos despedimos de John. Andamos por la carretera desierta, aún cogidos de la mano hasta que un estrepitoso relámpago sonó en el cielo, rompiendo a llover. Le miré y la lluvia comenzó a caer sobre nosotros rápidamente, mojándonos por completo.  

-          ¡Vamos! –Tiré de su mano y los dos corrimos por la carretera cogidos de la mano, como unos completos idiotas. Una sonrisa de satisfacción se me dibujó sola en la cara. Él me miró feliz, y después, paró en seco.

-          Candy, ven aquí. –Se aproximó a mí, ahora solo a cinco centímetros, mientras las gotas de lluvia resbalaban por nuestros rostros mojados. Sentí su respiración agitada, al igual que la mía. Por su labio inferior colgaban pequeñas gotitas, sentí un deseo incontrolable de besarle. Pero, él me tapó los ojos.

-          ¿Qué haces? –Dije quieta.

-          Te voy a guiar hasta tu sorpresa. –Me dio la vuelta y se pego a mi espalda, abrazándome por detrás y con las manos en mis ojos. Anduvimos un poco y a los minutos, me percaté de que pisábamos hierba, después noté  madera bajo mis pies.

-          ¡Sorpresa! –Destapó mi visión. Quedé simplemente alucinada. 

¡Hey! ¿Qué será la sorpresa? Pues os dejo con intriga. ¡Hasta la próxima! ;) 

                                                                         - Clauuu :) xx

'Wolves'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora