Capítulo 2:

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Día lunes, como los detestaba, te despiertas con sueño, sin ánimos y con ganas de matar a la primera persona que se te cruza… aun así, este lunes, era especial.

Salté de mi cama con ánimos y con una sonrisa de oreja a oreja, debí suponer de qué se trataba y hacía que me sintiera una persona sin sentimientos. Sabía que no lo era, pero toda chica desea ver a su enamorado sin su novia. Suena triste y me hace sentir patética.

Era un día especial, por lo que tenía que lucir especial. Busqué las mejores prendas de vestir: Una falda blanca plisada, una polera blanca deportiva, encima un chaleco rosado sin mangas a rombos y mis convers rosadas… ¡Perfecto!

Nada de maquillaje, aunque Madison parecía usar mucho ¡Yo ni muerta! Un suave brillo en los labios bastaba, encrespar pestañas, alisar mi cabello oscuro y más que preparada.

Bajé con mi morral colgado al hombro y me senté en la mesa donde llamé la atención de toda mi familia.

—Falda corta, labios brillantes, pelo lacio, me parece que un chico de por aquí cerca terminó con su novia —Dijo con burla mi hermana mayor mientras inundaba su tostada con mermelada.

¡¿Cómo es que siempre se da cuenta de lo que pasa en mi vida?! A veces desearía ser hija única.

—Oh, creo que te has levantado con un grandioso sentido de humor —Sonreí con sarcasmo y tomé una tostada.

—Parece que es cierto Daphne, hablé con Denise y me comentó sobre una pelea de Joe con su novia… —Comentó mamá sirviendo un poco de leche en mi tazón.

Quedé con la boca abierta, se suponía que debía apoyarme… ¡No ayudar a mi hermana a seguir con su burla!

Papá bajó el diario que sostenía en las manos y me miró con una sonrisa traviesa… ¿Es que acaso todos estaban en mi contra?

— ¿Saben? ¡Yo me largo de aquí! —Me puse de pie y tomé mi morral colgando del respaldo de mi silla— ¿Cómo pueden molestarme de esa manera? Saben que Joe y yo somos amigos desde… Prácticamente desde que nacimos. ¿Y quieren saber algo? Si me gusta un chico y su nombre es… es… —Todos me miraron sorprendidos, creo que no era lo mejor que podía hacer— ¡Stephen! —Exclamé y me crucé de brazos.

— ¿El de la serie aburrida que ves? —Comentó mi hermana con su típica expresión burlona.

— ¡Sí! Ese mismo —Me mordí la lengua, ¿Qué se suponía que era lo que hacía? —Estoy ¡MUY! Enamorada de ese muchacho ¿Y quieren saber algo más? Un día nos casaremos y tendremos 4 hijos. Ahora con su permiso ¡Adiós! —Antes de marcharme me acerqué a mi hermanito menor y besé su frente— Eres el único coherente en esta familia —Me di media vuelta y corrí hacia la puerta principal.

Al cerrar la puerta del departamento, aún con la mano en la perilla, suspiré apoyando mi frente en la puerta, detestaba que todos estuviesen pendientes de mi vida… Tienen la suya, que se preocupen de ella.

—Parece que fue mala idea llamarte ayer por la noche —Escuché una voz calma detrás de mí.

Me quedé estática y sentí mi corazón bombear la sangre a más velocidad. Era él.

Me volteé y ahí estaba, perfectamente arreglado, con esa conocida sonrisa suya.

—Hola —Saludó acercándose para besar mi mejilla… cielos, su perfume era delicioso.

—Hola —Sonreí dejando que los nervios desaparecieran de mi cuerpo.

Comenzamos a caminar, solíamos bajar piso por piso en vez de ocupar el elevador, siempre dijo que así pasábamos más tiempo junto y yo nunca me negué.

—Y… ¿Pasó algo? Te noté salir enojada —Sonrió sin dejar de mirar hacia el frente.

—No… —Suspiré molesta— Nada importante, mi familia sigue siendo inmadura —Me crucé de brazos y miré el suelo.

—Adoro a tu familia, son espontáneos, divertidos, alegres…

Y muy fastidiosos —Lo interrumpí antes de que siguiera adulando a mi familia y haciéndome sentir que yo era la amargada— Comenzaron a molestarme con un chico del curso y terminé diciendo que me casaría con el conductor cómico de ese programa aburrido que suelo ver —Sonreí, era divertido saber que él no tenía la más mínima idea de que hablaba de él.

—Vamos, todas las familias son iguales. Imagínate, a mí me molestan contigo, eso sí que es… —Guardó silencio y parpadeó rápido buscando algún tipo de palabra que sonara adecuada, mientras yo solo trataba de no abrir mucho los ojos y sonreír creyendo que lo que él decía era absurdo— extraño. Creen que la amistad entre chicos y chicas no existen, además… te conozco hace tanto tiempo que creen que estoy completamente enamorado de ti —Carcajeó saltando el último escalón que nos quedaba.

Apreté los ojos y sentí a mi pequeño corazón romperse en trocitos... nunca seríamos más que amigos.

—Sí, suena… tonto —Sonreí para él y nuevamente miré el suelo.

Caminamos hasta la cochera y nos subimos a su auto.

—Nos vemos en clases de matemáticas —Pronunció con una sonrisa apenas entramos al edificio del colegio y desapareció por los pasillos.

In Another LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora