Despierta

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Ryan:

Corrí aún mas desesperadamente al oír las ultimas palabras de Julieta: Yo tambien te quiero, Ryan.

Por favor que este bien, por favor que este bien, por favor que este bien, repetía en mi cabeza sin cesar.

Corría a más no poder, pero mis piernas no daban mas impulso, era muy lento en mi forma humana para este prado. Así que en un abrir y cerrar de ojos me convertí en un lobo y tomé el impulso que antes no había podido. Corrí, y corrí más rápido, pero no la encontraba por ningún lado, dirigí mi vista hacia todas las direcciones y lo único que obtenía era la nada misma.

Un calor tranquilizador me invadió cuando voltee mi vista hacia la derecha y, entre las hojas de los arbustos, escapaba una débil luz blanca. No sé porque sentía que debía ir hacia ese lugar.
Pude hacerme paso entre los árboles, sin importarme los rasguños que le hacían a mi piel de lobo, y terminé por verla. Tirada, indefensa y con una chica de pelo negro encima balbuceando cosas.

¿Será ella? ¿La hija de la oscuridad?

Intenté acercarme para poder defenderla, pero choque contra algo que me lo impedía, intenté hacerlo de nuevo, pero fallé. La chica de pelo negro había puesto un campo de fuerza. La luz brilló más intensamente que no lo resistí más y caí rendido al piso, pero mis ojos no se apartaron en ningún momento del cuerpo de Julieta. Por un milisegundo la luz brilló más que todas las veces y rompió el campo que me impedía pasar. La chica de pelo negro salió despachada hacia un costado del bosque y yo aproveche ese momento para entrar y sacarla. Me transforme en humano de vuelta e intente alzarla, pero estaba muy agotado, tanto física como mentalmente, las transformaciones se llevaban siempre mucho de mi poder, tenía que trabajar en eso. Decidí entonces convertirme en un Grifo, al hacerlo la agarré delicadamente entre mis garras y salí volando de allí. Verla desmayada me rompía el corazón. No me derrumbaba porque sabía que ella me necesita fuerte en este momento. Para devolverla a salvo.
Aunque todo eso sumaba y no pude soportarlo más, sabiendo que nadie podía escucharme, grité. Un grito de derrota, desesperado, pero esa no era mi voz, sino que era la del grifo saliendo por mis cuerdas vocales, chille de vuelta y sé que esta vez muchas personas me oyeron. Un grito agrio y desgarrador, un ruido roto.
Salí sobrevolando del bosque para entrar en territorio del internado, aterrize lentamente en un rosal y la deje tendida en el suelo.

Por favor que no esté muerta, por favor que no está muerta, por favor Dios, repito una de otra vez mientras volví a mi forma humana. Me arrodille en el piso, sobre el cuerpo de ella, sollozando su nombre. Mis lágrimas caían tristemente por mi cara, por favor no me hagan esto..

-¡Julieta! -grite desesperadamente mientras me largaba a llorar- Por favor mi amor.. despierta.. por favor -la agarre por los hombros y la moví despacio- ¡DESPIERTA! -chille. Tome su pulso y no lo encontré, mi respiración se volvió agitada, mi corazón latía más de lo necesario en comparación al de ella. ¿Por qué no podía darle mis latidos? ¡Yo tenía de sobra! Un grito desde lo profundo de mi garganta salió despedido, un grito de horror, frustración, tristeza y lamento. Mientras mis lágrimas caían, los gritos las ocultaban. Cuando deje de gritar, vi de reojo gente alrededor mío formando un círculo, vi a las chicas llorando, Yvette, Micaela, Maru, Damaris, Tatiana hasta incluso Nicolas ante el fallecido cuerpo de Julieta, la gente no se acercaba, ni me quitaba el cuerpo, agradecía por eso. Necesitaba estar solo.. pero con ella.. ella era parte de mí y no lo podía negar más. La vi crecer, la vi ser una niña que me causaba ternura cada vez que se enfadaba o lloraba, la vi convertirse en una mujer, en dar su primer beso, su primer corazón roto, la primera vez que se escapó de su casa, la primera vez que descubrió su verdadero yo, y ahí supe que tenía una conexión, la fui forjando todos estos años. La necesitaba como a mi propia vida, pero nunca lo supe. Como dice el dicho.. nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Y ahora lo único que deseaba era que ella volviera, para que pudiera volver a gritarme, abrazarme, a enojarse con conmigo, a pegarme, insultarme sólo deseaba eso.. simplemente, que volviera.

Yo un.. ¿hada? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora