In The End

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Linkin Park es uno de mis grupos favoritos... de toda la jodida historia.
Desde que tengo memoria, mi hermano me introdujo sus gustos musicales (Linkin Park, Pink Floyd, Metallica, Green Day...) y soy un gran adepto a la buena música gracias a él. Pero no sólo él era un gran fanático de Linkin Park, sino que mi papá también los adoraba. Era de sus bandas preferidas, cada que papá me visitaba, jugábamos a la pelota un buen rato mientras sonaba Linkin Park en su radio (lo que ahora son batallas épicas y duelos anime con música de LP de fondo, antes lo era jugar con mi papá)
Disfruté cada momento que vivimos juntos, papá era un gran tipo. Porte, con carácter y firme, pero también gentil, gracioso y amoroso. Cielos, qué tipo era mi viejo...
Lo que pasa, o lo que yo no entendía a mis 6 años era lo que significaba que tu padre tenga Leucemia terminal...
Me lo pintó siempre como una enfermedad, un resfriado largo, nada de qué preocuparse, y eso fue cuando escuché que él la tenía, ya que me lo tenían bastante oculto, años después sabría el por qué.
Un 28 de Noviembre de 2006, cuando apenas tenía 8 años, lo primero que veo al abrir los ojos en la mañana es a mi madre totalmente en un llanto quebrantador. No entendía el por qué, habíamos tenido una noche alegre y enternecedora en familia, para pasar a este limbo de lágrimas y penar.
También podía ver a mi hermano llorando, con su cabeza asomada en la mesita de noche, ya ni siquiera le quedaba aire que gastar, al igual que mi hermana, que estaba abrazada a mi madre, devastada.
Sólo alcancé a preguntar: "¿Por qué lloran?"
Mi madre reunió el poco aliento que tenía para decirme que mi padre se había ido. De la casa, supuse, de lo más normal. Le respondí: "Mami, él siempre se va cuando terminamos de jugar, ya me lo explicaron...
Pero fulminó con un: "...se ha ido al cielo, hijito. Ya no va a volver..."
Por fin había entendido que papá había muerto. Se lo había llevado la maldita Leucemia, aquel resfriado largo que papá solía decirme para que sigamos jugando a la pelota, se lo llevó para dejarme sin él. Nunca más lo iba a ver, ni a jugar a la pelota, ni a escuchar música o reír con él... nunca más...

Ese día fue negro. Vacío, no tenía ganas ni de respirar. Toda la casa estaba igual, y fue uno de los días, si no el día más triste de toda mi vida. Cómo pasas de tener a un padre, a un héroe, a un amigo fiel... a tener una familia devastada, a una madre sin marido, y a un pequeño sin su papá...
Ese día por la noche, mi hermano intentó animarme, entró a mi habitación con la radio y puso nuestro disco preferido: "Hybrid Theory" de Linkin Park.
Intentamos cantar las canciones juntos, hasta que llegó In The End. En ese momento, comenzamos a cantarla con todo el corazón. "I tried so hard, and got so far... but in the end, it doesn't even matter..." comenzamos a llorar, fue un momento tan triste, pero a la vez tan hermoso, que quedó en mis recuerdos por siempre. Esa noche, aunque muy tarde, pude dormir en paz gracias a mi hermano.

De toda mi infancia, sólo recuerdo dos tipos de cosas: Mis momentos de mayor alegría y gozo, y los momentos más tristes que pasé. Por suerte de esos hay pocos, pero el que les acabo de narrar, apabulló con creces muchas otras memorias fugazes y potentes.
Puedo olvidar muchas cosas, pero ese día lo tengo tatuado en la mente como el más negro de mi existir...
A día de hoy sigo recordando a papá con amor y alegría, agradeciéndole cada segundo que pasó a mi lado, sabiendo que eran los últimos que le quedaban... y bueno, como ya deben asumir si son vivaves, "In The End" fue de las primeras canciones en figurar la playlist. Con honores y todo...

"...but in the end, it doesn't even matter..."

Diario de un Joven EscritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora